Diciembre 1962

Boletín Salesiano. Año LXXVI DICIEMBRE 1962 Núm. 12 LA VOZ DEL PAPA («Siempre con el Papa.” Don Bosco) • «E1 Concilio quiere transmitir la doctrina pura e íntegra que durante veinte siglos se ha convertido en patrimonio co- mún de todos los hombres; patrimonio que, aunque no haya sido recibido gra- tamente por todos, constituye una riqueza para todos los hombres de buena vo- luntad.» • «La Iglesia, pues, no ofrece riquezas caducas a los hombres de hoy, no promete una felicidad sólo terrena; los hace parti- cipantes de los bienes de la gracia divina que, elevando a los hombres a la digni- dad de hijos de Dios, constituye una po- derosísima tutela y ayuda para una vida más humana, abre las fuentes de su doc- trina vivificadora que permite a los hom- bres, iluminados por la luz de Cristo, comprender aquello que son, realmente, su excelsa dignidad, su fin.» • «No os apartéis, queridos jóvenes, de la visión justamente optimista que debe guiar vuestros pasos. Sed hombres pací- ficos, sed portadores de paz, sedlo todo. Por esto no os entretengáis en amargas e injustas polémicas, de preconcebida y definitiva adversión, catalogando rigida- mente los hombres y los acontecimientos. Estad siempre disponibles para los gran- des designios de la Providencia.» BOLETIN SALESIANO ORGANO DE LA PIA UNION DE COOPERADORES SA LES IANOS Revista de la Obra de Don Bosco AÑO LXXVI Núm. 12 Diciembre 1962 SUMARIO Póps. DE ESPECIAL INTERES El Cooperador, apóstol seglar. 3 Los Antiguos Alumnos Sale- SIANOS ………………….. 4 La 88 expedición Misionera Sa- lesiana ………………… 7 El hermano de Don Bosco ……. 8 Las alas de la moralidad ……. 10 Tres fotos, tres noticias ….. 1′ «Obispo, me gusta tu barba» … 17 Un acordeón y… un salesiano. 19 SECCIONES FIJAS NOTICIARIO SALESIANO MUNDIAL … 13 España salesiana……………. 20 De nuestras Misiones. — «¡Soy el Padre!» ……… 21 — Primera visita a los Icaria – nos…………………. 24 Crónica de gracias … 26 Bibliografía …………….. 30 Necrología………………. 31 Becas sacerdotales s alesi anas. 3’ director : JAVIER RUBIO IBAÑEZ Dirección, Redacción y Admón.: Alcalá, 164 – Apartado 9134 MADRID-2 Depósito legal: 3044.—1958 (Con censura eclesiástica.) NUESTRA PORTADA. —En todas las regiones del mundo, los jóvenes invocan a la Inmaculada. Aquí vemos unos jóve- nes indios—también hijos de la Virgen-— que piden sus auxilios sobre el mundo, tan amenazado de guerras fratricidas. EL COOPERADOR, APOSTOL SEGLAR RON Bosco repetía con frecuencia que el fin de su educación era formar buenos cristianos y honrados ciudadanos, a fin de que to- dos se convencieran de que ambas cosas eran compatibles. Al insistir nuestro Santo Fundador en esta idea, salía al paso de la opinión muy difundida y más arraigada entonces, de que no se podía ser a la vez buen católico y buen ciudadano. Opinión que no ha muerto en ciertos Estados y que pervive íntegra en los países ma- terialistas. Opinión que en no pocas mentes católicas ha engendrado la dualidad de moralidad, acometiendo con distinta conciencia las obligaciones religiosas y las obligaciones temporales. Hoy todas estas opiniones se combaten y se vuelve a la idea inte- gral, en la que los Papas han hecho repetidas veces hincapié, especial- mente Pío XII, al afirmar que el mundo sólo volverá a ser de Cristo cuando los cristianos actúen como tales en toda circunstancia y en toda actividad política, económica, social o temporal. Ya no se admite en el seglar desdoblamiento alguno; ya no hace falta demostrar que se puede ser a la vez buen cristiano y honrado ciudadano, porque lo que se inculca a todo seglar, esto es, a todo católico militante, es que impregne todos los actos de su vida y todas sus actividades de contenido evangélico, de suerte que sea un ciuda- dano católico. Porque se puede ser ciudadano de muchas maneras e interpretar y acometer en consecuencia la construcción del mundo o de la parcela en que se actúa de otros tantos modos. Pero al seglar, al católico militante se le pide hoy que se comprometa a construir el mundo con conciencia y moral y enfoque cristianos, evangélicos, con la mina puesta en la finalidad absoluta de todo lo creado, que es servir a Dios, cum- pliendo con todas las condiciones puestas por Él como Creador y Redentor. El ciudadano católico desenvolverá, por consiguiente, sus activida- des temporales con perspectiva cristiana y esto sin reservas, con plena conciencia de su responsabilidad de “consagrar” lo temporal. De la misma manera que el sacerdote consagra con sus palabras el pan terreno y lo tonta, en la Santa Misa, divino así el seglar con su acción temporal, orientada y realizada evangélicamente, consagra al mundo y lo torna divino. Y no cabe duda que si todos los cristianos se decidieran a hacer germinar plenamente la misión de apostolado, que por bautizados les compete, la consagración del mundo, su renovación, su orientación definitiva de servir a Dios seria pronto una espléndida realidad. Los cooperadores salesianos, injertados plenamente en el aposto- lado seglar, se han de dar cuenta de que también ellos están empeña- dos en la construcción de un mundo que sea totalmente cristiano en sus formas y estructuras, en su complejo y en sus detalles. — 3 LOS ANTIGUOS ALUMNOS S ALESI ANOS TURIN.—Delante de la Basilica de María Auxiliadora, y en la plaza del mismo nombre se levanta, desde 1922, el monumento a Don Bosco. Es la expresión en piedra y bronce del amor y de la fidelidad de los Antiguos Alumnos Salesianos del mundo a su Fundador. • Los hijos mayores de la Congregación. • Su origen se remonta a los tiempos de Don Bosco. • Forman una Confederación Mundial con más de cincuenta Fe- deraciones Nacionales. • Amor a sus superiores y compañerismo, las caracte- rísticas de los antiguos alumnos salesianos españoles. • Los antiguos alumnos, buenos cooperadores salesianos. A últimos de octubre se celebró en Valen- cia la IX Asamblea Nacional de antiguos alumnos salesianos. No está en nuestro ánimo reseñar los acon- tecimientos de aquellos días, sino presentar a los lectores del Boletín el movimiento de los antiguos alumnos salesianos, uno de los sectores de la familia salesiana que más con- tribuyen a crear en torno de ella una aureola de popularidad y a abrirle puertas en am- plios sectores de la vida social y pública. Nuestros lectores no han de extrañar que en el Boletín hagamos pocas veces referen- cia a ellos, a pesar de que darían materia sus actividades para múltiples crónicas y noticiarios. Precisamente por esas razones el movimiento de los antiguos alumnos ha crea- do un órgano propio, la revista “Don Bosco en España”, que con mayor formato que e1 Boletín y tirada en huecograbado, di- funde 17.000 copias. Tal publicación permite al Boletín Sa- 4 — L.ESiANo atender con mayor holgura a los demás sectores de la vida salesiana. £¡L movimiento de los antiguos alumnos se remonta, como el de los cooperadores, a los tiempos de Don Bosco. Su nacimiento data exactamente de la fiesta de San Juan, del año 1870, día que en el Oratorio se ce- lebraba el santo de Don Bosco. Narran las crónicas que ese día apareció por el Oratorio un grupo de alumnos de otros tiempos, capitaneados por el famoso Gastini, uno de los hombres que más afecto profesaron a Don Bosco y que mejores ratos le hicieron pasar. Era Gastini un humorista formidable y sus ocurrencias, felices, cari- ñosas y discretas alegraban no pocas sobre- mesas en el Oratorio, cuando Don Bosco tenía invitados. Al ver nuestro Santo aquel grupo de hom- bres maduros y recordarles de alumnos correteando por los patios, se conmovió. Le vinieron a la memoria otros muchos que no podían estar presentes por la distancia y sus ocupaciones: y otros que no habían perseve- rado en sus enseñanzas. Los invitó a comer ; hablaron de los tiempos heroicos del Orato- rio, de los viejos recuerdos que alegraron su juventud junto a Don Bosco y los despidió diciéndoles: “Os espero el año que viene, pero en mayor número”. Diecisiete años más vivió el Padre y dieci- siete veces más volvió Gastini, reconocido jefe de todos los antiguos alumnos, al frente de. cada vez más numeroso escuadrón. Siem- pre fueron acogidos con el mismo cariño y Don Bosco aprovechaba para reunirlos a todos y exhortarles a perseverar en sus en- señanzas. De entonces son las consignas: ,/,ÍOJ Para ayudaros y que siempre se pueda decir que sois dignos hijos de Don Bosco. Los ex alumnos de Don Bosco fueron uniéndose y ayudándose. Animados por los Rectores mayores, sucesores del Fundador, fundaron núcleos y asociaciones al amparo de las casas salesianas, donde se habían edu- cado. Formaron federaciones regionales y nacionales y hoy existe la Confederación Mundial de Antiguos Alumnos Salesianos, con más de cincuenta Federaciones Nacio- nales. Y en el nombre de Don Bosco per- manecen unidos muchos millares de hombres y. lo que es más significativo, este nombre mantiene afectos a la Iglesia Católica mul- titud de paganos que fueron un día alumnos de las escuelas de las misiones salesianas. LA organización de los antiguos alumnos salesianos es la primera en su género en orden de tiempo y brotó, como acabamos de ver, espontáneamente. Fue un fruto direc- to del sistema educativo de Den Bosco, quien prefirió dejar de lado los golpes, las riñas, los castigos, para emplear la persuasión y el convencimiento, camino, si se quiere, más largo y penoso para el educador, pero de resultados duraderos: eterno ejemplo para todos los que siguen su sistema. Los alumnos de Don Bosco, tratados con exquisita caridad cristiana, recordaron toda la vida lo que Don Bosco les había amado ; tos años dichosos pasados junto a él y bajo el manto de la Auxiliadora ; y bastó la ocu- rrencia de uno de ellos al cabo de los años para que, como de limpio manantial, naciera un río caudaloso. Sigue hoy siendo una realidad que los an- tiguos alumnos salesianos, que se agrupan bajo las banderas de las Federaciones de ex alumnos, lo hacen movidos por el grato recuerdo de colegio. Todas las demás razo- nes lo confirma la experiencia, pesan bien poca cosa en su ánimo. El salesiano y lo salesiano sigue siendo el imán y el agluti- nante ; y donde desgraciadamente falló lo primero vino la dispersión. En España los antiguos alumnos comenza- ron a organizarse allá por el 1917 y su marcha ascensioni ha sido rápida. Actual- mente se hallan agrupados en siete Fede- raciones Regionales, tantas como Inspecto- rías Salesianas, y comprenden unas cincuenta y cinco Asociaciones locales. Los antiguos alumnos españoles no se han contentado, dado que nos hallamos en un país católico, con ser socios de centros re- creativos, sino que cultivan las catcquesis, los Oratorios festivos, integran turnos de adoración nocturna, realizan visitas a centros benéficos y cuantas obras de caridad se les sugiere. Detalle muy interesante es que de las filas de los antiguos alumnos se nutren otras — 5 Del 28 de octubre al 1 de noviembre, se celebró en Valencia la IX Asamblea Na- cional de los Antiguos Alumnos Salesianos. En la foto vemos uno de los aspectos del salón durante la mencionada Asamblea. agrupaciones católicas en las que no es raro verlos ocupando puestos de dirección. Las características de los antiguos alum- nos españoles son el amor y la obediencia a sus superiores salesianos, cuyas directrices anteponen a sus propios criterios cuando de asuntos de dirección de las Asociaciones se trata y un gran sentido del compañerismo, incluso entre antiguos alumnos de distintas Asociaciones, por lo que basta saber que se es antiguo alumno para que inmediatamente salte una corriente de simpatía y apoyo. J^NTE el despertar pujante de la Pía Unión de Cooperadores Salesianos en España, no pocos antiguos alumnos se inscribieron en sus filas para secundar el deseo de Don Bosco que aspiraba a que todo alumno que saliera de sus colegios se inscribiera en la Pía Unión. Ya hace muchos años los antiguos alum- nos, reunidos en Asamblea Nacional, se ofrecieron para ser los primeros en organizar la Pía Unión de Cooperadores : por ello en cuanto llegaron las primeras consignas de Turín pusieron en marcha sus conclusiones y los hallamos en todos los Consejos Ins- pectoriales y locales como consejeros o ce- ladores. De esta suerte ponen a disposición de la Pía Unión todo su conocimiento de Don Bosco y el espíritu que de él bebieron en los colegios salesianos. La asamblea recién terminada en Valencia ha vuelto a poner de manifiesto una vez más su entusiasmo y su preocupación por una organización más sólida que les permita nuevas conquistas y avances. La Congregación Salesiana en sus tres familias contempla complacida el fervor y las inquietudes de sus hijos mayores, que eso son los antiguos alumnos los hijos ma- yores de la Familia Salesiana y goza inten- samente al ver que también en ella se veri- fican las bendiciones de la Escritura: La corona de hijos es la gloria de los padres. Y en todas partes la familia salesiana se ve coronada con abundantes hijos que le vi- nieron para demostrarle su contento y gra- titud. 6 — LA 88 EXPEDICION MISIONERA SALESIANA • 14 sacerdotes • 97 clérigos • 13 coadjutores Son españoles, 34 de los nuevos misioneros Desde hace ochenta y ocho años Don Bos- co viene ayudando a la Obra de la Propa- gación de la Fe con el envío de salesianos a tierras de misiones. En el pasado octubre, mes en el que se celebra la “Jornada Misionera Mundial”, fue enviado un fuerte contingente de obreros evangélicos a tierras de misiones. En este año la jornada misionera salesiana se celebró el domingo 7 de octubre. En la Basílica de María Auxiliadora, junto a la Casa Madre de los salesianos, se ha repetido siempre, hermoso y emocionante, la ceremo- nia de la entrega de los crucifijos y la des- pedida a los misioneros. El templo de Valdocco estaba adornado como en las más grandes festividades. En el presbiterio asistían los Superiores Mayores y dos Obispos salesianos. Los misioneros salesianos de la 88 expe- dición eran 124, de los cuales, 14 sacerdotes, 97 clérigos y 13 coadjutores. El mayor con- tingente de misioneros lo ha dado Italia y España con 44 y 34 respectivamente. Ellos han marchado a veintiocho naciones y mi- siones de Africa, de Asia y de América. Después del canto del Magnificat tuvo la conferencia misionera un veterano de las Misiones del Río Negro (Brasil), Monseñor Juan Marchesi, recientemente investido de ¡a dignidad episcopal. Juan XXIII que lo conoció de joven en el Seminario de Bérga- mo quiso premiar su labor misionera de cuarenta y dos años entre los indios del Río Negro de esa forma. TURIN.—Mons. Miguel D’Aversa, misionero de Rio Negro, recién consagrado Obispo, bendice y entrega el crucifijo a uno de los componentes de la ochenta y ocho expedi- ción Misionera Salesiana. Monseñor Miguel D’Aversa, Prelado Nu- llius de Humaitá (Brasil), también misione- ro salesiano, bendijo los crucifijos y los en- tregó a cada uno de los que partían. Después de la bendición eucaristica, los misioneros recibieron el abrazo de despe- dida de los Superiores Mayores. Ocupaban en la Basílica un puesto de ho- nor las Hijas de María Auxiliadora, que marchaban también para las Misiones. Las Hermanas de Don Bosco dirigen actualmen- te 119 centros de Misiones, ayudando a las Obras de los salesianos, aún en los puestos más avanzados de las Misiones, como en el Alto Orinoco (Venezuela), el Alto Araguaia (Brasil) y el Chaco Paraguayo. — 7 EL HERMANO DE DON BOSCO El 12 de diciembre de 1862, a los cincuenta años, moría José Bosco. Su hermano le dijo: «Te traigo el Reino de Dios». Pn el volumen VII de las «Memorias bio- gráficas» se narra que el 12 de diciem- bre de 1862 murió santamente en la aldea de los Becchi el humilde labrador José Bos- co. Muere en los brazos de su hermano Juan que acudió a toda prisa, la víspera por la tarde, desde el Oratorio de Turín. Nacido el 8 de abril de 1813, tenía dos años y cinco meses más que el futuro santo. Sin embargo murió veintiséis años antes que su hermano. Contrario a Juan, que tuvo que luchar contra un temperamento inquieto y tenaz, José estaba dotado de un carácter particu- larmente amable y pacífico. Llegó a ser pa- dre de una familia numerosa, pues tuvo cinco hijos —dos niños y tres niñas— y era el «hombre de confianza» de las gentes del pueblo. Si algún litigio se levantaba entre dos agricultores, se iba a él a someterle el asunto. La mayor parte de las veces los in- teresados regresaban a sus casas reconci- liados… No tenia ambición y aceptó gustoso per- manecer en el campo mientras que su her- mano Juan marchaba al colegio de Chierl, lo cual, como se sabe, no le agradó a su her- manastro Antonio. Después de haber vivido algunos años en Sussambribo, José construyó una granja, bastante espaciosa, en la aldea de los Becchi, frente a la que vivían, en otros tiempos, sus padres, la cual amenazaba ruina. Desde allí iba a ver a su buena madre, mamá Margarita, y a su hermano Juan en el Oratorio de Turin dos p tres veces al año. En estos viajes no se olvidaba nunca de colocar en su canasta un gran conejo o al- gunas gallinas con el fin de mejorar la mesa de su hermano que sabía era más que fru- gal. Su llegada al Oratorio constituía una ale- gría para todos. Los niños, que le llamaban familiarmente «el señor José», corrían a su encuentro, le cogían la mano y la acaricia- ban. Y el buen cultivador de los Becchi se sentía feliz al ver tales muestras de afecto. A veces, a la hora de las oraciones de la noche, D. Bosco invitaba a su hermano a darles las «buenas noches» tradicionales a sus jóvenes. Con toda sencillez José subía al modesto pulpito apoyado sobre una de las columnas del patio, en donde D. Bosco solía hablar todas las noches. Formado también en la escuela de Mamá Margarita tenia una fe profunda Y con palabras muy sencillas él dejaba hablar a su corazón deslizando algunos consejos con muy ouen sentido sobre aquel joven audi- torio. A pesar de que poseía buenas cualidades para los negocios, José vivía desprendido de los bienes de este mundo, ayudando a su 8 — hermano, el eterno deudor, cada vez Que la ocasión se presentaba y aun cuando no se presentaba… Cierto dia que él fue a Turin con el fin de comprar dos terneros en la feria de Non- calier, cometió la imprudencia de pasar an- tes por el Oratorio. Esta visita le fue fatal. Viendo la miseria contra la que luchaba el pobre director, él abrió su bolsa y la vació entre sus manos… —¿Y tú…?—le preguntó D. Bosco con lá- grimas en los ojos. —Yo esperaré un poco más —respondió sencillamente José. Además de su bolsa, este generoso cristia- no abría también con generosidad su casa a los numerosos jóvenes de su hermano. Fue en los Becchi en donde comenzaron las pri- meras colonias de vacaciones católicas, y esto gracia a la generosidad de José. Desde mitad de septiembre hasta el fin de la ven- dimia, en la que participaban con regocijo natural los alumnos mayores de Don Bosco, se vivía allí un poco como en campamento volante, pues la alegre pandilla visitaba con frecuencia los pueblos cercanos para dar sesiones recreativas. Don Bosco tenía su ha- bitación en el primer piso de la granja. En cuanto a los jóvenes colonos, se instalaban lo mejor que podían en los graneros, muy contentos de encontrar en los Becchi este ambiente familiar, del cual, la mayor parte, estaban privados. El piso bajo del edificio fue transformado en una humilde capilla dedicada a Nuestra Señora del Rosario. En esta capilla fue donde Don Rúa, el primer sucesor de Don Bosco, tomó la sota- na, y en donde Domingo Savio, acompañado por su padre, tuvo su primera entrevista con el Santo. En 1856, José, cuya salud era delicada, sufrió un vómito de sangre. Hospitalizado en casa de su hermano en Valdocco, su esta- do empeoró, hasta tal punto, que se le juzgó un caso perdido. Una cierta tarde, Don Bosco, entrando en su habitación con cierto nerviosismo, le tocó la frente con la mano y después le pidió que rezara con él a la Virgen. Así lo hizo. A la mañana siguiente, la fiebre había desaparecido y el enfermo empezaba su convalecencia… Cuando José regresó a los Becchi y se en- contró con los suyos, no les ocultó que él debía esta curación inesperada a su her- mano Juan. Hacia fin de 1862, Don Bosco le vio llegar en una fecha no habitual. Como le pregun- tara la razón de su ida, José le respondió: —Yo siento un gran deseo de pagar mis deudas y después confesarme y comulgar. Lo hizo con el cuidado que él ponía en todas las cosas. Vuelto a los Becchi, puso en orden todos sus asuntos como si fuese a partir para la eternidad. Aparentemente, él se encontraba muy bien. Poco después, sin embargo, él tuvo que guardar cama. Rápidamente su estado em- peoró y se agravó de una manera alarmante. Avisado Don Bosco con urgencia el dia 11 de diciembre, llegó aquella misma tarde a casa de su hermano. —¿Qué me traes? —preguntó José al verle entrar en su habitación. —¡Yo te traigo el Reino de Dios! —le con- testó Don Bosco con una voz entrecortada por la emoción. Confortado por esta presencia y por los últimos Sacramentos recibidos con pleno co- nocimiento, José Bosco, como otro humilde carpintero de Nazareth, entregaba su alma a Dios en la mañana del 12 de diciembre, rodeado de todos los suyos. No tenia todavía cincuenta años… Seis años antes, él mismo había recibido el último aliento de mamá Margarita en la pequeña habitación que ella ocupaba en Valdocco. Su hermano Juan, trastornado, no había podido asistir a los últimos mo- mentos de su madre. Fue su primogénito quien, en la mañana del 25 de noviembre de 1856, le anunció en la habitación contì- gua en donde él estaba la dolorosa noticia. El tío sacerdote se preocupó, con admira- ble entrega, de sus sobrinos y sobrinas, y también de los hijos de éstos. Francisco, el primogénito de los hijos de José, sucedió a su padre en la quinta de los Becchi. Piadoso y trabajador, tuvo la alegría de ver a tres de sus cinco hijas entrar en la Congregación de las Hijas de María Auxilia- dora, fundada por su tío. En cuanto a Luis, el segundo hijo, hizo los estudios que le pagó su padre en un colegio no salesiano, y llegó a ser secretario de juzgado. Hoy, cuando se va a los Becchi, uno se siente feliz al visitar la granja en donde vivió el bueno de José y de ver su retrato colgado en la pared de una de las habita- ciones del primer piso, contigua a la de su hermano sacerdote. Parece que faltaría algo si, sobre esta colina, uno no se encontrara, también cerca de mamá Margarita, el re- cuerdo de sus dos hijos… CAMPAÑA DE MORALIDAD LAS ALAS DE LA MORALIDAD JJEMOS de poner fin a la campaña de mo- ralidad señalada para el año que termina. Como broche de los diversos artículos que sobre el tema hemos ido publicando haremos unas consideraciones sobre lo que podríamos llamar alma de la moralidad. Don Bosco afirmó que, andando el tiem- po, el cooperador salesiano sería sinónimo de buen cristiano. Pero el buen cristiano es el resultado de la convergencia del esfuerzo humano y de la Gracia, que nuestro adora- ble Redentor nos mereció y que se nos co- munica a través de los Sacramentos y de la oración. De ahí que la manera obvia de al- canzar la igualdad entre cooperador y buen cristiano es empeñarse en colaborar con la Gracia. Sin esfuerzo no hay bondad y sin Gracia el esfuerzo resulta baldío. El primer objetivo del esfuerzo del cris- tiano que aspira a ser bueno, de suerte que con toda bondad se le pueda llamar buen cristiano, es el afianzamiento de las propias virtudes humanas y la consecución de las que advierte le faltan. Como quiera que las virtudes humanas cultivadas tienden a des- embocar en las sobrenaturales, éstas no se conseguirán sin un trabajo por poseer aquellas. Las virtudes humanas son muchas y se llaman honradez, equidad, lealtad, sinceri- dad, honor, fidelidad, respeto al prójimo, a la palabra dada y a la promesa empeñada, etcétera. Cuando estas virtudes, puramente huma- nas y que las puede poseer cualquier hom- bre aun pagano, viene a vivificarlas la Gracia, se perfeccionan y se convierten en virtudes cristianas y sirven de base para la adquisición de otras que llamamos sobrena- turales. Buen cristiano por consiguiente será ei que con su esfuerzo y la Gracia de Dios ha llegado a la posesión estable de ambas clases de virtudes. Como quiera que es un error muy metido er el pensar de los hombres de hoy que basta con las formas externas de educación por las que se aparentan corrección, buenas ma- neras y caballerosidad, hemos de insistir que estQ no hace buenos cristianos: un buen cooperador salesiano ha de tender a revestir sus virtudes cristianas con la educación y la urbanidad, pero nunca caerá en el error de querer encubrir vaciedad de alma y carencia de Gracia y virtudes con la capa de la cor- tesía. Demos un paso más: el cooperador sale- siano ha de vivir de fe. Esto quiere decir que entre lo que practi- camos y lo que creemos no debe haber con- traste. En esto consiste profundamente la moralidad: en vivir según la voluntad de Dios, manifestada a través de Jesucristo, nuestro Señor, que es el camino y a quien por la fe reconocemos como a nuestro Dios y Redentor. La vida de fe nos lleva a aceptar a Dios en todo momento como la Persona más im- portante, pero no sólo con el pensamiento, sino con el corazón. Consiguientemente pon- dremos a Dios en el centro de nuestra fa- milia, en el centro de nuestra vida como un eje en torno al cual gira todo : carrera, pro- fesión, trabajo, familia, diversiones, ganan- cias. comodidades. A esta luz de la fe y de Dios —centro y eje— las actividades citadas se jerarquizan, cobran su verdadero valor y producen una vida centrada y orientada a la consecución del fin supremo de nuestra existencia. Quien vive de la fe da a cada cosa su im- portancia y antepondrá la Gracia, los Sacra- mentos, la oración, la bondad, la honradez a toda falsía, a toda trampa, a todo engaño, del orden que sean, como cosas incompati- bles con su amistad con Dios. Mas no basta sólo vivir de fe ; también de esperanza y de caridad. Aun más es im- posible vivir de fe sin vivir simultáneamente de esperanza y de caridad. Por la esperanza confiamos en Dios, cen- tro de nuestra vida, como confía el niño en su padre. La Divina Providencia preside la casa del cooperador salesiano. 10 — Pero más que ninguna otra la vida del cooperador salesiano es vida de caridad con sus vertientes: Dios y el prójimo. La vida de caridad hacia Dios es el es- fuerzo continuo para conservar y aumentar la Gracia; por conformar la vida indivi- dual, familiar y social al modelo divino de Jesús. El vivir cotidiano con todo lo que tiene de hermoso, con sus afectos y alegrías, con sus sacrificios y necesidades está pene- trado por un fluir sobrenatural de amor a Dios. Esta vida de caridad con Dios es un po- tencial de energías inexhausto que se vuelca en amor al prójimo. Y precisamente en practicar cualquier obra de caridad con el prójimo está lo que distingue al cooperador salesiano, por lo que a mayor amor a Dios corresponden mayores obras de caridad en favor del prójimo. Para conseguir y acrecentar esta vida de fe, esperanza y caridad, virtudes que gra- tuitamente se nos infundieron en el bautis- mo, vienen en socorro de nuestro esfuerzo los Santos Sacramentos, principalmente la Penitencia y la Eucaristía. Don Bosco, que entendía mucho de almas y otro tanto de conducir a los hombres por los caminos de la perfección, no cesaba de recomendar a grandes y chicos la frecuencia de ambos Sacramentos, precisamente para defender esa Gracia sin la cual ni se puede vivir ni dar un paso en el camino. Pero también Don Bosco, cuando abor- daba estos temas, concluía por apoyarlo todo en María Auxiliadora. Con él cerramos estas líneas sobre la campaña de moralidad del presente año: “Hay que proclamarlo, la devoción a María Auxiliadora es sostén de todo fiel cristiano”. Toda la emoción del momento vive en el rostro de esa madre que, a duras ■penas, reprime las lágrimas mientras ata las manos consagradas de su hijo con esa cinta, que después guardará entre los tesoros de la casa. Pidamos al Señor que sean muchas las madres generosas que entreguen sus hijos al sacerdocio. — II LOS COOPERADORES EN ACCION Cooperadores Salesianos, peregrinos a Alba de Tormes. Los Cooperadores de Zamora peregrinan a Alba de Tormes Zamora.—El dia 30 de septiembre, un gru- po de Cooperadores, acompañados por nues- tro director diocesano, limo. Sr. D. Francisco Romero, y el Delegado Inspectoría!, han querido ir en peregrinación a este rincón castellano para ganar el jubileo de Santa Teresa de Jesús, cuyo cuarto centenario se celebra este año. Ya en Alba, los peregrinos asistieron a la santa Misa, que celebró nuestro querido Di- rector diocesano, y en la que en su totalidad se acercaron a recibir al Señor. Durante el santo sacrificio, el P. Diez dirigió una plá- tica a los asistentes. Al terminar el acto religioso, los Coopera- dores visitaron la iglesia para contemplar las reliquias de la mística Doctora, y escu- charon interesantes explicaciones sobre la Santa, dadas por un Padre carmelita. En Salamanca visitaron las Obras Salesia- nas de la ciudad, como el Colegio Salesiano de María Auxiliadora, y. sobre todo, el bellí- simo Estudiantado Teológico Salesiano, en donde se les sirvió la comida, preparada con el cariño que siempre ponen en todo las Hi- jas de María Auxiliadora. Al final, el Dele- gado Inspectoría! agradeció al señor Direc- tor y demás hermanos las múltiples aten- ciones que habían recibido. La tarde la emplearon para admirar los hermosos monumentos de la ciudad del Tormes. De regreso se rezó el Santo Rosario, que los Cooperadores ofrecieron por los frutos del próximo Concilio. Unas palabras de nuestro Delegado Inspectorial cerraron esta hermosa jornada, que ha quedado tan gra- tamente grabada en cuantos hemos tenido la suerte de participar en esta peregrina- ción y que tanto une a los Cooperadores Sa- lesianos entre si y a éstos a la Congregación Salesiana. Los Cooperadores de Puerto Real por el Concilio Puerto Real (Cádiz).—El día 3 de octubre los Cooperadores Salesianos de Puerto Real se sumaron a la Familia Salesiana para ce- lebrar la función propiciatoria «pro Conci- lio», consistente en Rosario de Penitencia, por los patios y jardines de la Institución Sindical «Virgen del Carmen» (a las siete de la mañana), seguida de misa comunitaria «pro unión de las Iglesias» y fines del Conci- lio. en la capilla de dicho Centro. 12 «RADIO COLLEGE» CUMPLE QUINCE ANOS ELISABETHVILLE (Katanga). — El Colegio Salesiano de San Francisco de Sales, que durante cincuenta años ha sido el principal foco de intelectualidad y catolicismo en Elisabethville. 50 a£a¿ en Katcutga Elisabethville (Congo). — Los quince años de vida que lleva la emisora “Radio- Colegio”, fundada y dirigida por los Sale- sianos de Elisabethville, se han celebrado con la inauguración de tres nuevas potentes emisoras más. En tan gran acontecimiento intervinieron numerosas personalidades: Mons. Bouve, Obispo de Kongolo ; Mons. Lehaen, Obispo de Sakania ; tres ministros y otras autorida- des congoleñas. La modernización de “Radio-Colegio” ha sido posible gracias a las autoridades y a los amigos. El Inspector de los Salesianos P. Peerlinck, bendijo las nuevas emisoras. El Ministro Kimba, en su discurso oficial, dijo: .“Radio-Colegio”, esta voz amiga que es- cuchamos desde hace tiempo, nos recuerda h historia contemporánea de nuestro país” Y recordaba las fechas aún tristes y el mag- nífico servicio prestado por “Radio-Colegio” durante ellas. Nació oficialmente por iniciativa del Sale- siano Don Dethier, que aún no la ha aban- donado, el 27 de mayo de 1947 y todavía no ha cesado de prestar servicio y de ampliarse en todos los sentidos: en el horario: de me- dia hora a cinco horas diarias ; en la longi- tud de onda: de 1.000 a 2.000 km.; en ins- talación: de una especie de barraca, llamado estudio, a un edificio moderno; en el ma- terial: de discos prestados a una propia y excelente discoteca ; en los programas: aho- ra interesa a todas las clases sociales de la población y en todas las casas es esperada y escuchada como una voz de familia. La emisora se propone los fines más di- versos : recrear, educar, instruir, edificar. — 13 ELISABETHVILLE.—El Ministro congoleño, Kimba, pulsa el botón que pone en marcha la nueva emisora del Colegio Salesiano. Esta emisora funciona desde hace quince años, y sus servicios a la Iglesia y a Katanga han sido extraordinarios. Asistieron a la inauguración tres Ministros del Gobierno, el Arzobispo de la ciu- dad y dos Obispos más. Por esta razón, autoridades y pueblo entero han participado en las fiestas de la inaugura- ción como a un acontecimiento de familia. Casi contemporáneamente, el Colegio de «San Francisco de Sales”, de Elisabethville celebraba el cincuentenario de su fundación (1912-1962). Los actos han tenido resonancia nacional, tanta fue la participación de las autoridades ) la concurrencia del pueblo. El Ministro Muhoma. en un memorable discurso, agradeció en nombre del Presiden- te del Estado de Katanga a los Salesianos “que han tenido el mérito de haber tenido fe en el destino intelectual de Africa cuando nadie creía en ello. Y hay que decirlo con orgullo, que si hoy existen médicos, ingenie- ros, doctores en derecho, arquitectos, hom- bres políticos, etc., todos han salido del cua- drilátero del glorioso Colegio de Elisabeth- ville. En efecto, en menos de cincuenta años han conseguido los alumnos del Colegio de San Francisco de Sales, 167 titulados univer- sitarios. de los cuales 47 están al servicio de Katanga. La cifra es por sí misma altamente elo- cuente… Y no obstante la tempestad que se echó sobre nuestro pueblo, os hemos visto firmes en vuestro trabajo y abrir de nuevo las puertas de vuestro Colegio, a pesar del pe- ligro evidente. Podéis contar con el apoyo del Gobierno que hoy renueva la solemne promesa de respetar todos los principios filo- sóficos, porque con la cooperación de todos Katanga llegará a ser una gran Nación en donde cada uno encuentre seguridad, felici- dad y prosperidad.” Por primera vez. después de los trágicos sucesos, la capital veía imponentes manifes- taciones públicas de religiosidad, de cultura, de sport y de alegría organizadas para cele- brar el Cincuentenario del Colegio Salesiano. La participación de las autoridades ecle- siásticas. civiles y militares del pueblo, fue unánime : todo en completa unión de cora- zones. sin problemas de color o de raza. 14 Participación salesiana en la Exposición «La Iglesia de hoy» Roma.—Durante los días del 18 de no- viembre al 9 de diciembre está abierta al público, en los locales de la Feria de mues- tras, de Roma, una “Exposición de los Ins- titutos religiosos del mundo”, con ocasión del Concilio Ecuménico. La exposición presenta: “La Iglesia de hoy en sus miembros vivos y operantes”. Su fin es el de suscitar vocaciones para todos los apostolados. En efecto, una parte intro- ductiva general sobre el tema de las “voca- ciones” abre la muestra. Después cada instituto religioso presenta un aspecto particular de su actividad apos- tólica, que responde al espíritu y a la fina- lidad que se propuso el Fundador. Entre los asuntos que pueden verse, tenemos: “Los enfermos en la Iglesia. — La educación de la juventud. — La técnica moderna al servi- cio de la Iglesia. — Las Escuelas Profesio- nales Católicas.—El Apostolado del Mar.— Los emigrados.—Los seglares militantes.— Las Misiones, etc., etc.” Da una visión amplia, hermosa, viva de los múltiples apostolados que la Iglesia ejer- ce en todo el Continente por mediación de los institutos religiosos masculinos y feme- ninos. Los salesianos participan en la exposición presentando una de las actividades más tí- picas de su apostolado: “Las Escuelas Pro- fesionales y Agrícolas para la formación completa del joven aprendiz, es decir, la educación técnica, cultural, espiritual, ciu- dadana y social”. El pabellón salesiano pre- senta dos partes: una histórica y otra su realización actual. La primera parte pone de manifiesto a Don Bosco como suscitado por Dios para llevar una solución a un problema nuevo originado por el paso de la actividad artesana a la industrial, en plena crisis libe- ral y social. Por caminos ocultos la Divina Providencia preparó al Fundador de los Salesianos para tal apostolado: tres hechos sugestivos hacen revivir tal preparación. La segunda parte presenta las más impor- tantes realizaciones de Don Bosco en favor de la juventud obrera. Se ve el desarrollo de las Escuelas Profesionales Salesianas en el mundo ; la preparación del Coadjutor como jefe de taller, en las Casas de Formación; las especializaciones en las Escuelas Profe- sionales; la vida de un joven aprendiz en un Instituto Salesiano ; algunas Escuelas Pro- fesionales, modelos en el mundo. La iniciativa de Don Bosco la llevan hoy adelante sus hijos en todo el continente con el fin de actuar las directrices de la Iglesia, que son las del Evangelio en el mundo del trabajo. Próximo al pabellón de los salesianos se encuentra el de las Hijas de María Auxilia- dora, la segunda familia espiritual de Don Bosco. Ellas presentan principalmente las “obras sociales” en favor de la juventud fe- menina, ya que este es el apostolado suyo que recoge más simpatías y benevolencia en las cincuenta y siete naciones en donde tra- bajan. 25 años al frente de la Tipografía Vaticana Ciudad del Vaticano.—Se han cumplido ya veinticinco años desde que Su Santidad Pío XI confió a los salesianos la Tipografía Vaticana y la administración del “Observa- tore Romano”. La significativa fecha ha sido recordada por los miembros de la Comunidad Sale- siana con fervientes oraciones elevadas al Señor en el silencio y en el recogimiento de la Casa. Su Santidad Juan XXIII, con una muestra de su paternal benevolencia, ha hecho llegar a los salesianos una artística foto suya con el siguiente autógrafo : “A los amados hijos de la Comunidad Salesiana de la Ciudad del Vaticano, que agradecidos a Dios, recuerdan sus veinticinco años transcurridos en el Pa- lacio Apostólico al frente de la tan apreciada obra de la dirección de la Tipografía Vati- cana y de la administración del “Osservatore Romano”. Nos sentimos contentos de rati- ficar Nuestra benevolencia y confianza, si- guiendo las huellas de nuestro Predecesor Pío XI, quien los quiso aquí con diligente solicitud, y de impartir sobre cada uno la Bendición Apostólica, portadora de gracias celestiales sobre sus actividades y sobre el continuo trabajo de la propia perfección re- ligiosa”. — 15 16 TRES FOTOS, TRES NOTICIAS En Petrolina (Brasil), se levanta un monu- mento al gran misionero salesiano Monseñor Malán, apóstol de los bororos de Mato Grosso doto superior izquierda). Los muchachos de las Escuelas Profesionales Salesianas de Victorias (Filipinas), han aprendido a domar el metal; ahi está como prueba ese artistico atril, que, satisfecho, nos muestra el chico (foto superior derecha). De rodillas, y en la capilla del Colegio, este joven dominicano recibe del Nuncio del Papa su titulo de perito mecánico. ¡Todo un sim- bolo! (Foto inferior.) «OBISPO, ME GUSTA TU BARBA» Entrevista con Monseñor M arianayagam, Obispo salesiano indio y Padre Conciliar. gOY un obispo indio. Mi diócesis es Ve- llore, en el Sur de la India, dividida en treinta parroquias y cinco vicariatos. De es- tas parroquias veintinueve fueron erigidas por el Arzobispo de Madras Mons. Luis Mathias, cuando la misión pertenecía a la Archidiócesis de Madrás. La diócesis ha sido confiada a los salesia- nos. De los cuarenta sacerdotes que allí tra- bajan, diecisiete son salesianos y están al frente de once parroquias. La extensión te- rritorial es de cerca de 8.000 kilómetros cua- drados, pero tiene carreteras que unen todos los centros misioneros. La penetración cristiana es muy lenta, pues la religión más extendida es el hinduísmo. La predicación directa a los hindúes es casi imposible. Muchos hindúes se presen- tan y toman parte en nuestras funciones como espectadores, ven cómo se desarro- llan nuestras funciones y escuchan las ins- trucciones de la catcquesis. Entonces es cuan- do el sacerdote aprovecha la ocasión para acomodar a ellos su palabra. Aquellos gra- nos de buena semilla producen, con el tiem- po, sus frutos, y he aquí cómo se explican las peticiones espontáneas de bautismo por parte de individuos de familias hindúes. Muchos me preguntan cómo me hice yo salesiano. Yo recuerdo, desde pequeño, que los salesianos iban todos los domingos a mi pueblo a celebrar. Uno de estos días me pre- guntó uno de ellos: —Oye, David, ¿a ti qué te gustaría ser de mayor? Sin saber qué responder me aventuré a decir: —Sacerdote. Aún no sé explicarme cómo pude decir aquella palabra. Es verdad que en el pueblo me llamaban ya “Padre David”, porque era quien dir’gía las oraciones de la Comunidad por las tardes y además tocaba la campana y estas cosas las hacía con gusto. A los siete años perdí a mi padre. Mis dos hermanas estaban casadas y mi madre tra- bajaba solamente para mí. Se lo debo todo a ella. La iglesia estaba a cinco kilómetros de nuestra vivienda. Cada domingo iba, y ¡ay si faltaba a la misa! Mi madre habría sufrido por ello. La veía radiante de alegría cuando, vuelto a casa, le decía que había recibido la comunión. Terminados mis estudios elementales, ma- nifesté deseos de ir al Seminario. El futuro Arzobispo de Madrás, don Merdelet, que era Párroco de Tanjore, me dijo que hiciese 1? petición por escrito y en inglés. Fui a verle: era imponente, tenía ya un aspecto episcopal, con una barba muy espesa y abier- ta en abanico que infundía respeto y vene- ración : —Querido David, me dijo, le ayuda- — 17 ré, pero antes tendrás que estarte conmigo. —Pero yo debería estudiar bachillerato, te contesté. —Entrarás el año que viene. —¿Y mientras tanto, qué hago? —Repetirás la clase. Manifesté mi desagrado: no podía retener las lágrimas. Don Mederlet, sonriendo, me dijo: —O así o yo no enviaré tu petición al se- ñor obispo. Más tarde comprenderás. Pocos días después el obispo recibía la petición y me aceptaba para el año siguien- te. Recuerdo que éramos ocho muchachos. Al año el obispo nos mandó a todos a Mai- lapur. Dos se hicieron salesianos y uno car- melita. En el 1926 entré en el Noviciado. Fui ordenado sacerdote en Shillong el año 1934; después fui párroco en Tirupattur, y, a! cabo de un año, pasé a la parroquia de Polur. Y a continuación fui trasladado al Santuario de la Virgen de Lourdes, en Che- pet, donde permanecí dieciséis años. El año 1952 fue creada la diócesis de Vellore. confiada a Mons. Pablo Mariasel- vam, su primer Obispo ; él me nombró Can- ciller y Vicario General. El nuevo Obispo vivió tan sólo un año y pocos meses. Yo co- nocía ya la diócesis porque la había visitado como inspector escolástico. Fui llamado a sucederle. Debo decir que mis diocesanos son para- dos y tranquilos y muy educados. Cuando dan la bienvenida a un huésped le colocan en el cuello una corona de flores y le ofre- cen un limón en señal de respeto. Les gusta vestir con colores chillones. El influjo occi- dental es mínimo. La piedad sacramental en la comunidad cristiana va creciendo. En cuanto a vocacio- nes tenemos en Madrás en el aspirantado salesiano diez niños, dos en el seminario menor y doce clérigos en seminario mayor. Este año fueron ordenados dos sacerdotes y en 1964 serán tres. En el campo femenino las vocaciones son más numerosas… Secundando nuestro deseo de conocer al- gunas cosas de sus viajes. Monseñor con- tinúa : Si queréis que me defina, os diré que soy un obispo de la Orden de los mendicantes. Me explico : he viajado por los Estados Uni- dos, Alemania, Suiza, en busca de dinero. Necesito dinero, porque mis pueblos y mis aldeas son pobrísimos y necesitamos cons- truir casas, muchas casas para las pobres gentes que andan sin techo. ¿Mis preferencias? Los niños. Con los niños me encuentro a mis anchas. Recuerdo que en la última visita que hice a los Es- tados Unidos encontré a una niña de dos años que lloraba : no quería acercarse a mí. Era la más pequeña de seis hermanitos. La mamá le decía: —Besa el anillo del obispo, Virginia. Y no quería. —¿Por qué no quieres?, le pregunté. No me respondió. Más tarde supe que ha- bía visto en la televisión una escena sobre los microbios y gérmenes que transportan enfermedades. Estaba convencida de que yo era un portador de microbios (y aquí Mon- señor Marianayagam sonríe). En California, mientras pedía para mis diocesanos, me encontré con un niño de seis años, un tipo despabilado, inteligente y de un pelo rubio subido. Se me acercó sin mie- do y cogiéndome la mano, dijo con mucha seriedad : —Obispo, a mí me gusta tu barba. Después miró a su alrededor, a los pre- sentes, y alzándose sobre las puntas de los pies me dijo al oído : —No te la cortes… Yo pensaba en la ternura de Jesús al es- cuchar a los niños, almas inocentes. En Chicago me encontré, en un hospital, con una señora con sus dos hijitas. La más pequeña era muy viva y traviesa. —¿Cómo estás?—le pregunté. —Bien. —¿Cómo te llamas? —María… Y tú, ¿cómo te llamas? Le dije mi nombre. La niña me miró, se sonrió, hizo una inclinación y después me saludó con una señal de la mano: —Adiós, adiós, Obispo David. En Boston me sucedió una cosa curiosa. Conocía a una familia que tenía tres hijos. La más pequeña me tenía un miedo cerval ; siempre que yo la miraba escondía su cara en las faldas de su mamá. Nunca decía una palabra. Se llamaba Nancy. Le pregunté a la hermanita mayor: —¿Por qué no me traes a tu hermanita Nancy? 18 UN ACORDEON Y… UN SALESIANO MAGDALENA DEL MAR (Perú). —El Padre Jenaro Yódice, Salesiano, con un acordeón y pidiendo limosna, logra dar desayuno, almuerzo y merienda diarios a trescientos niños. Ha formado varios equipos de fútbol, integrados por obreros. En la foto aparece tocado con su casco y acompañando al Prefecto General de la Congregación Salesiana. Su actuación en la TV le ayudó a terminar la construcción de un magnifico co- medor y de dependencias para duchas, baños, campos de fútbol, escuelas, biblio- teca.. enfermería, peluquería gratis… ¡Lo que se puede hacer con un acordeón puesto al servicio de las almas! – Tiene miedo, me respondió. Supe más tarde que la pequeña Nancy le había dicho a su hermana mayor: —Tengo miedo del obispo: pregúntale cómo se peina la barba. Tras mucha insistencia, por fin, la peque- ña Nancy aceptó ir a verme y hablarme, pero con una condición: —Que el obispo se quite la barba e iré a verle. Un día su madre me la trajo en coche, pues le había convencido de que me había quitado la barba. Pero al verme se puso a gritar y llorar. La madre, a duras penas, la persuadió a que no tuviese miedo. Efectivamente, a los pocos minutos la niña se me acercó… llegamos a ser muy buenos amigos y cuando se marcharon, se había encariñado tanto conmigo, que se despidió mandándome besos con las puntas de los dedos. Al día siguiente vino a traerme una limosna suya para los niños de mi diócesis de Vellore y poniéndomela en la mano me dijo: —Excelencia, cuente el dinero… Yo dudaba… La niña me lo tomó de la mano y me dijo: —Tú no sabes contar: es un dólar y cin- cuenta centavos. Son para los niños pobres de tu diócesis… Monseñor Marianayagam concluyó: “¡Si supiera cómo anima encontrar almas buenas y generosas! Para el corazón de un misio- nero no hay deseo más ardiente que anun- ciar la Buena Nueva a los pobres.” — 19 España Salesiana SE INAUGURA EN ASTURIAS LA FUNDACION «MASAVEU» Oviedo. — Los Saleslanos han entrado en Oviedo gracias a la generosidad del excelen- tísimo señor don Pedro Masaveu, que ha creado la Fundación «Masaveu» en benefi- cio de la juventud obrera ovetense y astu- riana. La Fundación «Masaveu» constituye un Centro de Educación y de Formación Pro- fesional, previsto para mil alumnos, repar- tidos en once cursos con las especialidades de mecánica, electricidad y química, y en la que podrán obtenerse la capacitación de maestria industrial. Cuenta el Centro con una capilla de sin- gular belleza, presidida por una bella ima- gen de Maria Auxiliadora, con capacidad para quinientas personas sentadas cómoda- mente: de salones de teatro, cine, veinte aulas, salas de dibujo, laboratorios de física y química, enormes naves para los talleres, cuartos de duchas, comedores, cocina y resi- dencia para la Comunidad Salesiana. La bendición de este maravilloso Centro de Formación Profesional tuvo lugar el pa- sado día 24 de septiembre, impartida por el excelentísimo y Rvdmo. señor Arzobispo doc- tor García de Sierra. Asistieron a la inaugu- ración y bendición el excelentísimo señor Gobernador Militar, don Rodolfo Estella Be- llido, y demás autoridades civiles y militares. Presentes estaban don Pedro Masaveu con todos los miembros de la familia, el Padre Provincial de los Saleslanos, don Emilio Co- rrales, y el director del nuevo Centro. Después de cantar un Te Deum en la ca- pilla y de bendecir todos los locales, el señor Arzobispo dirigió a los asistentes, reunidos en una de las espaciosas naves, unas pala- bras, en las que resaltó la importancia que tiene la Fundación «Masaveu» y lo que re- presenta no sólo en el orden de la formación profesional, sino también en el de la educa- ción espiritual y moral. Tras elogiar el ge- neroso proceder de los fundadores, dijo el doctor García de la Sierra y Méndez, que encierra trascendencia todo cuanto sea ca- pacitar al obrero, elevar su nivel, despertar el sentido de responsabilidad. Cuando veo esta Fundación, esta obra, prosiguió diciendo el señor Arzobispo, se me alegra el corazón, porque es un instrumento con el que los muchachos podrán formarse y educarse. El señor Arzobispo terminó sus palabras con un canto y una exhortación a la unidad y al fortalecimiento de la familia. La familia Masaveu obsequió a los invita- dos con un refrigerio. 20 SEVILLA.—Los catequistas de la Inspectoría de Sevüla ha- ciendo corona al señor Ins- pector al finalizar la Asam- blea que los reunió en la Casa Inspectorial el 27 de septiem- bre próximo pasado. Entre las ponencias allí presentadas no faltó, entre las principales, la referente a la Prensa Juvenil Salesiana, destacando, en pri- mer lugar. Juventud Misio- nera. para todos los alumnos en general, y Dirigentes, para aquellos que pertenecen a las Compañías. DE NUESTRAS MISIONES ¡Soy el Toadle! Viaje a través de la selva de los achuaras Las tribus de los achuaras pueden ser con- sideradas como grupos étnicos pertenecientes a las tribus jíbaras (shuaras). Viven en la región que circunscriben los ríos Macuma y Pastaza. Su idioma es idéntico al shuar, menos unos pocos términos y algunas dife- rencias fonéticas. Son tribus muy primitivas. El jíbaro teme a los achuaras por su carácter muy belicoso. Con todo, el achura tiene una cierta exube- rancia y sociabilidad, por la que conserva un relativo intercambio comercial con los pe- ruanos. Su odio implacable hacia los enemigos los tiene empeñados, a menudo, en duros com- bates. Forman numerosos núcleos de fami- lias para prevenir las sorpresas: a este fin, treinta o cuarenta individuos habitan, a ve- ces, en una misma casa. Hace cinco años, el intrépido y heroico misionero P. Luis Casiraghi, organizó el pri- mer contacto con los achuaras, desde Taisha, avanzada base misionera, en las periferias del Vicariato de Méndez. La primera semana de septiembre del año pasado, yo también probé la satisfacción apostólica de visitar aquellas tribus. Los pre- sagios del viaje no eran muy halagadores, debido a la hostilidad de los semiachuaras que pueblan la orilla del Macuma. Los ríos son torrenciales y el lugar desconocido. Me encaminé “in nomine Domini”. Con- migo iban dos jíbaros robustos y dos media- nos. Llegamos a la choza de Mosúrash, un jíbaro conocido. Me asusté apenas noté su abierta hostilidad: nos amenazó con la ca- rabina, gritando y paseándose nerviosamen- te adelante y atrás, como acostumbran ellos. Le habían contado que unos jíbaros que TU DUC (Vietnam). — Airosa capilla recién inaugurada, del Noviciado y Aspirantado Salesiano. 21 guiaron mi expedición anterior querían ma- tarlo. No sé cómo logré calmarle. Al atarde- cer pude enseñarle un poco de catecismo a éi y a toda su familia. Masúrash contempla- ba el crucifijo con particular interés. Desde el amanecer del día siguiente ins- peccionamos la orilla opuesta del Macuma, pero inútilmente : no había rastros de cami- no y la selva parecía inexpugnable. Entramos en el río Changuapi: aquí nos recibieron los primeros achuaras, pertene- cientes a la familia de Chipia-Chierapa. Qui- se visitar a los indígenas de la orilla, mas cuando comuniqué mi plan a Chiriapa, éste se opuso, diciendo que allí, muy cerca, vi- vía Cashindiu, su peor enemigo. En realidad este nombre bastó para turbar a los jíbaros que me acompañaban. Añadió también que no había otros caminos, y que si realmente me obstinaba, debía ir con las canoas. Se alejó de mí pronunciando estas palabras: «Temo que mi enemigo Cashindiu te mate y se alegre después de haber muerto a un hombre blanco (apachi)”. Le aseguré que no tenía miedo y que con- fiaba plenamente en Dios. Un joven de die- ciocho años, Wasúmb, se ofreció para acom- pañarme: era un pariente de Chiriapa y es- tuvo interno en la Misión de Taisha, el año pasado. Al día siguiente llegué a la casa de Sán- tiac, a tres horas de distancia ; aquí me die- ron tres canoas : con ellas debía yo aventu- rarme por un río lleno de peligros. Por otra parte, ésta era una oportunidad que no se me habría presentado más, y por eso no quería perderla. Durante la noche Sántiac quiso saber mu- chas cosas de nuestra religión católica (pues había conocido al P. Casiraghi) y también de los protestantes evangelistas que tienen un centro no muy lejos de nuestra Misión. Chiriapa, después de haberme aconseja- do largamente sobre el viaje, hizo que me prepararan unos plátanos, carne de ave y yuca. Pasé la noche sobre el suelo, con la esperanza de dormir un poco. Al amanecer celebré la Misa, insustituible sostén del mi- sionero, y comenzamos la marcha atrevida por el río. Las cascadas eran muy peligrosas y los muchachos, inexpertos, no podían guiar con seguridad las barquichuelas. Con frecuencia las olas elevaban y sacudían las embarca- ciones, mientras las ramas de los árboles colgantes sobre el río nos azotaban con sus crueles látigos. Al fin divisamos un peque- ño sendero en la orilla : esto indicaba la pro- ximidad de algunas de las habitaciones de Cashindiu. Pisamos tierra: una choza do- minaba ampliamente el anchuroso valle. Apenas la vieron mis compañeros huyeron precipitadamente, abandonando las canoas: temían la presencia vengativa del indomable Cashindiu. Quedé solo un momento. Después corrí detrás de los fugitivos procurando detenerlos y animarlos. Me obedecieron, pero se nega- ron resueltamente a seguir adelante. No que- daba otra solución que volver… Entre tanto anocheció y tuvimos que pre- pararnos un techo de hojas para pasar así la noche. Se puede imaginar fácilmente la suavidad de aquella cama, la música de las aves y las fieras, y mil indiscretas inyeccio- nes de los mosquitos… Con todo pasó tam- bién aquella noche: apenas pude celebrar la Misa sobre un altar de ramas, rezando por tantas ovejas sin redil. Nuestra situación se complicó por tener que navegar aguas arriba. Los muchachos avanzaban lenta y fatigosamente, luchando contra la corriente. El peligro era grande: las olas desiguales y las rocas del río amena- zaban sumergirnos, como lo hicieron ya con otros misioneros salesianos. En estos casos, más que las maniobras de los remeros, es necesario un milagro del Señor. Mientras avanzábamos, vi a lo lejos una canoa que venía hacia nosotros. En seguida 2? grité con fuerza: “Soy el Padre”. Era un hijo de Cashindiu; yo me alegré mucho. Cuando estuvimos cerca me dijo: “Padre, yo te quiero mucho ; mi padre quiere verte”. Pero ya no era posible: sólo le mandé un saludo. A las once de la mañana llegamos a una choza, donde vivían unas treinta personas que nunca habían visto al misionero. Pasé con ellos unos pocos y alegres momentos, tra- tando de insinuarles algún buen pensamien- to. Quedaron muy contentos y casi no me dejan seguir el camino… Era necesario que yo llegara temprano a la casa de Tijiu: éste vivía en la selva y su choza, muy espaciosa, se destacaba domina- dora por su posición estratégica. A ésta lle- gamos a las dos de la tarde: vivían en ella treinta y cinco achuaras. A una prudente dis- tancia grité que yo era el Padre. Este grito conjuró otra posible desgracia, pues los sal- vajes estaban ya armados contra nosotros. Pareció que iban calmándose. El brujo Ti- mas se apresuró para averiguar… cómo era ti Padre. De noche pude catequizar a esos pobres hijos de la selva. Me preocupé sobre todo de los niños que eran numerosos y vestían muy primitivamente: ¡cómo hubiera querido substraerles de las tinieblas y llevarlos al reino de la luz! Era una noche clara. En el atrio de la choza, cerca de mi pobre cama de hojas de plátano, se reunió secretamente una asam- blea general de cinco brujos. Hablaban mis- teriosamente y tragaban un narcótico (na- tén), excitante que los vuelve visionarios ; en estos sueños se enfrentan con fantásticos enemigos a los que les cortan la cabeza (tzantza), formando así sus mejores trofeos. Uno decía entre otras cosas: “Taisha es viejo ; ya le mataron al hijo : dejémoslo que viva aún”. A la mañana siguiente intenté celebrar el Divino Sacrificio, pero todos, maravillados, querían tocar los ornamentos sagrados. Avi- sé que estuviesen quietos y en silencio, pero de vez en cuando resonaba alguna inevitable y sonora carcajada. Los hombres tenían pintarrajeados el cuer- po y la cara ; de sus largos pelos negros pen- dían vistosas plumas de ave. Su vestido es el “itipi”. Las mujeres usan una tela de ma- yores proporciones (tarachi) y horadan sus orejas y el labio inferior con pequeñas ma- derillas. La choza, de forma elíptica, tiene el techo de paja y está dividida en dos partes, ambas aseguradas con palos muy resisten- tes; una parte es para las mujeres y otra para los hombres. Por dentro abundan grue- sas vasijas de barro, pequeños utensilios de cocina ; las camas, a modo de estera, tienen delante el fuego siempre prendido… Después de la Misa me ofrecieron el des- ayuno: yuca y chicha. Quedaban tres largos días de navegación en los que debíamos vencer el hambre, el cansancio y los elementos. Al segundo día topamos, sin complicaciones, con un tigre de agua. La tarde del tercer día llegamos finalmente a la casa de Chiriapa, el cual, apenas nos vio, exclamó : “Padre, Dios está contigo, porque has vuelto sano”. Palabras nuevas en la boca de un salvaje… Antes de llegar a la Misión visité también las chozas diseminadas a orillas del río Vi- quimi, afluente del Macuma: aquí recluté a cuatro muchachos que llevé conmigo a Taisha. Había pasado once días de viaje a través de la selva. Tenía el cuerpo extenuado y la sotana deshecha. La visión obstinada de la naturaleza bárbara forzaba mi imaginación. Pero tenía también el corazón henchido por el gozo de ser misionero y poder coope- rar a la conquista y extensión del Cuerpo Místico de Cristo. P. Luis Bolla Misionero salesiano. — 23 PADENG.—Grupo de karianos que esperaban nuestra llegada. Sólo el niño que lleva en brazos su madre era cristiano. PRIMERA VISITA A LOS KARIANOS LUEVE que es un placer. El agua nos ■L* remoja y refresca de pies a cabeza. Y pensar que cuando salimos, hace cuatro ho- ras apenas, lucía un sol que en los claros del bosque nos levantaba ampollas y hacía sal- tar la piel. Nos acercamos a Padeng y si no fuese por las benditas sanguijuelas que se nos pegan a piernas y brazos al rozar las matas del sendero, nos sentiríamos muy satisfechos con la refrescante ducha venida del cielo. Pero ya estamos acostumbrados a quitár- noslas raspando con un cuchillo. Lo malo es cuando no nos damos cuenta de que se nos han pegado. Entonces no se desprenden hasta que no se han hinchado de nuestra sangre. A pesar de todo no suele ser peli- groso. Marchamos casi a saltos, evitando ma- tojos y rasguños que nos pudieran producir los arbustos que se entrometen en el sen- dero y, sobre todo, mirando con ojos espa- bilados para no pisar una serpiente. Aun no hace una hora que despaché a una ser- piente venenosísima de un tiro. Benditos sean los inventores del plástico. Si no fuera por las bolsitas de plástico, de que nos hemos provisto a buen precio en Hua-Hi \ nuestras perspectivas al llegar a destino no serían tan felices, puesto que en cuanto alcancemos la aldea una ducha nos l.brará del barro y de las bolsas de plástico saldrá ropa limpia y seca que nos hará sen- t>. tos como nuevos. Los hombres que nos ayudan a llevar la impedimenta son casi todos de Padeng. La cabaña donde nos alojan es muy amplia y se alza, por medio de estacas, unos dos me- tros del suelo. Aunque vieja es confortable. Se halla en medio de una plantación de betel, la palma que produce las nueces, que en todo el Oriente se emplean para masti- car: lo que permite escupir a derecha e iz- quierda adornando con su colores rojos el ambiente… Nos aseguran que esta noche no lloverá. 24 k- cual no deja de ser un consuelo, pues la lluvia, que nos ha acompañado a lo largo de nuestra excursión, sigue y por entre las pajas del techo aparecen las primeras hume- dades. Siendo esta nuestra primera excursión a parajes para nosotros totalmente desconoci- dos, nos hemos permitido el lujo de venir tres sacerdotes y un coadjutor. Llevábamos más de un año preparándola para en cuanto llegaran las vacaciones escolares realizarla. El P. Sanóm, sacerdote siamés, se da aho- ra cuenta que dos sanguijuelas han estado engordando a su costa, por dos hilos de san- gre que descubre en sus pantalones. Del bo- tiquín de urgencia un hemostático pone fin a la situación. Las casas de la aldea no están agrupadas, sino puestas en medio de sus respectivas plantaciones. La nuestra está situada en un trozo de floresta desboscado a hierro y fuego. Las demás cabañas distan de la nuestra de tres minutos a cinco horas de camino. En el poblado hay ya un católico : un chi- quillo que no ha cumplido el año. Se trata de un bebé que en nuestra misión de Hua- Hiu fue bautizado por hallarse en punto de muerte. Su madre nos prometió que si sa- naba lo educaría en nuestra religión, aun más, que lo enviaría a una de nuestras es- cuelas. El niño curó y ahora, en brazos de su madre, pernea a gusto como para mostrar su contento de que hayamos venido. Apenas llegados nos hemos puesto a re- partir medicinas. Nos dicen que a dos horas de camino hay unos niños enfermos. Lo de- jamos para el día siguiente ; hoy estamos demasiado cansados. En nues- tra tarea nos sorprende una noche serena y estrellada. Hemos convocado a todos los vecinos a nuestra cabaña. Mientras llegan disponemos nuestro proyector de filminas. Como no hay, ni soñarlo, corriente eléctrica, previsora- mente nos hemos provisto PADENG.—Las karianos gus- tan también de pintarrajear- se, como esta niña, que tan contenta muestra su cara. de unas pilas y en lugar de la lámpara co- rriente, que consume demasiada energía, el proyector lleva una lámpara de faro de au- tomóvil. El cuadro que ilumina la pantalla es pequeño, pero muy claro. Están todos con 1? boca abierta ; jamás habían visto cosa semejante. Ante sus ojos atónitos brillan fi- guras de colores y escuchan con religioso si- lencio las explicaciones que en su propia lengua les hace el P. Fevrier, que ha venido adrede desde Birmania por conocer la len- gua de los karianos. Las primeras noticias sobre nuestra reli- gión caen en buen terreno. Al final de la proyección todo son preguntas acerca de Jesús y de la Virgen María. La conversa- ción pasa de tema en tema y uno nos hace esta pregunta: “¿Cómo os atrevéis a atrave- sar la floresta sin llevar al cuello el collar protector contra los espíritus?”. Les respon- demos que a nosotros nos protegen Jesús y su Madre y que como señal de su protec- ción llevamos al cuello una crucecita y una imagen de María. Son las diez de la noche. A esta hora ya llevan todos al cuello una medalla de María Auxiliadora bendecida. Sin embargo, a nin- guno le hemos dado crucifijo, porque en es- tas tierras lo reservamos exclusivamente y así se lo decimos, para los bautizados, los cuales lo llevan como distintivo. La madre del chiquitín bautizado se abre paso entonces y reclama uno para su hijito. Es el personaje de la hora. Francisco Sacco Misionero salesiano. — 25 SALVADO DE UN PELIGRO Vergara (Guipúzcoa).—Noche oscura era aquélla. Había llovido abundantemente, por lo que el suelo estaba embarrado y resbala- dizo. Un guardia civil Iba a cumplir su deber a un pueblo cercano. Tenía que atravesar un mal paso: un puente en malas condiciones, que cubre un profundo canal. La corriente es Impetuosa pues a diez metro del puente (cual catarata) se precipita desde una altu- ra de siete metros al río Deva. Decidido Intentó pasar; cuando ya estaba en la mitad del puente, dio un mal paso, titubeó un poco, y cayó a las aguas. No sabia nadar. El fusil, las cartucheras, el capote, todo contribuía a sumergirle. Hizo un es- fuerzo y, gracias a Dios, pudo agarrarse con una mano al hierro que sostiene el pequeño puente. Quiso gritar, mas, ¿quién habría a aquellas horas por allí? Intentó disparar al fusil, pero la corriente era demasiado Impe- tuosa para sostenerse mucho tiempo con una mano. Abandonado en manos de la Providencia gritó por última vez pidiendo auxilio. La misma Providencia quiso que una mujer del caserío cercano le oyera. Después de algu- nos trabajos, ayudado por ella, pudo respirar tranquilo en tierra. María Auxiliadora esperaba algo de él y le salvó. Sí. esperaba a dos de sus hijos para llevarlos a su casa, al Colegio Salesiano. Y él agradecido ha sabido entregarlos gene- rosamente a Aquél que por mediación de su Madre le salvó de tan grande peligro. Ese guardia civil es mi padre. María Auxiliadora ¡Gracias! Deseo que se publique la gracia en el Bo- letín, para mayor gloria de María Auxilia- dora.—José Esteban Orta. CURACION DE MENINGITIS Burgos.—Hallándose mi hermana en una gravísima enfermedad de meningitis, y dada la imposibilidad de curación, según el mé- dico, recurrí a Maria Auxiliadora para que la curase. Pocas horas después mi hermana experimentó una mejoría tal que los que la asistían y el que lo escribe lo presenció, nos quedamos maravillados por tan inespe- rada curación. Instantáneamente recobró todo el conocimiento que había perdido por completo. Hoy día se encuentra completa- mente bien y puede trabajar y hacer sus la- bores ordinarias normalmente. María Au- xiliadora ayuda a quien con fe la invocan. Acudamos siempre a la Virgen y ella nos escuchará siempre, si es para mayor gloria de Dios y de los demás.—Crescendo Santi- drián, S. D. B. CURADO DE MENINGITIS Córdoba.—Un día antes de marchar al co- legio, mi hijo Servando cae víctima de gra- ve enfermedad: la meningitis. Casi Instan- táneamente se le nublan los ojos, pierde el conocimiento y un terrible dolor de cabeza se apodera de él para no abandonarlo casi todo el día. El doctor decide llevárselo al Sanatorio. Mas impotente la ciencia médi- ca y a petición de su familia lo llevan a su casa perdida toda esperanza de curación. Los saleslanos le visitan con. frecuencia, dándole la bendición de María Auxiliadora. Se le reza a la Virgen sin descanso y sobre la frente del niño su abuelita le coloca una es- tampa de D. Miguel Rúa. Pasan los días y el enfermo poco a poco fue mejorando. Como consecuencia de la enfermedad Servando pa- recía un niño de tres años. Pero hoy, gra- cias a nuestra Auxiliadora ha reanudado ya las tareas escolares. Muy agradecido envío una limosna.—Francisco Perales García. CURADO DE AFECCION OCULAR Doy gracias a María Auxiliadora por ha- berme concedido anteriormente varios fa- vores y en especial por haberme librado de unos fuertes dolores ocasionados por una afección ocular. Según dictamen del facultativo se impo- nía una doble intervención quirúrgica; en el caso de que los dolores no cesaran. Con fervientes y renovadas súplicas, acu- dí a nuestra bondadosa Madre en demanda 26 de socorro, y al cabo de dos meses, y sin operación alguna, me vi libre de dolores. Han pasado diez meses, y me encuentro actualmente sin experimentar la menor mo- lestia como consecuencia de mi afección. Por ello renuevo públicamente en el Bole- tín mi agradecimiento a nuestra buena Ma- dre, por tan singular merced.—Rómulo Lai- taS. D. B. EFECTO DE UNA MEDALLA USADA CON FE Y CONFIANZA Puebla de la Calzada (Badajoz).—Encon- trándose en muy grave estado la enferma de corazón Carmen Montes fui a visitarla porque se la llevaban a Badajoz, y viendo que el doctor decía que el moverla mucho seria más expuesto, pues podía incluso mo- rir, me quité mi medalla de María Auxilia- dora, que siempre llevo conmigo, y se la puse a la enferma diciéndole: Madre mía Auxiliadora, si curas a esta enferma le rega- laré para siempre mi medalla y mandaré celebrar en acción de gracias una Misa. Eso fué a las tres de la tarde y a las cinco volvía el coche y sus familiares estaban asombrados al ver que ella los reconocía y entraba andando, aunque apoyada en uno de sus parientes.—Josefina M. OTROS CORAZONES AGRADECIDOS Julián Torres Pallares (Olivares-Sevilla) da gra- cias a María Auxiliadora por haber sentido su auxilio al invocarla durante un terrible cólico ne- frítico. Envía una limosna para su culto. Joaquín Selles (Alcoy-Alicante) da gracias a Ma- ría Auxiliadora por haber aprobado de un examen bastante difícil en el mes de septiembre un hijo suyo, después de invocar con confianza y fervor a tan buena Madre. Envía una limosna para su culto. José C. Alonso (Arenas-Avila) da gracias a María Auxiliadora por haber conseguido la posibilidad de examinarse, a pesar de sentirse delicado en aquellos días, y haber salido bien de los exámenes. Petra González (Puertollano-Ciudad Real) agra- dece a María Auxiliadora un favor recibido, con motivo de una enfermedad, y como gratitud regala al Colegio Salesiano de la localidad una preciosa Custodia. Viuda de Marcóte (Toledo) quiere manifestar su gratitud a María Auxiliadora publicando la gracia en el Boletín Salesiano por haber sido librada de unos grandes mareos durante su veraneo y re- gresar bien a Toledo. E igualmente por haber ob- tenido la gracia de que una hermana suya no fuese intervenida en el quirófano. Envía una limosna. E. Salamanca (Toledo) da gracias a María Auxi- liadora por haber obtenido de tan buena Madre que se cortara una hemorragia difícil de cortar a una sobrina suya. Envía una limosna. A. L. (Bólliga-Cuenca) agradece a María Auxi- liadora la curación de su hija, de tres meses, que lleva su nombre, porque se encontraba muy grave, y cuando le invocó haciendo una novena, se puso completamente bien. Envía una limosna. E. E. (Bólliga-Cuenca) agradece a María Auxi- liadora el haberle curado de una pierna que tenía enferma y se corría peligro de complicarse, y por haber curado varias veces a su hijita, enferma, invocando a María Auxiliadora y a San Juan Bosco. José Luis Fernández, de Carabanchel, agradece a María Auxiliadora su protección en unas oposi- ciones. Asunción F. A mil (Vigo) da gracias a María Auxiliadora por una gracia concedida, envía una limosna para su culto y publica la gracia en el Boletín, según promesa que hizo. Mercedes Fernández (Vigo) envía una limosna para las Obras Salesianas como cumplimiento de promesa que hizo a María Auxiliadora por dos favores recibidos. Amparo Risco (Orellana-Badajoz) da gracias a María Auxiliadora, envía una limosna y publica la gracia en el Boletín por haber conseguido de Ella que una hermana pequeña no fuese operada de una operación que, por otra parte, se presentaba necesaria. Rosalía Otero (Muelas de los Caballeros-Zamora) envía una limosna y da gracias a María Auxilia- dora por haber aprobado su hijo la reválida. Teófila Sanz (Garrovilles-Cáceres) da gracias a María Auxiliadora por haber salido bien de una operación. Josefa García (Madrid) agradece a María Auxi- liadora un favor obtenido, grandísimo y difícil, por lo que envía una limosna, y desea que se publique la gracia en el Boletín. Dan gracias a María Auxiliadora, envían una limosna y desean que se publiquen los favores en el BOLETIN SALESIANO: Jesús Muñoz, de Astudillo ; Angelines García, de Astudillo; Carmen Roscos, de Santander; Ignacio Martín, de Barcelona; J. G, de Zamora: María Conigai, de Madrid; Dolores García, de Zamora; Florencio Hernández, de Morón de la Frontera: Teresa Figueras, de Villafranca del Panadés (Bar- celona); Manuela Mayo, de Puebla de la Calzada (Badajoz); Manuela Gutiérrez, de Puerto Real (Cádiz): Socorro Madero, de Ecija (Sevilla); Ana Puerto, viuda de García, de San José del Valle (Cádiz); Arsenio Escudero, de Olleros de Tera (Zamora); M. P-, de Tarrasa; N. N., de Barcelo- na; N. N-, de Bólliga (Cuenca); Teresa Robledo Olmedo, de Astudillo (Palearía); Lucinda Gonzá- lez, de Zamora. — 27 De San Juan Bosco ude Santo Domingo Savio Utrera.—Quiero dar gracias por un favor recibido de San Juan Bosco, y envío una li- mosna.—Francisco José M.» Doblado. Córdoba.—Doy gracias a Santo Domingo Savio porque, debido a su intercesión y a su santo escapulario, mi señora pudo dar a luz felizmente su segundo hijo sin las compli- caciones que se temían. Deseo que se publi- que la gracia en el Boletín Salesiano para que Invoquen, en estos trances, a Santo Do- mingo Savio, protector de las madres y de los niños.—Luis Ruiz Moreno. Dan gracias a San Juan Bosco: Rosalía Componíanos,, de Madrid, y Mercedes Fer- nández, de Vigo. UNICO REMEDIO EFICAZ: LA ORACION A SANTO DOMINGO SAVIO Castronovo (Italia).—Al caerme me partí la pierna por un sitio difícil. Pasaron tres meses y, en lugar de ir mejorando, lo que ocurría era que iba de mal en peor: dos médicos no sabían qué curación aplicarme. Decidieron trasladarme a una clínica con el fln de someterme a una operación. Yo, en- tonces, comencé una novena a Santo Do- mingo Savio, de quien soy muy devota. Des- pués de un atento examen radiológico, el médico me declaró que dentro de dos días seria operada. Intensifiqué mi oración al Santo. Al día siguiente, habiéndome visitado de nuevo, el médico me encontró la pierna muy mejorada, y añadió que si el mejoramiento continuaba no sería necesaria la interven- ción quirúrgica. Hoy, después de un mes transcurrido, pue- do decir que estoy curada sin necesidad de haber sido Intervenida y me siento, incluso, mejor que antes. Santo Domingo Savio me ha escuchado y atendido en mi súplica.— Francisca Gattuso. LE PIDEN UN HIJO Trino Vergelle (Italia). — Habían pasado algunos años en espera de que el Señor hi- ciese descender sobre nuestro hogar su ben- dición y regalarnos un hijo, pero sin em- bargo la cuna estaba vacia. Suplicamos, sin embargo, a Sto. Domingo Savio y a San Juan Bosco intercedieran ante María Auxiliadora y nos obtuviesen esa gra- cia tan deseada. Y he aquí que nuestra casa se vio llena de alegría con la llegada del pequeño Bruno María. Si al principio de su llegada a este mundo los familiares sintieron temor ante el peligro de la salud de la mamá, ahora, gracias a tan poderosos intercesores, ambos gozan de per- fecto estado de salud. Damos gracias a Santo Domingo Savio y le rogamos que proteja a nuestro pequeño Bruno María con el fln de que crezca, pero sobre todo llegue a ser católico fervoroso y sepa imitar a su protector.—María Ausilia y Eugenio Raiteri. EL UNICO QUE QUEDO ILESO Ñapóles (Italia).—Viajando en automóvil, junto al conductor, salí milagrosamente ile- so de un choque con una moto. En el en- cuentro, los dos motoristas encontraron la muerte, y nuestro automóvil fue a chocar contra el parapeto del puente, con peligro de caer. El conductor, que era ingeniero, lleva más de un mes hospitalizado, y todavía no se sabe cuándo le darán el alta; la otra persona que viajaba también en el auto re- sultó con la pierna izquierda fracturada. Unicamente yo, que cuando llegué a casa tenia incluso incrustaciones de cristales en el traje y en la ropa interior, permanecí ileso, sin el más leve rasguño. Yo atribuyo esta gracia a la protección de Santo Do- mingo Savio, de quien he sido y soy muy devoto.—Cayetano Palomba. 28 — Favores de Don Miguel Rúa CURACION INSTANTANEA Valencia.—Hace seis años que a conse- cuencia de una infección en la boca me so- brevino una iridosciditis en el ojo izquierdo, que me producía terribles dolores de cabe- za. Después de invocar confiadamente al Ve- nerable D. Miguel Rúa, me apliqué una re- liquia suya y al instante cesaron los fuertes dolores que me aquejaban, quedándome profundamente dormida. Desde entonces hasta la fecha no he vuelto a sentir moles- tia alguna. El doctor don Joaquín Barraquer, después de consultar este caso con otros doctores, hubo de exclamar: «Todos convenimos en que la enferma debería experimentar dolo- res tan atroces, que no habría habido más remedio que extraerle el ojo. No sabemos en- contrar explicación natural a este caso ver- daderamente extraordinario y misterioso». Gracias sean dadas a la poderosa interce- sión del gran siervo de Dios el Vble. D. Mi- guel Rúa.—Sor Mercedes Artacho, Hija de María Auxiliadora. LIBRADO DE UN ATAQUE NEFRITICO TANNALA.—Habiéndome visto repentina- mente afligido por un fuerte ataque nefrí- tico, me encomendé al siervo de Dios D. Mi- guel Rúa, sobre cuya causa de beatificación y necesidad de activarla, hacia poco más de una hora habíamos leído unos pensamien- tos en la relación periódica que el Rvdmo. Rector Mayor de la Congregación Salesiana envía a todas nuestras Comunidades. Al in- vocar al primer sucesor de D. Bosco tenia entre las manos una reliquia suya. Tomé al- gunos remedios científicos que resultaron Ineficaces. Finalmente, siguiendo el consejo de mi anciana madre, me apliqué uno, sencillo y casero, y antes de un minuto quedaba plá- cidamente dormido, sin que hasta la fecha (han pasado tres meses) se me haya repeti- do el mal. ¿Quiso el siervo de Dios hacerme ver su complacencia en la virtud que tanto amó: ¡a obediencia y en su amor a la pobre- za, que le hacia recomendar para ciertas do- lencias la terapéutica natural? Como sea, aquí queda expuesto el caso junto con mi gratitud a D. Miguel Rúa, a quien esperamos ver pronto en los altares.— Rómulo Pinol, S. D. B. San Cebrlán de Castro.—Habiendo recibido la noticia de que mi madre había sido operada, la encomendé al siervo de Dios, Don Miguel Rúa, y conseguí que un hermano mío. Salesiano, le man- dara una reliquia. Ante la rápida mejoría de mi madre, deseo se publique la gracia, e invito a cuantas personas se hallen en algún apuro acudan a este siervo de Dios para conseguir del ciclo el verlo muy pronto en los altares.—Tránsito Ma- chado. Favores de Doña Dorotea de Chopltea LIBRADO DE SITUACION ECONOMICA PENOSA Barcelona.—Encontrándome en una situa- ción económica bastante apurada, se me presentaron unos pagos fiscales muy cuan- tiosos, lo que iba a crearme una situación extremadamente delicada. Recurrí a perso- na autorizada en la materia y me dijo efec- tivamente que era obligatorio satisfacer. Hice una novena con mucho fervor a Ma- ría Auxiliadora y a doña Dorotea de Chopi- tea. Y a los pocos días, junto con los seño- res que buscaban el litigio, visitamos tres abogados distintos y con estupor de todos aseguraron que no debía desembolsar ni una peseta. Como siempre, he creído que es un ver- dadero milagro y envío una Unisona.—Ma- ría Luisa C. CURADO DE MENINGITIS TANNALA.—Habiendo caído gravisimamen- te enfermo de meningitis un hermano Coad- jutor de la Casa Salesiana existente en esta población, le encomendamos todos, niños y hermanos, a la bondad de Dios, poniendo por intercesora a la gran cooperadora salesiana doña Dorotea de Chopltea. Si bien se prodi- garon al enfermo todos los remedios que la moderna ciencia posee, hemos de recono- cer que sólo la intervención del cielo ha po- dido consolamos con una curación maravi- llosamente completa. Publicarnos nuestra gratitud a la sierva de Dios, mientras trata- mos de animar a otros pacientes a que se pongan bajo su poderoso valimiento.—El Di- rector. Hinojosa del Duque.—Da gracias a doña Dorotea de Chopitea, envía una limosna y desea se publique la gracia en el Boletín Salesiano, por favores recibidos.—Victorino Antón. A bévalo (Avila).—Dos personas devotas de doña Dorotea de dicha población, envían 11- — 29 mosnas por favores recibidos para su causa de beatificación. Madrid.—Envía limosna D.* Rosalia Cam- pomanes. Vigo.—Por dos favores conseguidos de do- ña Dorotea envía una limosna.—N. N. Córdoba.—Agradece a doña Dorotea una gracia concedida y envía una limosna para su causa de beatificación.—Juan Toscano. Caspe.—Envía una limosna y desea se pu- blique en el Boletín Salesiano su gratitud por una gracia alcanzada por intercesión de doña Dorotea de Chopltea.—María No- gueras. Hinojosa del Duque.—Da gracias a doña Dorotea de Chopltea por varios favores re- cibidos, envía una limosna y desea que se publique en el Boletín Salesiano para estí- mulo de los demás.—M. A. BIBLIOGRAFIA Dr. Enrique Cerdá: Cuestionario SN 59. Un juego completo, 21 cuestionarios y 21 hojas resul- tados, un manual y dos claves de corrección. Pe- setas 120. Editorial Herder, Barcelona, 1962. El Cuestionario SN es un instrumento rápido y eficaz para determinar objetivamente perturbacio- nes neuróticas. Es útil en cualquier circunstancia en que se desee o se precise detectar sujetos neuró- ticos. El Cuestionario SN 59 mide objetivamente un factor «neurotismo”, y al mismo tiempo controla la actitud del sujeto ante el test, es decir, que se puede objetivar si sus contestaciones fueron sin- ceras o no. Puede administrarse —individual o colectiva- mente— en quince minutos. Su evaluación es ob- jetiva y se realiza mediante una clave de forma mecánica en menos de dos minutos. El material es sencillo y consta de: a) Manual (en el que se exponen las características del test, el proceso de su construcción y validación, y se dan las normas para administrarlo y evaluarlo). b) Cuestionarios, c) Hojas de resultados; y d) Cla- ves de corrección. Con el Cuestionario SN 59. Editorial Herder inicia una nueva sección indicada a la publicación de tests. Existe un amplio programa a desarrollar, anunciándose para en breve la edición los cues- tionarios de adaptación (forma adolescentes y for- ma adultos), de H. G. Bell. Josef Staudinger: El Sermón de la Montaña. Versión española de José Belloch Zimmermann. 14,4 por 22,2 cm., 344 págs. Rústica, 150 pesetas. Tela, 785. Biblioteca “Herder”. Voi. 51. Sección Sagrada Escritura. Editorial Herder, Barcelona, 1962. En este libro, Staudinger se propone analizar todo el sentido de las palabras de Jesús y reprodu- cirlo sin falsedades ni malas interpretaciones. La recta comprensión del Sermón de la Montaña es importante para la fe cristiana. El autor llega a la solución, esencialmente nueva para la cuestión sipnótica, gracias a un examen sin prejuicios y a una comparación técnica y exi- gente de los pasajes correspondientes a dicho pro- blema. Staudinger ha conseguido darnos un juicio segu- ro y el sentido auténtico del sermón de Jesús en la montaña. El libro se lee con verdadero agrado; su lenguaje puede ser comprendido por un amplio círculo de lectores. Tanto sacerdotes como segla- res pueden obtener abundantes frutos del mismo. Un apéndice muy interesante, tres índices: ge- neral, bibliográfico y onomástico, completan el valor de la obra. La biblioteca “Herder» ha aña- dido un importante título a su elenco. NECROLOGIA DON ANTONIO PORTELA ALONSO El pasado 9 de septiembre dejaba de existir, a los sesenta y seis años de edad, en Moaña. el Coope- rador Salesiano, don Antonio Portela Alonso. Era don Antonio hombre de una gran piedad, católico práctico y padre ejemplar de numerosos hijos, dos de los cuales son religiosas. Ocupaba, por sus dotes, el cargo de presidente de la Junta Parroquial de A. C. Llevó su enfermedad con edificante y cristiana resignación, y en medio de sus dolores tuvo re- cuerdos para los pecadores y alejados de Dios. Dejó recuerdos como los puede dejar un santo para todos los que le conocimos. Recibió los últi- mos Sacramentos con toda devoción, como lo hacía siempre, y la bendición de María Auxiliadora. Rogamos a nuestros lectores una oración por el alma de los siguientes Cooperadores y Bienhecho- res Salesianos recientemente fallecidos : Doña Juana Casanovas Amorós, de Cindadela: doña Juana Gallego López, de Madrid; don Mo- desto de Puig, de Gerona; don José Bataller, de Las Presas de Olot; doña Aurora Casals, de Ge- rona. y don Andrés Yila Brugat, en Freiburg (Alemania). En Santiago de Compostela entregó su alma a Dios doña Manuela Botana, viuda de Padrón. 30 — Tuvo una muerte ejemplar como eco de una vida eminentemente cristiana. En Vigo ha fallecido el ilustre y cristianísimo general, don Ignacio Nandín, seguido a los pocos días por su dignísima esposa, doña Natividad Gue- vara (q. e. p. d ), ambos de comunión diaria y muy queridos en la ciudad. Roguemos por ellos. En Vigo también el ilustrísimo señor don José Cervera Alsina, Decurión Salesiano desde los tiem- pos de Don Bosco, ferviente católico. Murió en la paz del Señor. R. I. P. A. d3eca¿ pala W3COCÍG4ZQ4- §cdedÁanad El mejor premio que Dios puede conceder a una familia es un hijo sacerdote (Relación de las becas que han experimentado variación) Beca «Don Rodolfo Fierros.—25.000 ptas. Beca «Don Juan». nueva entrega de 5.000 ptas.— Total: 15.000 ptas. Beca «Nuestra Señora de Vilna». 1.000 ptas.—-To- tal: 2.000 ptas. Beca anónimo. 6.000 ptas. P. Provincial’ Callo M.* Aviilledero, 14. Córdoba Beca «Manuel Hernández». 4.000 ptas. Beca «Nicolás Rodríguez>. 500 ptas. Beca «Familia de Lara», 100 ptas. Beca «Nuestra Señora del Pino». Teror (Canarias). 5.000 ptas.—Total: 15.000 ptas. jnap. de Yl. . de la Ylteiced P. trovindol: Rotto Son Juon Bosco. 74. Borcolono Beca oNuestra Señora del Rosario», del Colegio de Reus. Nueva aportación, 10.000 ptas. Beca iRoselló Estela», 5.000 ptas. Tntvp, de lianciacc’ Jauiei •* Provincial, bovolo* Scindono*. bovolo • lilboo Beca «Archicofradia de María Auxiliadora». Bara- caldo.—Total: 19.650 ptas. Beca »San Paulino». Baracaldo.—Total: 20.175 pesetas. Beca »Don Pedro Olivazzo». Baracaldo.—Total: 12.000 ptas. Beca »Don Eduardo Caprani». Baracaldo.—Total: 4.925 ptas. Beca » Escuela de Aprendices del Nervión». Bara- caldo.—Total : 25.000 ptas. Beca «San Juan Bosco», promovida por don Juan Gozaio. Baracaldo.—Total: 15.000 ptas. Beca «Señores de Uda Etxe». Bilbao.—Total : 12.000 ptas. Beca «Francisco Tierra». Burceña.—Total: 6.500 pesetas. Beca «Don Enrique Sáiz»■ Burgos. Antiguos Alum- nos. Nueva entrega, 1.500 ptas.—Total: 17.779 pesetas. Beca «María Auxiliadora». Pamplona. Asociacio- ciones. Archicofradía.—Total : 20.000 ptas. Beca «Alfonso Gómez Pineda». Pamplona.—To- tal : 5.000 ptas. Beca «Mamá Margarita». Pamplona.—Total: 1.500 pesetas. Beca «Virgen del Castillo». El Royo. — Total: 6.000 ptas. Beca «María Auxiliadora». Santander. Archicofra- día.—Total: 6.000 ptas. Beca «San José Obrero». Santander. Industriales. Total: 10.000 ptas. Beca «Santo Domingo Savio». Santander. Compa- ñías.—Total : 13.500 ptas. Beca «San Andrés». Sarracín. Nueva entrega, 140.60 pesetas.—Total : 1.302,60 ptas. Beca «Nuestros Mártires». Zuazo. Total : 18.409 pesetas. Beca •Maria Auxiliadora». R. G. R. — Total: 10.000 ptas. ‘Jn&pñciohÁa de Arss P. Provincial, Callo do Sagunto. 218. Volando. Beca »Virgen de las Virtudes». Nueva entrega, 2.685 ptas.—Total : 24.965 ptas. Beca «Nuestra Señora del Perpetuo Socorro», de Bétera, 1.000 ptas.—Total: 3.000 ptas. P. Provincial, bevalo* Salesiano*. Zamora. Beca »San José». Doña Marcelina Lorenzo Careiro (Gondomar), 30.000 ptas. — 31 LIBROS útiles y formativos que puede ADQUIRIR Y DIFUNDIR para dar a conocer el pensamiento salesiano: Colección HORIZONTES LUMINOSOS • Soldados sin uniforme, R. Uguccioni, 25 ptas. • Pioneros de Dios, Sante Garelli, 15 ptas. • El Santo del Trabajo, Piero Bargellini, 20 ptas. • El Salesiano es así, Adolfo L’Arco, 15 ptas. • Por un gran amor, M.* Pía Giudici, 15 ptas. • Cuando Dios llama, L. Terrone y T. Salvaré, 30 ptas. La colección HORIZONTES LUMINOSOS está integrada por libros que convienen ser leídos por los componentes de la Familia Salesiana y difundidos entre todos los que aprecien y simpaticen con la OBRA DE DON BOSCO. Leer HORIZONTES LUMINOSOS es conocer mejor a Don Bosco. Difundir HORIZONTES LUMINOSOS es cooperar a extender el pen- samiento de Don Bosco. Pida hoy mismo a la SEI Alcalá, 164, Madrid. ‘ cualquiera de los títulos, que le será servido inmediatamente, a reembolso, si así lo desea. Se ruega al Remitente ponga sus propias señas para efectos de devolución, caso de no dar con el destinatario.