Febrero 1949

Boletín Salesiano REVISTA DE LAS OBRAS DE DON BOSCO AÑO LXII – N.° 2 – FEBRERO 1949 SUMARIO: Nuestra Madre Auxiliadora__ Efemérides seculares_Del mun- do salesiano: Barcelona, Vigo, Madrid—Noticiario breve: Valencia, Madrid, Ciudadela, Córdoba, Utrera, Filipinas, Inglaterra, Tasmania, Australia, Argentina, Puerto Rico, Italia, Colombia, Jerusalén. — El Siervo de Dios Don Felipe Rinaldi____De .nuestras Misiones—Crónica de gracias__In memoriam. BARCELONA.—El nuevo saUn de aelos recLeiitenuenbe inaugurada en las Escuelas Sale simas de San Joef el día 16 de agosto, aniversario del nacimiento de Don Bosco. Finalmente, a las cinco y media, apareció el aparato en el cielo. Hubiéramos deseado transferir el viaje al día siguiente, mas el piloto quiso partir en seguida, pues había dejado aviso de que le esperaran aquella misma tarde. Afirmó por otra : ¿Recibe Ud. nuestro : suplemento misional : Se publica cada dos meses, con dieciséis páginas . y gran profusión de ilustraciones : Tres son $us fines; Acrecentar el amor hacia las Misiones… Dar a conocer las Misiones de la familia Salesia-j na, eminentemente misionera. Recabar auxilios espirituales y materiales para j estas mismas Misiones : No se contenten con leerla Envíenos alguna limosna. : Propague la Revista. Búsquele bienhechores. LECTURAS CATOLICAS DE SAN JUAN BOSCO Número de febrero: PINCELADAS DE LUZ La nueva tma&en de María Auxiliadora en las Escuelas Salesemas de Ruzafa (Valencia) parte que conocía bien la ruta, que «¿lo se necesitan cuarenta minutos Respetamos su parecer y partimos* EL DESASTRE.—A medida que avanzábamos iba dándole indicaciones al piloto, indicaciones que parecía no escuchar. Do repente perdimos de vista toda señal e indicio de civilización y nos encontramos volando sobre plena floresta como sobre un inmenso océano de boscaje. [Nos habíamos perdido! Durante veinte minutos seguimos volando, dando vueltas y más vueltas… (Todo inútil! De repente divisamos una pradería en medio de la selva, y el piloto, sin consultarnos lo más mínimo, se lanzó al aterrizaje… El avión corrió unos metros sobre la hierba, de más de un metro de altura; después, hallando el terreno más blando, capotó… Lanzamos un grito, una verdadera invocación al Cielo. Gracias a Dios, al salir del aparato nos hallamos todos sanos y salvos. Caía la noche; nos hallábamos lejos, muy lejos no sólo de toda vivienda humana, sino incluso de cualquier vía de comunicación; sin instrumentos ni medio alguno de poner el aparato en su posición normal… Comenzamos a gritar pidiendo auxilio… (vano intento! Desmontamos los asientos y nos refugiamos en el interior del avión para guarecernos un tanto del frío. (Qué noche tan larga! Sólo se oía el grito de las animales de la selva. [Cuántas veces y cuán do corazón nos encomendamos a.Ma-ría Auxiliadora, a San Juan Bosco y al Siervo de Dios don Felipe Rinaldi! MARTES, 17.—Amaneció, al fin, el nuevo día. Logramos encender una hoguerita para calentarnos. ¿De qué Íbamos a mantenernos? La selva no ofrecía ningún fruto comestible. En el avión no teníamos otra cosa que un puñado de caramelos y una botella de vino. El piloto salló a explorar el terreno. Regresó tres horas después triste y desalentado. Luego exploramos también, inútilmente, hada el Río Das Mortes. Sintiendo la fatiga de la sed. caminamos largo trecho por el bosque hasta dar con un poco de agua encharcada- A la una y media oímos un rumor en el cielo. ¿Sería un avión? En efecto, siguiendo la dirección del Río Das Martes, avanzaba por el aire el avión militar que cada quince días hace el servicio del Cojreo Aéreo desde Campo Grande a Cuyabá. Agitamos sombreros y pañuelos. Nos quedamos en la duda do si nos habrían visto desde el aparato. Después supimos que no. Por el contrario, habiendo pasado por Merurl, el director del Colegio Salesiano lee había dado aviso de nuestra pérdida; por una falsa interpretación, los cuatro aviones que salieron de Cuyabá en nuestra busca estuvieron volando horas y más horas sobre la parte opuesta de la selva. Entretanto, la sed iba en aumento. En cambio, por suerte, el estómago se portó muv bien aquellos días, pues apenas nos molestó el hambre, que nos quitaban la inquietud y la zozobra. Determiné volver al charco de la mañana. Abriéndome paso como pude entre la maleza, llegué al agua llené dos vasos y emprendí el camino de vuelta. Llevaría media hora caminando cuando caí en una hondonada adonde apenas entraba un leve resplandor de luz. Tras mil esfuerzos logré ponerme en marcha, pero con el aturdimiento de la caída había perdido la dirección, y me extravié. Caminando, caminando en aquella semioscuridad, di en un lodazal y comencé a hundirme en el baño… ¡hasta las rodillas! Cuanto más esfuerzos hacía por salir, más me iba hundiendo. Al fin me vi libre de tan terrible peligro, pero allá, en el fondo del lodazal quedaba aprisionado un zapato, que di por perdido, contento con sacar la vida. No había tiempo que perder, pues podía sorprenderme la noche. [Ni que decir tiene que del agua no quedaba ni gota!; había caído media docena de veces…, me pesaba enormemente la ropa empapada de agua fangosa… Para acabar de complicarme la situación me salió al paso la hierba-navaja. El nombre solo indica sus cualidades. Como primer saludo, me dió un buen tajo en el pulgar de la mano derecha; después, otros y otros. No llevaba ni siquiera un pañuelo para vendarme las heridas. Creía que iban a ser inútiles-todos mis esfuerzos; advertí los primeros síntomas de desfallecimiento y me dispuse a esperar la muerte con resignación, Pero sólo fué un momento. Reaccioné. Di algunos pasos más y me encontré de nuevo en la charca de agua. El sol, cayendo sobre el horizonte, iluminaba todavía la selva. Eran las seis y media. Otra vez en marcha hacia el prado donde se hallaba el avión. Esta vez con más cuidado para no perderme. Huelga decir que las jaculatorias me salían al compás de los latidos del corazón. Ciertamente, debo la yida a la intercesión de nuestros Santos. Llegué al aparato pocos minutos después de regresar el piloto. [Ningún indicio de salvación! Pero nos hallábamos todavía vivos. El piloto tomó su ración: un trago de vino y cinco caramelos y se echó a dormir. Yo hice otro tanto. Dormimos un sueño pesado y profundo. MIERCOLES. 18.—Al día ¿guíente el piloto partió a las siete y media de la mañana. Me acordaba que en la terrible sequía del 1942-43 hallamos una familia reducida a la más extrema necesidad. Al preguntarles cómo podían sostenerse, uno de los niños contestó: «Vivimos de la gracia de Dios.» Esta misma gracia nos sostuvo a nosotros en estos días. La verdad es que ni por un momento nos acordamos de las terribles onzas. *8 ni de pérfidas serpientes «sucurí», ni siquiera de los sanguinarios indios Chavantes. ¡Y tan cerca como los teníamos! Tampoco ellos se acordaron de nosotros, como asimismo las moscas llamadas «verjeiras». Hallamos un podto de agua a unos veinte metros de nuestro «campamento». Busca, buscando en todos los rincones del aparato, dimos con unas tabletas de chocolate. ¡Hay olvidos providenciales! Pasó el día y llegó la noche sin esperanza alguna. JUEVES. 19.—Este fué el día del milagro. San José, Patrono de nuestra Colonia de Sangrodouro, había provisto el día antes, miércoles, a nuestra salvación. Dicho día había partido el piloto dispuesto a encontrar la línea telegráfica que comunica Meruri con Sangrodouro. Llegó la noche y no regresó. ¿Qué habría sucedido? ¿Habría caído en manos de los salvajes? ¿Habría ido a parar al estómago de alguna fiera? Nada de esto. Había llegado, efectivamente, a encontrar la línea telegráfica en el poste 1.005. Camina a la derecha, camina a la izquierda, dió por fin en una hacienda donde le prestaron un caballo que. a galope tendido, le condujo, siguiendo el hilo salvador, hasta Sangrodouro. Después… Todo terminó bien. Vino el piloto en otro avión y nos arrojó comida y un mensaje: vinieron los nuestros y agrandaron el terreno donde aterrizó otro avión: despegó éste, pero no pudo remontarse, y tuvimos, al fin. que marchar a Sangrodouro a lomo de caballo. San José bendito había sido nuestro salvador. De esta fantástica aventura podemos sacar algunas conclusiones. Por ejemplo: 1.a, la aviación es como el cristal: mientras no se rompe, todo muy bien y muy bonito; pero si te descuidas… ¡estás aviado! 2.a, la caridad cristiana une a los hombres y hace que todos, en la desgracia, nos consideremos hermanos, como pudo verse en nuestro caso, ya que se movilizaron todos cuantos de alguna manera podían ser útiles a nuestra salvación. 3.a, la oración es omnipotente. El misionero no tiene que recurrir a libros escritos para demostrar esta verdad. Basta que recuerde mil anécdotas de su vida. 4.a. a pesar de todo, seguimos siendo entusiastas de la aviación en las Misiones. ¡Ay de nosotros sí el Apóstol San Pablo se hubiera desalentado después del primer naufragio en que estuvo a riesgo de perder la vida! A pesar de los peligros, este sistema moderno de locomoción favorece grandemente a las Misiones, acorta distancia, ahorra tiempo y, dicho sea en honor de la verdad, resulta más económico que las largas travesías a caballo. ¡Imaginarse que pasamos con un puñado de caramelos y unas pastillas de chocolate! ¿Quién dijo miedo? Los indios, los terribles indios Chavantes nos esperan. El Mat-to Grosso ofrece amplísimo campo para quien se sienta apóstoL ¡Que vengan muchos misioneros! Con esta alegre esperanza, se despiden de usted sus hijos espirituales y en especial este que se profesa su affmo, in C. J., GUIDO BORRA. Inspector Salesiano del Matto Grosso (Brasil) Sangrodouro. 24 de agosto de 1948. CRONICA DE GRACIAS UTRERA (Sevilla). —’Hallándome delicado de salud y después de haber sufrido una hemolisis, mis Superiores determinaron hacerme ver por un especialista. La radiografía patentizó el mal estado de tos pulmones. Mas yo me encomendé fervorosamente a Maria Auxiliadora pidiéndole la curación. La protección de la Virgen de Don Bosco no se hizo esperar, pues cuando días más tarde los médicos hicieron el análisis de los esputos, no hallaron ningún síntoma de la enfermedad, de tal manera que sólo tuve que someterme a un régimen moderado, más por prudencia que por otra cosa, v pude de esta manera proseguir normalmente mis ocupaciones ordinarias. Sucesivos exámenes médicos han confirmado la curación. Por este y muchos otros favores recibidos de la Virgen Santísima Auxiliadora envió un ex voto para su altar de la iglesia del Carmen de esta ciudad v publico la gracia en el BOLETIN.—Miguel Maria Aragón, S. D. B. MOHERNANDO (Guadalajara).—Padeciendo mi padre una grave úlcera en el estómago, el doctor aconsejó ¡a operación, si bien declaró sencillamente que no podía confiarse en el éxito y que sólo «El que todo lo puede» habría de decidir el resultado. Me encomendé entonces muy de corazón a la Virgen Santísima Auxiliadora y a Don Bosco, prometiendo enviar una limosna y publicar la gracia. La operación salió bien, y yo, Heno de gratl tud, cumplo lo prometido.—Un novicio Salesiano. BARCELONA.—Hacia fines de mayo de este afio (1948) una tía mía cayó gravemente enferma del hígado y los riñones. El caso presentaba señales de ser poco menos que desesperado. Comenzamos a rezar a María Auxiliadora pidiéndole la curación de la enferma, la cual tuvo que someterse a una operación de la que el médico temía no saliese con vida. Prometimos una limosna a María Auxiliadora, y hoy, llenos de gratitud, cumplimos lo prometido, pues mi tía salió bien de la operación gracias a la poderosa intercesión de la Virgen de Don Bosco, la cual nunca me ha negado nada de cuanto le he pedido.—Gaspar Olivares. MADRID.—Nunca agradeceré lo bastante a la Santísima Virgen la gracia extraordinaria que en el pasado mes de mayo me concedió, devolviéndo la salnd a mi hijito, Francisco Vázquez Silván. Llevaba ya año y medio enfermo y a pesar de todos los cuidados y consultas de los mejores especialistas de Madrid habíamos perdido toda esperanza humana. El día 27 de mayo venía la Santísima Virgen de Fátima a nuestra Parroquia, a media noche, a recibir los homenajes de estos sus hijos, y yo, llena de fe en la protección y bondad de nuestra bne- »9 na Madre, confiando ya tan sólo en Tilla, cogí a nú hiji-to y, envuelto en las mantas de su cainita, me fui a pos-( trar ante su milagrosa imagen, compadecida de todas las personas que contemplaban la palidez del pobre hi-Jito y la angustia de su madre, que no se apartó del lado de la Santísima Virgen hasta que le arrancó el milagro. Desde aquel dfa comenzó la mejoría del niño y hoy disfruta de perfecta salud, gracias a nuestra bondadosísima Madre, en quien todos confiamos desde el primer momento. Invito con esto a todos a recurrir en sus necesidades espirituales y materiales a la Santísima Virgen Auxiliadora, seguros de que esta buena Madre les ha de escuchar. Al mismo tiempo envío una limosna para propagar su devoción y para sus Obras Solesianas.— Martina Silvdn de Vátquet. MADRID.—Al caer enfermos dos de mis hijos entregué una limosna para María Santísima Auxiliadora, rogándole me alcanzara la salud de mis hijitos. La Santísima Virgen me escuchó y, agradecida a tan buena Madre, entrego de nuevo otra limosna.—Condesa de Rui-señada. MADRID.—Prometí a María Santísima Auxiliadora una limosna si conseguía la mejoría de mi madre, que se encontraba siempre delicada. María Santísima Auxiliadora no tardó en auxiliarme. Reconocida a su protección, cumplo mi promesa y ruego se publique la gracia.— F. N. (}. MADRID.—Recurrí a María Santísima Auxiliadora pidiéndole me ayudara en mis asuntos. La Virgen atendió solicita mi petición. Agradecido, mando celebrar dos misas y entrego una limosna para su culto.—A. Hernán-des G. MALAGA.—En el mismo día en que salia triunfante por los calles de nuestra ciudad la milagrosa Virgen de Don Hosco, María Auxiliadora, se encontraba enfermo del pecho un hijito mío de siete meses de edad. Llena de aflicción acudí al encuentro de la Virgen, y con el fervor de una madre y con los ojos arrasados en lágrimas le pedí la completa salud de mi enfermito. La Santísima Virgen me escuchó y en la actualidad el niño se encuentra perfectamente bien, según el dictamen del especialista que le visitaba. Agradecida a tan buena Madre, publica la gracia y cuelgo sobre el pecho de mi hijo la Medalla de su Archicofradia, a la cual ha dado su nombre y mcnsualmcnte dará una limosna para la Virgen, mientras él viva.—Maria Jimdnes Palomino. ALICANTE.—Teniendo n mi hijo David, de cinco meses de edad, enfermo de los ojos, llegando incluso a temer que tuvieran que cortarle los párpados, me acordé en mi tribulación de nuestra bondadosa Madre María Auxiliadora, a la que tantos favores debo, y recurrí a Ella con confianza, prometiendo unanovena. una limosna y la publicación de la gracia en el BOLETIN SALE-SIANO si se le curaban los ojitos a mi pequeño siu necesidad de cortarle. La Santísima Virgen escuchó mi súplica y a los pocos días mi hijito tenia los ojos bien. Agradecida a mi bondadosa Madre y a Santa Lucia, cumplo lo prometido y entrego una limosna para la construcción de la Iglesia Salesiaua de Alicante.—Salvadora Collado de Ksolid. IN MEMORIAM REVERENDO SEÑOR DON DANIEL CONDE V CONDE.—En la ciudad de Alicante, da cuyo Colegio Salesiano era Director, ha tallecido recientemente este tan conocido y, con sobrada racon, querido y apreciado hijo de Don Bosco. Tenia sesenta y cinco años de edad y había nacido en Allariz (Orense) que ha dado tantos y tan valiosos miembros a la Congregación Salesiana, y su familia, tres sacerdotes: don Daniel (q. s. g. h.), don Pió, mártir de Dios y de España, y don Luis, a quien participamos nuestro más sentido pésame. Estudió la Filosofía en Italia y se ordenó de sacerdote en 1910. Posteriormente ocupó el cargo de Director de los Colegios Salesianos de Valencia, San José y San Vicente deis Horts (Barcelona) y rigió durante varios años, a partir del 39, la Parroquia que los Salesianos teníamos en Vigo. De podernos extender más en las nolas necrológicas del BOLETIN, éste seria uno de los casos de dedicarle varias páginas. Sin embargo, como quiera que de ordinario se cumple el dicho como se vive se muere», y aquel otro tan repetido por nuestro Padre San Juan Bosco: »Al fin de la vida se recoge el fruto de las buenas obras», cuantos no hayan tenido la suerte de conocer personalmente al difunto, se formarán una idea siquiera aproximada leyendo esta relación que referente a su muerte y sepelio nos envían los Hermanos de Alicante. Don Daniel Conde enfermó poco antes de Navidad. El día 26 de diciembre celebró por última vez la Santa Misa, que apenas pudo terminar. Se puede decir que del altar pasó al lecho de su muerte. Desde el primer momento se otó asistido cariñosamente y con gran desvelo por sus amigos y amigos de la Obra Salesiana, los doctores Richart, Sánchez Burga-lió y Fioancos. Su dolencia consistía en una invasión de uremia, complicada con pulmonía y fallos en el corazón. El enfermo tuvo siempre la seguridad de que se moría y se preparó a la muerte con toda screnidad.sin que ni por un momento llegara a -perder el uso de sus facultades mentales. El último día del año, los doctores, reunidos en consulta, declararon el caso sin remedio, y asi, después de la cena, ante la Comunidad reunida en torno a su lecho, el 3C buen Padre Conde recibió los Santos Sacramentos que tantas veces y con tanto celo y amor había él administrado en semejantes ocasiones a fieles cristianos. Antes de recibir al Señor, quiso pedir humildemente perdón a los presentes por si alguna vez les hubiera podido dar, sin querer, algún mal ejemplo. Avisado el reverendo señor Inspector, don Florencio Sánchez, acudió rápidamente al lado del enfermo, llegando un día antes de que expirase éste, el cual, aunque ya no podía hablar, mostraba, sin embargo, en la expresión del rostro su alegría y consuelo al ver junto a sí en aquellos momentos al representante del Rector Mayor y de San Juan Busco. El señor Inspector le fué sugiriendo jaculatorias y santos pensamientos que el enfermo se esforzaba en pronunciar siquiera con los labios. El día 2, a las seis de la tarde, entró en agonia. Acudieron de nuevo todos los Salesianos de la Casa y un grupo de los Antiguos Alumnos más representativos de la Asociación. Y asi, rodeado de Hermanos y amigos, entre la emoción de todos los presentes, don Daniel entregó su hermosa alma a Dios. La triste noticia corrió rápidamente por toda la ciudad, y comenzaron a llegar al Colegio expresiones de condolencia: habló la radio local de la nueva prueba a que se veía sometido el ya tan probado Colegio Salesiano… y todo el tiempo de la capilla ardiente fué un continuo sucederse de Antiguos Alumnos, Cooperadores y Amigos de la Obra Salesiana, que venían a orar ante el cadáver del llorado buen Director. Para todos constituía un motivo de mayor tristeza el pensamiento de que dentro de tres meses iba a inaugurarse la nueva iglesia de María Auxiliadora, en cuyas obras tanta parte y sacrificios había puesto el difunto. El funeral, solemnísimo, y el entierro patentizaron una vez más cuánta era la simpatía de que gozaba don Daniel en la ciudad. Presidieron estos actos, juntamente con el muy reverendo señor Inspector, los excelentísimos señores gobernador, don José María Paternina; y alcalde, don Manuel Montesinos: el ilustrísimo señor Abad de la Colegiata de San Nicolás, y los reverendos señores Directores de los Colegios Salesianos de la provincia. DON MIGUEL ABAD TORMO.—El día 26 del pasado noviembre falleció este cooperador de Alcoy, doctor en Medicina. Pertenecía al Consejo Directivo del Patronato y miró siempre con simpatía y afecto a la Obra de Don Bosco. A la Comunidad Salesiana, desde su llegada a Alcoy el año 1927, prodigó sus más solícitos cuidados como médico de la Casa. DON ILDEFONSO LARREA IZAGA. El día 13 de diciembre falleció en Zarate (Alava), a los setenta y tres años de edad, confortado con los Santos Sacramentos y la Bendición Apostólica De sa vida y virtudes queda todo dicho con la enumeración de sus siete hijos, a quienes damos nuestro más sincero pésame: Carmen, sor Belén de Jesús (Sierva de Jesús); Eduvigis, sor María de la Asunción (Religiosa Clarisa); Gerardo (misionero de San Vicente de Paúl); Gabina y Juan (Sacerdote Salesiano, misionero en la India del Norte). DONA PABLA BLANCO SAMP1E TRO.—Esta piadosa señora era madre del sacerdote don José F. Pintado, Director del Colegio Salesiano de San Antonio, en Valencia. Falleció el día 5 de diciembre, confortada con los Auxilios espirituales. Descanse en paz y reciba cuanto antes el premio especial destinado por el Señor a las madres de los sacerdotes. DON VICENTE CANOVAS SOLER.— Fallecido en Gerona el 8 de noviembre a los sesenta y tres años de edad, habiendo recibida los Santos Sacramentos y la Bendición Apostólica. DON MAXIMINO ARAGON.—Cargado de años y de méritos ha fallecido el bonísimo Coadjutor Salesiano. quien, habiendo entrado ya mayor en la Congregación, ha prestado en ella valiosos oficios, como trabajador incansable que era. en la huerta y en otros quehaceres materiales, pero siempre de responsabilidad y confianza, en nuestras Casas. Desde hacia algún tiempo se hallaba en la de Campello (Alicante), donde le ha llegado la hora del siervo bueno y fiel. «‘DON FRANCISCO LA-ROCHE — Ocupó varios cargos públicos en Santa Cruz de Tenerife: gobernador civil, presidente del Cabildo, alcalde de la ciudad, presidente de la Caja de Ahorros, de la Junta de Obras del Puerto, etcétera. Ha fallecido a los sesenta y dos años de edad. Con él, la ciudad de Santa Cruz ha perdido uno de sus hijos más preclaros y de aquellos que pusieron a favor de la Patria chica todas sus actividades y valer. Porque el señor La Roche tenia dotes y prendas excepcionales: un tesón y voluntad firmes, reflexión y madurez en todas sus determinaciones. Una honradez sin tacha. Una religiosidad acrisolada. Las últimas palabras en su repentina e imprevista muerte fueron las palabras de la Señal de la Cruz y « ¡Jesús mío. misericordia! » La Congregación Salesiana, en su doble familia, Hijos de San Juan Bosco e Hijas de María Auxiliadora en Santa Cruz de Tenerife, están de luto. Han perdido a uno de sus más grandes bienhechores, al que supo encauza* hacía una feliz realidad las dos obras geniales de la Benemérita Caja de Ahorros tEs-cuelas Salesianos de San Juan Bosco y Hogar-Escuela». Su sepelio fué una imponente manifestación de duelo, presidida por todas las primeras autoridades de la provincia: dos bandas de música, la Municipal y la Salesiana, tocaban marchas fúnebres. Nuestros niños cantaron un responso al paso del féretro por delante del Colegio. A su distinguida señora, doña María Miranda; a sus hijos y demás familiares nuestro más sentido pésame. A nues o — 31 tros lectores suplicamos una oración por su eterno descanso. DOÑA MANUELA DE SOBRINO TOURNET. VIUDA DE LAHERA.—El domingo 21 del próximo pasado noviembre, a las tres y media de la tarde, extinguíase una vida cristiana, activa y fecunda, como se extingue una luz /alta de combustible, esta insigne cooperadora salesiana y presidente de honor de la Archicofradía de Maria Auxiliadora, en Cádiz, a la edad da setenta y seis años, confortada con los Santos Sacramentos y la Bendición de Su Santidad. Fuerte y ágil aún, hacia su vida ordinaria sin que nada hiciera sospechar tan rávido y tremendo desenlace. Pero el miércoles 17, tras oir misa y comulgar, lo que hacia a diario, en su oratorio particular, hacia las once de la mañana, mientras daba órdenes a su servidumbre, un violento ataque congestivo la privó de todo movimiento y comunicación exterior. Avisado el párroco, hubo de limitarse a absolver a la paciente y ungirla con el óleo santo. La Ciencia, no obstante el vivo y cariñoso interés de los doctores, no logró tampoco hacerle reaccionar. Los hijos y familiares, transidos de pena, aunque cristianamente resignados, hubieron de limitarse a pedir y e.sperar. Pero el glorioso Patriarca, tan querido e invocado en su casa, quiso que su fidelísima devota iniciara su tránsito y ascensión a mejor vida en un día a EL consagrado. Rodeada de todos sus hijos, excepto Madre Maria Teresa, religiosa esclava del Sagrado Corazón, hermanos y familiares, con. dos Padres Salesianos que la asistían y rezaban las preces de agonizantes, aquella vida larga y fecunda fuese apagando serenamente sin la menor contracción, sin estertor perceptible, salvo la respiración larga y profunda, hasta dormirse para siempre en el Señor. La ilustre dama, la digna esposa y la santa madre, que supo formar cristianamente a diez hijos, honra y prez de la buena so ciedad gaditana, dejaba el destierro por la tierra y volaba al Cielo, junto al Santo Patriar ca y a recibir el premio de sus virtudes y da 8us santas obras. Estas fueron tantas, y muchas de ellas tan calladas, que no es fácil reseñarlas. Podemos decir, sin temor a errar, que su caridad era inagotable y nadie que llamase a las puertas de su gran corazón quedaba sin consuelo y amparo. Los salesianos de Cádiz perdimos no una cooperadora, sino una tierna madre, que seguía por menudo nuestra vida y necesidades, siempre con la mano extendida para socorrer y remediar aun sin pedirle: ¡tanta era su maternal delicadeza! Devotísi ma de María Auxiliadora y de Don Bosco, acudía siempre a los cultos, que costeaba espléndidamente, con otros muchos rasgos de delicada ternura con nuestros niños y comunidad, en ocasión de fiestas y aun de enfermedades que ella trataba siempre de remediar o hacer menos sensibles. El acto del entierro de doña Manuela fué un plebiscito de honda gratitud y tierno afecto a la caritativa señora, en que tomó parte todo Cádiz con sus dignas autoridades a la cabeza. formando presidencia imponente los excelentísimos señores gobernador civil, general gobernador militar, Vicario de la Diócesis, Cabildo Catedral, alcalde presidente, presidente de la Excelentísima Diputación, almirante y comandantes jefes de todas las bases marinas del Departamento, coroneles de los regimientos de guarnición en la plaza, presidente de la Audiencia, señor juez de Instrucción y, como formando marco a esta selección magnífica de personalidades, una muchedumbre inmensa de pueblo agradecido sin distinción de clases, quienes bendecían la dulce memoria de la querida dif unta y pedían a Dios la paz y luz eterna para su alma generosa y buena. R. I. P. BOLETIN SALESIANO Apartado 9,134-MADRID SEÑAS DEL REMITENTE Rogamos a los ssAoros smploados de Correos ae sirva» devolver loe ajomplares cafo destinatario no aea hall ado, a las sofias del remitente. Muchas gradas. 3’ — O