Abril 1962

Boletín Salesiano. Abril 1962 fáacaé- p/àha wìcact&neA ^oleManaS- El mejor premio que Dios puede conceder □ uno familia es un hijo sacerdote Ina/p. da í?an ■ dfoacv P Provinciali Pateo Ora!. Primo do Rivera, 22. Madrid BECAS EN FORMACIÓN Cuarta Beca Sagrado Corazón.—Total: 21.987 ptas. Beca María Auxiliadora. Guadalajara.— Total: 22.436 pesetas. Beca Sanio Domingo Savio. San Blas.—Total: 15.306 pesetas. Beca María Auxiliadora. Salamanca.—Total: 6.300 pesetas. Beca San Juan Bosco.—Total : 350. Beca inmaculada Concepción. Doña Concepción Alvarez Mancha.—Total: 16.509,50. Beca San Luis.—Total: 18.000. Beca Siervo de Dios Laura Vicuña. Carabanchel Alto.—Nueva entrega, 2.575.—Total: 21.970. Beca don Antonio Garzón. A. A.—Total: 8.055. Beca María Auxiliadora. Atocha.—-Total: 28.155. Beca María Auxiliadora II.—Primera entrega, 15.000 pesetas. Beca don Antonio Torm. Estrecho.—Total: 24.000. Beca San Luis Gonzaga. Estrecho.—Total: 15.000. Beca San Josi Obrero.—Total : 7.500. Beca Escuela de Automovilismo.—Total: 20.000. Beca don Buenaventura Roca. Béjar.—Total : 5.000. Beca Santiago Apóstol. La Paloma___Total: 11.000. Beca Josefa A. Roldán y Familia.—Total: 15.600. Beca Vicente travedrò.—Total: 5.000. Beca A. y G.—Total: 5.000. Beca Pío XII. Villaamil (Madrid), PP. de Fami- lia.—Total : 5.900. Beca don Felipe Hernández. AA. AA. de la Pa- loma.—Total: 5.900 Beca Sacerdotal Don Juan.—Total: 10.000. Beca Santa Teresa y San Vicente.—Nueva entrega, 33.000.—Total : 43.000. Beca Viuda de Pujade.—Total: 2.000. Beca Nuestra Señora de las Angustias. Arévalo.— Total: 14.000. Beca Fuentes Bajo.—Total : 28.000. Beca Francisco Tierra.—-Total: 3.500. Beca Ludezu.—Total : 6.000. Nueva Beca don Enrique Sáiz.—Total: 1.000 ptas. u. da Yl. de. la i/fotced P. Provincial: Poseo Son Jvon Bosco. 74. Barcelona BECAS EN FORMACIÓN Primera Beca Padre Miguel Riera, del Colegio de Tarrasa.—Total : 3.698 pesetas. Beca Muy Rvdo. don Florencio Sánchez.—Total : 5.600 ptas. Beca Santo Domingo Savio. Monzón.—Total: 43.070. Beca sacerdotal Maria Antonia Porta de Durán.— Total: 4.500. Beca Doña Dorotea de Chopitea. AA. AA. de Ro- cafort.—Total : 27.000. Beca don Daniel Conde.—Total : 3.500, Beca señorita Emilia.—Total: 25.000. Beca San Marcelino.—Total : 20.000. Beca San Juan Bosco.—Total: 15.050. Beca Ntra. Sra. del Rosario. Reus.—Total: 2.000. Beca Roselló Estela.—Nueva entrega. 2.500.—To- tal: 15.000. Beca don Francisco Bandrés. Sarria.—Total : 15.000. Beca San Fernando. Residencia de Huesca.— Nueva entrega, 10.000.—Total: 25.000. Beca María Francisca.—Total: 10.000. Beca Domingo Savio, de los Círculos de la Ins- pectoría.—Segunda entrega, 5.000.—Total: 15.000. Beca don José Recasén.—Total : 2.679. Beca doña Bibiana Socías.—Nuevo donativo : 6.000. Beca don Rodolfo Fierro, en sus Bodas de Diaman- te, Colegio de San Juan Bosco, de Horta.—Pri- mera entrega, 10.000 ptas. P. Provinciali Colla M.* Auxiliadora, 18 Sevilla. BECAS EN FORMACIÓN Beca Padre Antonio Marcolungo.—Nuevas entre- gas, 1.025.—Total: 20.070. Becas Consejo Inspectorial de Cooperadores.—Padre Ricaldone, 4.000 ptas. ; Padre Viñas, 5.000 pe- setas ; don Manfredini, 4.000 ptas. ; don Floren- cio Sánchez, 4.100 ptas. Beca Sagrado Corazón de Jesús. Herederos de doña Salvadora García.—Total: 10.000. Beca don Rafael Romero. Colegio San José del Valle.—Total : 5.913. Beca doña Pura Bermúdez.—Total: 15.300. Beca doña Amparo Zabala. Carmona.—Total: 5.000. Beca doña Josefa Rodríguez.—Total: 2.000. Beca don Juan Romero Colegio Salesiano. Cádiz. Total: 21.514. Beca don Gregorio Ferro.—Total : 15.000. Beca don Andrés un. Algeciras.—Total: 4.000. Beca Ntra. Sra. del Rosario. Rota.—Nueva entre- ga, 6.000,—Total : 18.000. Beca don Juan Torres, de Jerez.—Total: 15.000. Beca Virgen del Carmen, de Puerto Real.—Total : 12.000. Beca Corpus Christi.—Nueva entrega, 200.—Total : 2.400 ptas. Beca Padre Modesto Jiménez (Residencia.—Entre- ga : 20.000 ptas. Beca Padre Agustín Nofre. Utrera.—Total: 9.000. Beca Sagrado Corazón.—Una Cooperadora. Nue- va entrega, 5.000.—Total: 15.000. 2 — JnapAct&da de, £a/n, ^sss P. Provincial: Calle de Sagunto. 218. Valencia. BECAS COMPLETAS Beca Pedro Joaquín Soler. Zaragoza.—Total : 30.000 pesetas. Beca Virgen de los Desamparados, de A. y T. Mar- qués, de Valencia.—Total : 30.000. BECAS En FORMACIÓN Beca San Jorge.—Total: 10.000 pesetas. Beca Ntra. Sra. del Pilar. Cooperadores Zaragoza.— Total: 10.445 pesetas. Beca Mosen Chusep. Alcoy.—Total : 9.200. Beca don José Calasanz.—Total; 13.025. Beca Rodo, don Silverio Maguiera. Alicante.—To- tal: 15.000. Beca Rudo, don Luis Berenguer. Alicante.—Total : 20.000 ptas. Beca Antiguos Alumnos Salesianos. Valencia, calle Sagunto, 218.—Total: 1.550. Beca Círculo Domingo Savio. Valencia.—Total : 3.800 ptas. Beca Colegio Salesiano. Valencia.—Total: 63.750. Beca ArchicoJradía María Auxiliadora. Valencia, calle Sagunto, 218.—Nueva entrega, 4.000 To- tal: 17.500. Beca Rüdo. don Mariano Aisa. Burriana.—Total: 2.050 ptas. Beca don Manuel Pérez. Valencia.—Total: 79.203. Beca don Francisco Serráis.—Primera entrega, 5.000 ptas. Beca Virgen de las Virtudes. Villena.—Nueva en- trega, 1.280. Total: 16.280. Beca Cooperadores de Don Bosco. Sagunto (Valen- cia).—Total: 1.000. Beca Perpetuo Socorro, de Bétera.—Primera entre- ga, 1.000 ptas. de, Santiago al 9. Provincial, Escuelas Solesiona,. Zamora BECAS en FORMACIÓN Beca San Benito. Allariz.—Total : 20.900 pesetas. Beca don Pedro Olioazzo.—Nueva entrega, 1.000 pesetas.—Total : 6.939. Beca Ntra. Sra. de la Merced. Celanova.—Total: 2.000 ptas. Beca doña Luda Bechade. Cambados.—Total : 4.250.—Beca Santo Domingo Savio. Cambados.— Total: 5.000.—Beca don Emilio Montero. Orense. Total : 10.000.—Beca don José Saburido. Orense.— Total: 13.856.—Beca Domingo Samo. León.—To- tal : 9.855.—Beca Nuestra Señora de Cooadonga. Tudela Veguín.—Total : 3.000.—Beca Santa Luda. \ igo.—Total: 22.000.—Beca María Auxiliadora. Vigo S. Matías.—Total: 26.135.—Beca P. Miguel Salgado. Vigo S. Matías.—Total : 3.050.—Beca Cooperadores de Cánido. Vigo S. Matías.— Total : 4.000.—Beca Santo Domingo Sacio. Vigo S. Ma- tías.—Total : 3.000.—Beca don Tomás Bous sus. Vi- go S. Matías.—Total : 5.000.—Beca San Juan Bosco. V igo-Hogar.—Total : 4.000.—Beca Ceferino Na- mancurá. Vigo-Hogar.—Total: 8.000.—Beca María Auxiliadora. Vigo-Hogar.—Total: 3.000.—Beca San José. Compañías Zamora.—Total: 7.250,—Beca Jorge Irisarri. Estudiantes Zamora.—Total : 5.250. Beca María Auxiliadora. Archicofradía Zamora.— Total : 1.500.—Beca Círculo Domingo Saoio. Za- mora.—Total: 14.000, P. Provincial, Calle M.* Auxiliadora. 14. Córdoba BECAS EN FORMACIÓN Beca María Auxiliadora. Familia Royan.—Total: 7.200.—Beca Familia Muñoz. Segunda entrega, 3.000. Total: 6.000—Beca don Sebastián M.° Pastor.—To- tal: 1.600.—Beca S. Rafael. Córdoba.—Total: 10.000. Beca Córdoba.—Total : 20.000.—Beca Casa de Cór- doba.—Total : 2.500.—Beca Srta. Pilar Valderra- ma.—Total : 75.000.—Beca Rafael Moure Ríos.— Total: 1.000.—Beca don José María Doblado.—To- tal : 25.000.—Beca señora F. Peña. Málaga.—To- tal: 12.000. Beca señores C. L. M., S. C. B.— Total: 20.000.—Beca María Auxiliadora. Málaga.— Total: 2.000.—Beca Mantilla. Montilla en 1947.— Total : 25.000.—Beca San Miguel. Montilla.—To- tal : 21.300.—Beca Casa Pozoblanco.—Total: 10.000. Beca Familia Vargas. Ronda.—Total: 10.000.—Beca Domingo Savio. Ronda.—Total: 500.—Beca doña María. Las Palmas.—Total : 3.700.—Beca Sagrado Corazón. Las Palmas.—Total: 10.000.—Beca Ma- rrado. Las Palmas.—Total: 1.500.—Beca Santa Ca- talina de Alejandría.—Total : 23.200.—Beca don Antonio Espinosa. Santa Cruz de Tenerife.—Total: 14.000.—Beca Santa Cruz de Tenerife. Tercero.— Total : 6.800.—Beca Santo Domingo Savio. Tene- rife.—Total: 12.000. . de Jianci&cv p Provinciali Escuelas Salesianos. Deusfo Bilbao BECAS COMPLETAS Beca Virgen del Carmen. C. L. H., San Sebastián. Total : 30.000 ptas. BECAS EN FORMACIÓN Beca Mamá Mar garita, don Leandro Cañada.— Primera entrega, 1.500. Beca don Enrique Sáiz. A. A. de Burgos.—Total : 16.279.—Beca María Auxiliadora (II). Iniciada por las Asociaciones Salesianas y Archicofradía de Pamplona.—Total: 20.000.—Beca Alfonso Gómez Pineda. Pamplona.—Total: 5.000.—Beca vHIME- NASA*, para un Coadjutor.—Primera entrega, 50.000.—Beca Santo Domingo Savio. Compañías. Santander.—Total : 11.000.—Beca San José Obre- ro. Int. Santander.—Total : 7.000.—Beca María Au- xiliadora. Archicofradía. Santander.—Total : 6.000, Beca San Andrés. Burgos.—Total : 395 ptas. Beca Virgen del Castillo. El Royo.—Total: 5.500. Beca San Paulino. Baracaldo.—Total: 20.175.— Beca Archicofradía María Auxiliadora. Baracaldo. Total: 14.650—Beca don Pedro Olioazzo. Baraca’.- do.—Total: 9.000.—Beca don Eduardo Capran Baracaldo.—Total: 4.925.—Beca Escuelas de Apren- dices del Nervión.—Total: 25.000. BOLETIN SALESIANO ORGANO DE LA PIA UNION DE COOPERADORES SALESIANOS Revista de la Obra de Don Bosco AÑO LXXVI Nùm. 4 Abril 1962 SUMARIO Págs. DE ESPECIAL INTERES NO HAY DOS MORALES DISTINTAS. 5 ¿Vió Don Bosco el templo que SE LE ESTÁ LEVANTANDO EN SU COLINA NATAL? ………… 8 La Madre de Don Bosco …… 9 Primer Congreso Internacio- nal SOBRE VOCACIONES RELIGIO- SAS …………………. 11 Noticias Gráficas ……… 17 El árbol gigante que llegaba al cielo ……………….. 22 Ta Pli ………………… 25 SECCIONES FIJAS Noticiario Salesiano ….. 13 El circo de Dios……….. 13 El P. Mariano del Rio, recibe la Cruz de Caballero de la Or- den de Isabel la Católica … 15 Diez Noticias en una página … 16 España Salesiana ………. 18 Los Cooperadores en acción … 20 Crónica de gracias ……… 27 Necrología ……………. 31 Becas………………..2 y 3 director : JAVIER RUBIO IBAÑEZ * Dirección, Redacción y Admón.: Alcalá. 164 – Apartado 9134 MADRID-2 Depósito legal: 3044.—1958 (Con censura eclesiástica ) NUESTRA PORTADA SU EMINENCIA EL CARDENAL DE SANTIAGO DE CHILE, EMMO. RAUL SILVA HENRIQUEZ Con honda satisfacción y enorme júbilo llegó a todos los rincones del mundo la buena nueva de que S. S. Juan XXIII ha- bía nombrado Cardenal al Arzobispo de Santiago de Chile, Monseñor Raúl Silva Henriquez. El nuevo Eminentísimo señor Cardenal es Salesiano, y de ahi el júbilo que de todos se apoderó. Es el tercer hijo de Don Bosco que recibe la sagrada púrpu- ra en lo que va de siglo. Su carrera ha sido extraordinaria. Na- cido en una familia hondamente católica y que cuenta entre sus antepasados varios Obispos, estudió la carrera de Leyes en la Universidad de Santiago, donde se licen- ció. Siendo ya abogado, entró en la Con- gregación en 1931, a los veinticuatro años de edad. A los treinta y un años, se orde- naba Sacerdote en Turín, año de 1938. en que volvió a su patria. Su campo de trabajo fueron diversos Colegios, en los que ocupó el cargo de Director. En 1959, la Santa Sede le nombró Obispo de Valparaíso, y dos años después, el 14 de mayo, lo preconizaba Ar- zobispo de Santiago de Chile. Aún no ha pasado un año de su entrada triunfal en su sede arzobispal, cuando de nuevo el Papa lo ha tenido presente para elevarlo a la púrpura y dar asi a la noble nación chilena un representante en el Sacro Co- legio. BOLETIN SALESIANO, en nombre de toda la Familia salesiana española, se com- place en darle la más cumplida enhora- buena y desearle que en su alto cargo con- siga grandes triunfos para nuestra Madre la Iglesia. NO HAY DOS MORALES DISTINTAS «£i> ningún consejo, en ninguna intervención pue- de el profesional hallarse fuera de la mora/.» PIO XII LIMA.—El Colegio Salesiano lleva varios años llevándose el primer premio de ins- trucción premilitar, fruto de una educación moral integra, como quería Don Bosco: Buenos cristianos y honrados profesionales. No es nueva la teoría que separa al hom- bre en dos mitades morales: como indi- viduo está sujeto a la ley moral de los man- damientos divinos, pero como profesional, no. Un abogado, como hombre, no podría mentir ; un médico, como individuo, no podría matar sin ser ambos considerados como transgresores ; pero como abogado, si miente, sus mentiras no le hacen transgresor del octavo mandamiento porque son cosas del oficio ; el médico, si llevado de una falsa compasión procura la eutanasia al enfermo, no es reo de homicidio, porque son cosas de la profesión. Es más común de lo que parece esta ma- nera equivocada de pensar, por lo que el negociante ni se pregunta si sus ganancias excesivas son lícitas, ni el empresario si los jornales que paga son justos, ni el obrero si rinde lo que debe. Se tienen dos medidas, una pata los actos del invididuo, otra para — 5 los de la profesión: en este último terreno la moral es cosa aparte. ¿Cómo se ha llegado a este absurdo de tan funestas consecuencias para las almas? Es, sin duda, fruto del intento, siempre atizado por el enemigo del humano linaje de sepa- rar al hombre de la obediencia divina y de desplazar a Dios de la órbita del hombre en la medida de lo posible. La filosofía y el afán de lucro, hoy más vivo que nunca por su extensión universal, le han prestado al intento sus mejores armas. La primera con la concepción de la moral autónoma, el segundo con la secuela de co- modidades que sigue a la posesión del di- nero. La falsa filosofía, poniendo como premisas las numerosas injusticias existentes, deduce la no existencia de una moral y justicia ob- jetivas, de unas leyes divinas que obliguen realmente al hombre por encima de sus opi- niones, conveniencias o utilidad particula- res. La conducta del hombre, en consecuen- cia, no se rige por normas dictadas por Dios sino por las dictadas por la conciencia de cada cual. Cuan erróneas y perturbadoras sean estas doctrinas para las almas lo alcanza cualquie- ra que reflexione sobre ello breves momen- tos. Baste añadir que esta moral ya autóno- ma, ya utilitaria, ha nacido en el campo filo- sófico protestante. Sin embargo, hay católi- cos, incluso de los que se consideran prac- ticantes, que en su vida obran de acuerdo con esta teoría. Pío XII ya señaló esta fu- nesta práctica cuando dijo: » Más que de la vida privada, hay muchos que quisieran excluir el dominio de la ley moral de la vida pública, económica y social”. Por otro lado, el afán de lucro conduce a los hombres a pensar que lo único que im- porta es ganar dinero, el cómo no interesa, el caso es ganarlo para procurarse las mil comodidades que la vida moderna ofrece hoy a las familias y a los individuos. A quien por motivos morales desaprovecha una oca- sión de enriquecerse se le considera, por lo menos, como un anticuado; a quien en su negocio no observa la justicia social y ex- plotando al prójimo realiza pingües ganan- cias no le faltan una legión de envidiosos, dispuestos ellos mismos a seguir las mismas normas. El cuadro que el mundo nos presenta en este aspecto de la moral profesional no es nada halagüeño, ni hace concebir muchas bendiciones divinas para la Humanidad. Una de las consecuencias más funestas para el individuo de esta separación de la moralidad profesional, de la moral cristiana, es la degradación del concepto cristiano de la propia profesión. Siempre la Iglesia consideró al trabajo y a la profesión, cualquiera fuera su tipo, in- telectual, manual o mixto, como un instru- mento que al par que procuraba el sustento diario, según aquello de “comerás el pan con el sudor de tu rostro”, perfeccionaba al in- dividuo, no sólo profesionalmente en sus ha- bilidades técnicas, sino espiritualmente. El trabajo en la mente de la Iglesia está consi- derado como un instrumento para ganarse el cielo, después de haber sido en la tierra motivo de expiación, fuente de merecimien- tos y ofrenda reparadora. Por consiguiente, si le considera únicamen- te como instrumento para conseguir los bie- nes terrenos y gozar de ellos, el concepto de profesión y trabajo han venido muy a menos. Pío XII exhortó al presidente de la XV Se- mana Social de España, que iba a tratar precisamente de la moral profesional, a que estudiaran a fondo el concepto de la profe- sión como actividad personal, realizada en orden a la comunidad, con un fin trascen- dente. Palabras profundas y luminosas que nos descubren todo el valor humano, social y divino y la trascendencia de esa profesión que ocupa la mayor parte de nuestro tiempo y de nuestros pensamientos y moviliza gran parte de nuestras energías. La profesión es una actividad personal: Nadie puede estar sin hacer nada; las pro- fesiones son múltiples y variadas, pero todas implican una actividad, un poner en juego energías, capacidad y cualidades propias. Ante la necesidad de desplegar esta activi- dad personal la primera postura que debe adoptar el cristiano es considerarla como mandato divino y. por consiguiente, como fuente de perfección ya que la aceptación del cumplimiento de la voluntad divina por par- te de la voluntad humana está en la misma raíz de la bondad de todo acto humano. 6 — Pero esta profesión gana en extensión y se adorna con el manto de lo social y de la caridad si se piensa que nuestra actividad personal redunda en bien de esa sociedad de la que formamos parte. Los frutos de todas las profesiones humanas van a parar a otros hombres: unos contribuyen a su bienestar físico, otros al aumento de cultura y cono- cimientos, y mediante ellos logran los hom- bres lo que por sí solos o serían incapaces de lograrlo o les costaría mucho. Está claro que todos trabajemos para todos. De ahí brota un fuerte pensamiento cristiano : si mi profesión por sí misma redunda en beneficio del prójimo debo ejercerla convenientemente, no puedo aprovecharla para fines inconfesa- bles, ha de rendir utilidad a la sociedad y, por tanto, no puedo ejercerla de cualquier manera; antes al contrario, vengo por ello mismo obligado a desempeñarla a concien- cia. Todo lo contrario de lo que la moral profesional mundana sostiene, mientras la moral cristiana impele a trabajar adecuada- mente por amor al prójimo la profesional busca el interés propio. Eleva aún más el concepto cristiano de la profesión la consideración de los fines tras- cendentes, que lleva en sí por voluntad di- vina cuando elevó al hombre al estado sobre- natural. Merced a esta elevación lo humano alcanza lo divino y la obra terrena tiene una repercusión eterna ; se da un paso en la tie- rra y se avanza en el cielo; gracias a esa elevación somos hijos de Dios no ya de sólo nombre sino realmente. Veamos de pasada algunos de estos fines trascendentes. Nuestro trabajo, nuestra pro- fesión es una continuación y desarrollo de la obra creadora de Dios porque perfecciona la materia, puesta así al mejor servicio del hombre. El Cardenal Lercaro escribe: “Es colaboración con Dios el trabajo realizado para hacer más provechoso el contacto del hombre con la obra de Dios, descubriendo nuevos estratos de la realidad (nuevos con- tinentes, nuevos espacios…) y nuevas ener- gías (térmica, nuclear, eléctrica…), indagan- do los medios para tornarlas útiles, trans- formándolas y acercándolas a sus necesida- des y sometiéndolas a su servicio”. Con bella frase resumió este pensamiento el escritor Rolet: “La creación continuada es un ofer- torio del que el hombre, mientras trabaja, es el sacerdote”. El trabajo desde Cristo es una acción sa- Siempre Don Bosco crificial, pues Él antes que su sangre ofreció por nosotros su sudor, y podemos ofrecer el nuestro en colaboración con Él para expiar, por cuanto el trabajo tiene bastante de casti- go y, por consiguiente, de penalidad ; y para alabar a Dios, por cuanto, gracias a Él, el hombre descubre y profundiza en la crea- ción sus perfecciones infinitas. De todo lo cual resulta que el ejercicio de la profesión es un medio de santificación, porque siendo el camino concreto señalado por Dios al hombre para que cumpla su mi- sión se convierte en el medio que le permite vivir como verdadero hijo de Dios. Bien expresó este concepto Benedicto XV cuando dejó escrito que “la santidad consiste en el cumplimiento exacto de todos los deberes de nuestro estado”. Todo lo hasta aquí dicho viene a confirmar una verdad fundamental y es que nues- tra vida toda entera, sin exceptuar nada de ella, está regida por normas divinas de donde ¿VIO DON BOSCO EL TEMPLO QUE SE LE ESTA LEVANTANDO EN SU COLINA NATAL? Hay un sueño de Don Bosco que parece contener elementos profètico» sobre el santuario que está surgiendo en Colle Don Bosco. Soñó que se encontraba en los Becchi, junto a su casa natal. Su madre se hallaba junto a la fuente que mana a la izquierda de quien desciende por el viejo sendero hacia el camino de Butigliera. Aquella fuente había dado siempre agua purísima ; por eso, su madre extrañaba que ahora manara tan rucia. Lanzó, pues, el lamento de Jeremías : «Bebe- mos nuestra agua, pagándolas. Desde aquí condujo a su hijo a la cima de la colina donde la vista se dilata por un amplio pano- rama ; y allí comenzaron a charlar del bien que se podría haber realizado en las tierras que estaban a sus pies. En este punto Don Bosco se despertó. Al contar el sueño hizo esta observación : <£1 lugar a donde me condujo mi madre es muy propio para montar alguna obra, pues está en el centro de muchos caseríos que no tienen iglesia alguna». En 1938 el Rector Mayor, para conmemorar el cincuentenario de la muerte de Don Bosco, proyectó un grandioso complejo de obras sobre la colina del sueño, entre las cuales se hallaba el templo hoy en construcción. Pero no conocía el sueño. Cabe, pues, imaginarse su sorpresa y la de Don Giraudi, el ecónomo general, cuando se enteraron que habían escogido precisamente el lugar soñado por Don Bosco. Hay más. Poco antes la comisión provincial de higiene había declarado contaminada la fuente en la que habían saciado su sed varias generaciones, y en los Becchi el agua potable se tuvo que pagar. El 2 de febrero de 1876 Don Bosco, hablando del progresivo desarrollo de su obra, afirmó: «Se puede decir que no hay cosa que no haya sido antes co- nocida. La Congregación no dio nunca un paso s'n que antes lo aconsejase algún hecho sobrenatural». Su afirmación sería, pues, también verdadera para esta obra que transformará la Colina que lo vio na- cer en un centro de espiritualidad salesiana, en una tierra santa a la que acudirán en peregrinación de- votas multitudes de todo el mundo. se derivan estos principios directivos del obrar profesional: l.° Toda actividad humana privada y pú- blica, particular y profesional cae dentro del orden moral, que es la expresión de la vo- luntad divina respecto a la conducta del hombre. Pío XII afirmó : “El orden moral, los man- damientos de Dios son válidos en todos los campos de la actividad humana sin excep- ción de ningún género”. Y en otra ocasión añadió: “No es posible dividir la vida hu- mana en compartimentos estancos y apartar algunos en los que la moral no tuviera nada que decir”. 2° Existe una obligación moral de per- feccionarse profesional y técnicamente, pre- cisamente por la repercusión social que de toda profesión trasciende. Lo que se ve claro tratándose de un médico, de un conductor de vehículos, de un fabricante de aviones, acontece igualmente en todas las profesio- nes en mayor o menor grado. Conclusión, pues, de todo lo dicho es que la ley moral rige también el ejercicio de nues- tra profesión, que ésta no escapa a los man- damientos divinos y que precisamente por estar sometida a ellos de una manera particu- lar se convierte en medio de santificación ordinario. RVDO. D. SANTIAGO GARCIA CRUZ, S.D.B. En el Colegio de Utrera entregó su alma a Dios este ejemplar sacerdote salesiano en la madrugada del 10 de enero, a la edad de cuarenta años. Su prematura muerte representa una sensible pérdida para la Inspectoría de María Auxiliadora. Nacido en Málaga, en 1921, su vocación germinó en el Colegio de Triana, en los albores de la fun- dación, como primicias de la caridad de los Con- des de Bustillo. Hecha la profesión en 1942, le en- viaron los Superiores al aspirantado de Mondila, como también en 1951 al cantar su Primera Misa. Más tarde fue Asistente de novicios, y en el trienio 1955-58 fue celoso Director del Estudiantado Filo- sófico de Consolación. En los últimos años ha des- arrollado su labor apostólica entre los aspirantes de Campano. Toda su vida, pues, ha estado de- dicada a nuestras vocaciones, a las Casas de For- mación. Se puede decir que ha caído en la brecha, como digno Hijo de San Juan Bosco. Religioso de conciencia recta y delicada, humil- de, sufrido y trabajador. Sacerdote celoso, predi- cador eximio, experto profesor de la lengua latina. Su muerte nos ha sumido en el dolor. Pidamos al Señor le de el descanso de las almas justas. 8 — Huitke de Don Badea En el principio era la madre... Con todo el respeto para el Libro Santo, se podría comenzar así un perfil, una vida de Don Bosco. Al inicio de toda vida humana hallamos también el padre; pero no es de él de quien la existencia humana trae su propio origen. No a él sino a la madre va la admiración y el grito del pueblo cuando se maravilla ante una criatura, como se cuenta en el Evangelio: “Bienaventurado el seno que te llevó”. Pues un niño llega a ser lo que su madre quiera. Todo el amor se polariza hacia la madre: en ella hay belleza, alegría, dulzura, descanso, fiesta, calor y gracia. Tal fue la mujer que llegó a ser madre para Don Bosco. (I. JOERGENSEN) Afines del verano de 1815, en medio del tumulto todavía no apagado de las lu- chas políticas y de las armas, entre campos de maíz y viñedos, una joven madre se in- clina sobre una cuna predestinada: Marga- rita Bosco contempla a su segundo hijo, Juan. El mayor, José, tiene dos años, y Antonio, el hijastro, nacido del primer ma- trimonio de su marido entra en los doce. La abuela, enferma, completa el cuadro de la familia que, como se ve, grava ya con fuerte peso a la joven esposa. Enérgica, fuerte, abierta y alegre, no se asusta por la fatiga. Desgraciadamente, cuan- do Juan cumple los dos años, su padre es tronchado en pocos días por la muerte. Mar- garita había gozado cinco años de felicidad, cinco años para una vida entera... Hay que admitir, forzosamente, que la felicidad de ser madre de un Santo cuesta demasiado caro. A vueltas con la pobreza, al cargo de tres pequeños de naturalezas tan diferentes e in- quietos, esta madre revela extraordinarias dotes de educadora. ¿Su secreto? Es senci- llo: “En la base, como en el ápice de esta educación, leemos en la vida de Don Bosco, estaba Dios”. “Dios os ve”, repetía sin cansarse nunca la madre. Y aprovechaba la más pequeña ocasión para imprimir en las tiernas mentes este pensamiento del buen Dios siempre presente. En agosto las estrellas del cielo, el tronco crepitante en el hogar cuando fue- ra de casa el frío se dejaba sentir, lo nece- sario cuando se lo tenía, el granizo y el ham- bre cuando llegaban, todo venía de Dios. Y esta campesina, que no sabía leer ni escri- — S bir, sirviéndose de la sola memoria sabía enseñar el catecismo y la historia sagrada y la vida de nuestro Señor a sus hijos. Margarita Bosco quería que sus hijos fue- ran trabajadores. Como los más grandecitos también el pequeño, Juanito, ayudó en las faenas de casa desde sus más tiernos años. A los cuatro años deshilacliaba, con sus de- dos gordezuelos de niño, las plantitas de cáñamo. Y bien pronto barrer, desgranar legumbres, hasta cocer el pan y cuidarse de las vacas no tuvieron secretos pata él. En casa se levantaban antes de salir el sol. Ni se ponía mala cara ante un largo camino o un trabajo rudo. Por la noche, un jergón de hojas de maíz acogía los miembros cansados por una sana fatiga. No extrañemos, pues, que ya mayorcito Juan anduviera cada día veinte kilómetros, alegre, para ir a escuela, con sus zapatos echados a la espalda. Y más tarde, para proseguir sus estudios, buscarse el empleo de mozo de café y des- empeñar otros muchos oficios para pagarse la pensión. La vigilia de su entrada en el Seminario Mayor, Juan piensa en hacerse franciscano. “Si quieres hacerte franciscano, sigue tu vocación, le dice la madre. Piénsalo bien. No te preocupes de mi porvenir. Acuérdate que nací pobre, he vivido en la pobreza y pobre quiero morir. Aún más. te aseguro que si te decidieses a ser párroco y llegaras a ser rico yo no pondría el pie en tu casa.” La tarde de la primera misa de su hijo, tomándole de las manos consagradas: “He aquí que ya eres sacerdote, querido Juan. De ahora en adelante todos los días dirás Misa. Recuerda que empezar a decir Misa es empezar a sufrir. Todas las maña- nas, estoy segura, rezarás por mí. Yo no te pido más. De ahora en adelante no pienses sino en la salvación de las almas, sin pre- ocuparte lo más mínimo por mí.” Colocados ya sus tres hijos, la viuda sien- te de improviso que sus años pesan. Nece- sita grandemente el reposo de su casita cam- pestre. Mas un buen día su Juan viene a buscarla. En la populosa ciudad de Turín ha fundado un Oratorio. Setecientos chicos con su fa- milia. Todo va bien, pero está situado en un lugar de la zona de Valdocco que no goza de muy buena reputación y, por ese motivo, el joven sacerdote se halla en la imposibi- lidad de habitar en él sin una persona se- gura, que condivida el alojamiento. Enton- ces él pensó... en su anciana madre. Ah, sin duda alguna, él lo sabe, será duro. Ha du- dado mucho antes de acudir a ella. Durante el curso de su vida dura, Marga- rita ha consultado muchas veces en su co- razón cuál sería la voluntad de Dios: así hace también esta vez. Sofoca un suspiro: “Si crees —le dice a su hijo— que es vo- luntad de Dios, cuenta conmigo.” Comienza los preparativos de marcha, no sin cumplir todavía un último sacrificio. Sabe que la pobreza reina en Valdocco. Cier- to que ella no es rica y el inventario de los pocos objetos, que podrían resultar útiles quedándose en casa, pronto está hecho. Pero allí, en un baúl, está el vestido de seda del día de su boda, querida reliquia, último tes- timonio de horas de felicidad, que tan pron- to terminaron. Se podría vender. Y podemos fácilmente imaginamos a la humilde campe- sina correr de noche a realizar este sacrificio, no sin dejar caer sobre los pliegues de seda una lágrima que los ángeles del cielo re- cogen. Lo que fue la vida de “Mamá Margarita” en Valdocco es un hermoso tejido de tra- bajo y sacrificios. Las últimas palabras de moribunda a su hijo la retratan suficiente- mente : “Esta vida es un continuo sufrir. Los ver- daderos bienes están más allá.” Cuatro años después de su muerte, el San- to hijo la vio en sueños, toda esplendor de gloria celeste. “Te espero, le dijo, porque los dos ya no podremos estar separados jamás.” Ambos, en verdad, son inseparables y cuan- do nosotras invocamos a San Juan Bosco, nosotras madres, queremos evocar envueltos en una misma aureola al Apóstol de ardiente celo y a la humilde madre que supo encender tal Llama. Luisa André-Delastre 10 — PRIMER CONGRESO INTERNACIONAL SOBRE VOCACIONES RELIGIOSAS Un sacerdote por cada 1.300 católicos: esta es la relación que hoy existe entre el número de sacerdotes y el número de cató- licos de todo el mundo. Pocos, sin duda, son los sacerdotes ; pero examinando atentamen- te las estadísticas no faltan motivos de alivio. En 1960-61 el número de sacerdotes en todo el mundo ha aumentado en 4.238. Pero para el cuidado eficaz de las almas, ¿cuántos sacerdotes harían falta para sólo los católicos? Los entendidos en la materia afirman que uno por cada 800 ; la realidad está muy lejos de alcanzar semejante pro- medio en muchísimas naciones. ¿Cómo conseguir el promedio ideal? ¿Cómo aumentar las filas del sacerdocio de suerte que en todas y cada una de las partes del mundo se logre esa asistencia eficaz de los fieles? A estas preguntas de tan subido interés ha tratado de responder el primer Congreso Internacional para vocaciones re- ligiosas, que tuvo lugar en Roma a mediados de diciembre y al que asistieron más de doscientos especialistas de veintiséis naciones. En él también participaron los Salesianos. Los trabajos de la Asamblea fueron abier- tor por el Emmo. Cardenal Valerio Valeri, Prefecto de la Sagrada Congregación de Re- ligiosos y Presidente del Congreso, quien tras haber aludido a la crisis de vocaciones existente en varias regiones del mundo y de haber insistido que la cuna de las voca- Un viaje a Extremo Oriente resulta siempre un Congreso Interna- cional de Religiosos Mi- sioneros. — 11 ciones verdaderas es la familia cristiana, planteó los fines del Congreso que no eran otros sino los de estudiar los medios para promover las vocaciones aportando las ex- periencias de las diversas naciones. Se expusieron y discutieron doce relacio- nes dentro de un gran espíritu de unión y solidaridad. Se pusieron de relieve los gran- des méritos de las Ordenes y Congregacio- nes religiosas que han dado a la Iglesia tan gran número de Santos y en la actualidad el 95 por 100 de los misioneros. Se subrayó que las vocadiones floreoen donde florece la vida cristiana y que todos están obligados a suscitar y sostener vocacio- nes religiosas, las cuales aun cuando proven- gan de una inspiración del Espíritu Santo son fomentadas por piadosas almas entusias- tas de los intereses de Dios. Almas que lo mismo se encuentran entre el clero secular y regular, entre los militantes del apostola- do seglar y entre los cristianos que han for- mado una célula viva de vida espiritual den- tro de una familia verdaderamente cris- tiana. Los Cooperadores Salesianos, ideados por Don Bosco, con esta finalidad también, han recibido de este Congreso un nuevo estímulo para la prosecución de su apostolado de las vocaciones y podrán hallar en las actas del Congreso las sabias directrices de la Iglesia para esta obra tan santa y necesaria. Y no sólo necesaria sino también urgen- te. La razón que explica que todavía sea pagana más de la mitad de la Humanidad a los dos mil años del mandato de Cristo a los apóstoles: “ Id y predicad a todas las gentes”, es que no hay todavía suficiente nú- mero de apóstoles que enviar. Las conver- siones vendrán entre los infieles si se envían misioneros, de lo contrario seguirá aumen- tando la desproporción entre católicos y paganos por el mayor número de nacimientos de éstos últimos. Su Santidad Juan XXIII recibió en au- diencia a los congresistas y subrayó la im- portancia y sublimidad de la vocación reli- giosa y sacerdotal y les hizo la confidencia de que él dedica a pedir por este interés vital de la Iglesia el cuarto misterio gozoso de su Rosario de cada día. “El problema de las vocaciones eclesiásti- cas y religiosas —decía Su Santidad—, es cotidiana solicitud del Papa, que os habla; es suspiro de su plegaria y aspiración ardien- te de su alma. Es la intención luminosa que confiamos al cuarto misterio gozoso de nues- tro Rosario al contemplar a María, que pre- senta al Padre Celeste el Sacerdote Eterno de la Nueva Ley: y como hemos dicho a principios de octubre, en este misterio “es hermoso observar las muy alegres esperan- zas del perenne florecer de las promesas del sacerdocio...; jóvenes alumnos de los semi- narios, de las casas religiosas, de los semi- narios misioneros... cuya expansión no obs- tante las dificultades de la hora presente... no cesa de ser espectáculo consolador que arranca palabras de admiración y alegría Las conclusiones del Congreso se pueden resumir así: se trata de renovar en la Igle- sia a los sacerdotes y fieles, esto es, de crear en medio de la Iglesia, de la sociedad y de la familia una atmósfera favorable no sólo a la vida cristiana, tal como ordinariamente se entiende, sino a la vida cristiana integral, que lleva espontáneamente al sacerdocio y a la práctica de los consejos evangélicos. To- das las almas de buena voluntad están lla- madas a aportar su propia contribución para este apostolado tan interesante. Proponemos a nuestros Cooperadores, particularmente, que trabajen con la fe y el optimismo que emanan de la alocución pa- ternal que el Papa dirigió a los congresistas. Tras haber enumerado las necesidades de la Iglesia en diversos sectores del apostolado proseguía : “Estas necesidades esperan y llaman ope- rarios a la mies: será, por consiguiente, ne- cesario estudiar y realizar todo esfuerzo para lograr que la sociedad de hoy, como la de los tiempos de los grandes Fundadores y re- formadores, responda a la llamada del Se- ñor. Nuevos horizontes se abrirán en un futuro próximo con la celebración del Con- cilio Ecuménico. La historia enseña que des- pués de cada Concilio vienen épocas de ex- traordinaria fecundidad espiritual, durante las cuales el soplo del Espíritu Santo suscita vocaciones generosas y heroicas y da a la Iglesia los hombres necesarios y adecuados. Esta perspectiva de fe y esperanza enciende nuestro corazón de confiada espera."' 12 — ÍWWWWMWWU BAHIA BLANCA.—La Misión Don Bosco rodante echa los frenos en las afueras de la ciudad. El circo A “Misión rodante Don Bosco", que du- rante el verano recorre ta inmensa y árida pampa patagónica, cuando llega la es- tación de las lluvias, se instala en los subur- bios de fas ciudades o grandes poblados,, tras acuerdo oportuno con los párrocos. El factor sorpresa. La llegada del camión con su enorme re- DON BOSCO de Dios molque al solar escogido, es un aconteci- miento. Pequeños y grandes se paran curio- sos a observar la implantación de aquel extraño campamento tan parecido al de un circo ecuestre. Lo primero que se levanta es el salón- capilla, con sus veintidós paneles de plan- chas de colores deslumbrantes. Por la parte opuesta, el camión y el remolque se convier- ten respectivamente en la casa y en la ofi- EN LA PAMPA PATAGONICA — 13 ciña del misionero. La Misión dispone de una máquina de cine de 16 mm. y dos pro- yectores para filminas y diapositivas. Se sitúan prandes reflectores en los cuatro puntos cardinales, de manera que nuestro complejo parece un verdadero circo. La ins- talación eléctrjca se alimenta mediante un grupo electrógeno. En lugares estratégicos se colocan altavoces, y un amplificador de 80 vatios permite la audición hasta un kiló- metro de distancia. Este es el instrumento número uno con el que dominamos la situa- ción. La instalación del Circo de Dios, como lo han llamado en Bahía Blanca, dura dos días; no son perdidos; por el contrario, son días muy aprovechados por Ja gran publicidad que se hace y el elemento sorpresa que atrae curiosos de todas partes. Al tercer día se inicia la Misión con un Ileñazo. Dura de quince a veinte días. La primera tarde el amplificador comienza a transmitir música alegre. Entre pieza y pieza el misionero lan- za su invitación. Es la voz del Señor que llama a congregarse a todos sus hijos. Al salir el sol, muy de mañana, se celebra la Misa y se inician las visitas, casa por casa, a cada una de las familias. Al mediodía el misionero ha de atender a hacerse él mismo su comida. A primera hora de la tarde, oratorio para chicos y chicas. Se organizan tres o cuatro partidos de fútbol en campos improvisados junto al campamento, para muchachos de diez a... veinte años. Los altavoces alegran el dinámico juego con música variada. Las niñas, aparte, en un lugar a propósito, se entretienen con sus juegos; para atenderlas el párroco del lugar nos envía señoritas de Acción Católica. A la hora conveniente co- mienza el catecismo. Los niños, agrupados por edades, se esparcen en torno al camión y tienda, sentados por tierra o en cajas, o a la sombra del remolque y se les explica la Doctrina Cristiana. En el salón-capilla se reúne a los que van a hacer su primera comu- nión. Las primeras comuniones son siempre numerosas en los días de Misión y no sólo de pequeños... Para los mayores la prepara- ción se organiza por la tarde, casi de noche. Terminado el catecismo viene el entreteni- miento; chicos y chicas se agrupan para con- templar las deseadisimas "filminas Don Bos- co”, que son para todos una verdadera atrac- ción. De manera especial la “historia de Bambo” es una clase de catecismo vivo, prác- tico y divertido, hecha a propósito para una instrucción colectiva. Para acabar se realiza una pequeña lotería, esperada por todos con ilusión, favoreciendo la suerte a algunos pre- sentes con premios no por pequeños menos deseados. A la luz de los focos. Al oscurecer los oratorianos se van a sus pre los hombres... Invitados a dar el buen ejemplo responden generosamente. Serán aproximadamente el 30 por 100 de la multi- tud que acude a la Misión. Hoguera de cartas. Una función muy sugestiva también es la del último sábado dedicado a la consagra- ción de la familia a María. Durante la fun- ción se queman las cartas en que cada fa- milia ha pedido a la Santísima Virgen una gracia particular. También ahora son pri- meros los hombres en pasar ante la estatua de María Auxiliadora echando al fuego sus cartas, en tanto los demás suplican a María escuche sus preces. Frutos tangibles y con- soladores de la Misión son las numerosas confesiones, los muchos retornos a Dios, los matrimonios regularizados y las primeras comuniones. La Misa solemne y final de la Misión la celebra el párroco en cuya demar- cación se ha instalado la Misión rodante, quien así tiene oportunidad de conocer una parte de su grey. A la manifestación y cere- monia de clausura asisten hasta unas dos mil personas. El tráfico se interrumpe; los hombres, con una cruz de cinco a siete me- tros, inician una procesión hasta el lugar donde será plantada como recuerdo. Ante esta cruz-recuerdo los misioneros dirigen a los congregados sus últimas recomendacio- nes y se despiden. Todos pasan a estrechar sus manos y besarlas y a recomendarles que vuelvan pronto. Los más afligidos por la marcha de la Misión rodante son los niños: les parece mentira que vaya a terminar tan pronto aquella especie de paraíso bullicioso y al par devoto. Al día siguiente comiénzanse a desmontar las instalaciones. Ahora todos quieren echar una mano: qué diferencia con el día de lle- 14 — gada. Se carga todo sobre el camión y su casas, mejor dicho, hay que echarlos para que se vayan, pues no quisieran de ninguna manera marcharse del campamento del mi- sionero, que se ha convertido para ellos en un verdadero parque de atracciones. Después de cenar viene la Misión para los adultos. Desde las nueve a las once de la no- che se trabaja con ellos. El ambiente se prepara con música agra- dable. Al acercarse la hora un repique de campanas, grabado y difundido por los alta- voces, se alterna con oportunos avisos y mú- sica. Para atraer y al mismo tiempo disponer los ánimos, se empieza por el Rosario, ilus- trado con filminas Don Bosco, bellísimo, de- voto, vivamente deseado. Sobre el altar, bien iluminado por un re- flector, atrae las miradas de todos una es- tatua del Sagrado Corazón entre flores. Después se dan dos conferencias: una, sobre las verdades de la fe y vida de Jesús, y otra sobre los mandamientos y vida moral. Todas las tardes hay alguna novedad, una función particular para las madres, o en su- fragio de los difuntos, para los trabajadores, etcétera... La tarde de las madres el altar se trasfor- ma en un pesebre como en Navidad, y cada madre coloca ante la cuna de Jesús una ve- lita por cada uno de sus hijos. La tarde del trabajo se bendicen los ins- trumentos y herramientas, los aperos de labranza, los utensilios de oficina y los de cocina, pucheros, ollas y hasta las planchas, adaptándose así de lleno al ambiente donde se desarrolla la Misión. Impresionante en verdad es el último vier- nes: un auténtico Viernes Santo. Un cruci- fijo de tamaño natural colocado en el centro del salón atrae las miradas de todos y su devoción. Todos pasan a depositar un beso sobre las llagas de Aquel que nos salvó con sus heridas. Los primeros en pasar son siem- remolque y se emprende nueva marcha ha- cia nueva meta, en busca de otras almas a las que llevar la alegría del “Circo de Dios”, que siembra el amor y la Gracia no sólo en los ranchos de la pampa, sino más aún en- tre las descristianizadas masas de las zonas periféricas de las ciudades y villas. Enrique Olivares. S. D. B. E! P. Mariano dei Río, Sale- siano español, reoibe la Cruz de Caballero de la Orden de Isabel la Cató lio a. Medellín (Colombia).—El Salesiano es- pañol don Mariano del Río, ha recibido de manos del Embajador de España en Co- lombia señor Sánchez Bella, la Cruz de Ca- ballero de la Orden de Isabel la Católica, que el Caudillo le ha otorgado “como reco- nocimiento a la importantísima labor de ca- rácter hispánico, pedagógico, educacional y cultural que ha llevado a cabo en distintos países de Hispanoamérica: en la Patagonia y Colombia”. Esta condecoración internacional es con- cedida por el Jefe del Estado Español a prestantes personalidades, vinculadas a la formación intelectual y cristiana, que han descollado en las esferas de la cultura y es- timulado las relaciones espirituales en los pueblos de habla castellana y España. El acto de la imposición de la preciada condecoración por el Excmo. Embajador de España en Colombia, resultó deslumbrante por la calidad de los asistentes, y un triunfo para el Salesiano que se vio rodeado de numerosos antiguos alumnos suyos, algunos de ellos senadores, diputados y personalida- des relevantes en la nación colombiana. El P. Mariano del Río lleva en Colombia veinticinco años; en Hispanoamérica trein- ta y cuatro y cuarenta de profesión religiosa. El arzobispo de Medellín desde su retiro de la casa de Ejercicios Espirituales donde se hallaba, le envió una cordial epístola de la que son estos párrafos: “Quienes conoce- mos de larga data a Su Reverencia, su mo- destia salesiana y su celo apostólico, com- prendemos que estas distinciones casi lo mortifican, pero son necesarias para poner de relieve la acción de la Iglesia y el celo con que los hijos de la madre patria siguen velando por el patrimonio de la fe, tan ame- nazada hoy por los hijos de las tinieblas. Todo sea para mayor gloria de Dios. Esté seguro que San Juan Bosco, desde el cielo, mira complacido el triunfo de su hijo”. — 15 DIEZ NOTICIAS EN UNA PAGINA Ohán.—Una obra caritativa de Orán es la «Sociedad de los ciegos». Fué fundada ha- ce treinta años por un anti- guo alumno salesiano y hasta hoy sigue regida por uno de ellos. A pesar de las dificulta- des, la obra florece y es como un paraíso para todos los in- videntes, que hallan en ella su casa, donde celebran ale- gremente sus fiestas, bautizos, bodas, onomásticos. Una vez más la alegría tiplea de Don Bosco reina por obra de sus antiguos alumnos. Rosario. — Para conmemo- rar dignamente el centenario de la implantación de la primera tipografia salesia- na por San Juan Bosco, las Escuelas Profesionales Sale- sianas han sido dotadas con maquinaria modernísima, en- tre la que cuentan cuatro au- tomáticas offset, cuatro má- quinas tipográficas y ocho nuevas máquinas para el ta- ller de encuadernación. Las bendijo Mons. Bollati en pre- sencia del Gobernador de Santa Fe. Muyurina. — Hace un año llegaron los Salesianos a esta escuela agrícola, montada con todos los adelantos modernos por los Estados Unidos. Los alumnos Jóvenes de unos die- ciocho años recibieron al Ins- pector Salesiano, dictándole: «Muyurina es nuestra; váya- se, no queremos sacerdotes». A pesar del recibimiento, los Salesianos se quedaron y pu- sieron todo su empeño en ha- cer triunfar el método de Don Bosco. Un año después, esos mismos Jóvenes han peregri- nado a pie 25 kilómetros has- ta el Santuario de Santa Cruz para dar gracias a Dios por haberles mandado a los Sa- lesianos y por el feliz éxito en sus exámenes. La idea de la fatigosa peregrinación sa- lló de ellos mismos. Medellín. — Las Hijas de María Auxiliadora, movidas a compasión por el hambre que pasaban la mayoría de sus alumnas del Colegio ’’S. Juan Bosco" del barrio Valdés, in- teresaron la caridad del Ca- nónigo Mons. Cardona, que ha dado todo para las niñas pobres, y hoy unas quinientas muchachitos comen bien una vez al dia, gracias a la cari- dad del uno y al esfuerzo de las Hijas de María Auxilia- dora. París.—La Federación Na- cional de Antiguos Alumnos Salesianos franceses acaba de instituir una red de «Servi- cios de Informaciones» en doce grandes Centros con el fin de ayudarse mutuamente a encontrar trabajo, pensio- nes y solucionar los posibles problemas en caso de tras- lado. Verona. — Los Salesianos han ofrecido al Papa un ál- bum de fotografías que reco- gen las fiestas de la canoni- zación de Santo Domingo Sa- vio, que fueron presididas por él y en las que habló a los fíeles del mensaje que Santo Domingo Savio trajo para to- dos, grandes y pequeños: ”pu- reza de costumbres y sencillez de vida”.—ANS. Shillong.—Con gran solem- nidad se ha celebrado el ága- pe anual entre cristianos, al que participaron cuatro mil. Abundante arroz y carne es el plato que en esta ocasión se consume. Este ágape, aun- que se celebra el 26 de di- ciembre, viene a ser la fiesta de los Reyes Magos, pues to- dos los cristianos se presen- tan ante el Pesebre para ofre- cer sus dones. Después de la comida una serie de entrete- nimientos llenan la tarde, creando entre todos los cris- tianos fuertes lazos de fami- lia. Beppu.—Uno de los prime- ros huerfanitos, acogidos por las Hijas de María Auxiliado- ra en el Orfelinato de las «pequeñas azucenas», hace veintiséis años ha subido las gradas de altar para celebrar su primera misa. La primera bendición del nuevo sacer- dote ha sido para su antigua directora y su primera asis- tente. ZrrÁcuARO.—Con repique de campanas, banda y alegría popular fueron recibidas las Hijas de Maria Auxiliadora, pues se dejaba sentir la nece- sidad de atender a las niñas de la población. Durante este curso han puesto en marcha una escuela elemental, labo- res y Oratorio festivo. Ratburi.—El Colegio Sale- siano Darunarajaburi, con 600 alumnos, ha sido reconocido oficialmente por el Gobierno tailandés. Para celebrarlo se organizaron diversos festejos, presididos por las autorida- des provinciales; ha sido un triunfo clamoroso para la Iglesia Católica. Jamás se vieron por las calles de la ca- pital dos mil alumnos desfi- lando, precedidos o acompa- ñados por cinco bandas con más de doscientos instrumen- tos. El Ministro de Educación dirigió la palabra a los alum- nos, exhortándoles a aprove- char bien las enseñanzas de Don Bosco. NOTICIAS GRAFICAS SANTO DOMINGO.—Entierro de Mons. Pittini. Se le rindieron honores militares. TURIN.—El Rector Mayor saluda a Mons. Olda- ni. Obispo Auxiliar de Milán y antiguo alumno salesiano. GUAYAQUIL.—El Colegio Cristóbal Colón cum- ple los cincuenta años. El Gobierno ecuatoriano ha condecorado a Mons. Comín. que fui su fun- dador. SANTO DOMINGO.—Solemnes funerales por el alma del Arzobispo Salesiano Mons. Pittini. SUIZA.—Los Salesianos han habilitado un edificio para recoger a los hijos de los refugiados checos- lovacos. El Obispo de la diócesis los visita y obse- quia con caramelos. SHILLONG.—Unos buenos Cooperadores han re- galado estas campanas para la iglesia de María Auxiliadora. Antes de que las suban al campanario son admiradas por los muchachos del Orfelinato. ESPAÑA SALESIANA HA FALLECIDO MONS. LISSON, ARZOBISPO DE METHYMNA Su santa muerte no podía pasar desco- nocida—máxime para impetrar sufragios de nuestra familia espiritual—a los hijos de Don Bosco. Fué él quien con mil fatigas, pero con entrega generosa, actuó como Juez Delegado en los tres Tribunales diocesanos de Sevilla, Valencia y Madrid que entendie- ron en la Causa de Beatificación de nues- tros mártires Nuestro Arzobispo salesiano—el de Valen- cia— publicó con motivo de suceso tan luc- tuoso la circular cuyo extracto honra estas modestas columnas. La estimamos el home- naje más vivo al Prelado de la humildad, de la fe, de la caridad estilo de San Vicente de Paúl: «No queremos en nuestras palabras pre- venir el Juicio infalible de la Iglesia, al decir que tenemos en monseñor Lissón un santo intercesor en el cielo, sino expresar sólo nuestra particular y profunda persua- sión. El venerable Arzobispo de Methymna, Su Excelencia Revdma. monseñor Emilio Lissón Chaves, es conocido en todas las parroquias de nuestras Archi diócesis. En todas ellas dejó, al administrar la San- ta Confirmación, al girar las visitas pasto- rales, la impresión de un gran ejemplar de prelados, dotado de heroicas virtudes y de paterno y ardiente celo por la salvación de las almas. Ha formado parte de nuestra comunidad arzobispal por más de doce años, y el ejem- plo de su profunda piedad, pobreza fran- ciscana y caridad exquisita en todo nos edi- ficó a cuantos convivimos con él en esta Casa. Con un corazón grande pensó paternal- mente en la salvación del mundo entero. Jamás salieron de sus labios palabras que no fueran de comprensión: es más, de ala- banza. Era parco en soltarlas, y si habló de sus tiempos pasados, fue para recordar los consuelos que le habían dado hasta los sal- teadores en sus correrías de Obispo misio- nero. Hijo preclarísimo de San Vicente de Paúl, cursó los estudios eclesiásticos en Francia; y vuelto a su hidalga tierra, el Perú (había nacido en Arequipa el 24 de mayo de 1872), fué elevado a la Sede episcopal de Chacha- poyas el 16 de marzo de 1909 por Su Santi- dad Pio X. y promovido a la Archldiócesls primaria de Lima el 25 defebrero de 1918. Renunció a la Sede limeña por ver en la renuncia la voluntad de Dios; y vino a ha- cer el bien en Europa. Ha sido uno de los prelados más ancianos de nuestra Santa Madre la Iglesia Católica. Mucho debe su patria al celo y aún a la Investigación histórica de este su santo y sabio hijo. Le deben también varias diócesis de Es- paña, en las que administró sin descanso el sacramento de la Confirmación; pero nin- guna tanto como la Archldiócesls de Valen- cia, en la que puso todas las fuerzas de su salud y celo, con robustez de joven y brio de apóstol, hasta hace unos tres años, en que se tuvo que rendir al peso de la edad, para edificarnos con su profunda piedad —siempre le encontramos con el santo ro- sario en las manos y los ojos en la «Imita- ción de Cristo»—, la santa alegría y la In- agotable paciencia con que supo sufrir. Recibidos los sacramentos, y, por segunda vez la Extremaunción, mostrando contento al oír las bellas y largas oraciones de los agonizantes, entregó su bendita alma al Se- ñor. que para su gloria la creó, redimió y exornó de excelsas virtudes Sírvannos esta vida y muerte ejemplarisl- mas de estímulo para ser cada día más de Dios; que todo pasa y sólo las obras buenas hechas en gracia permanecerán para con- suelo eterno del alma. t Marcelino, Arzobispo de Valencia.» Un Hogar para una Escuela. Sevilla.—El mismo día en que la Familia Salesiana daba principio al triduo piadoso de su Fundador, llegaba de Madrid esta no- ticia: las Escuelas Profesionales, facultadas para extender a los aprendices la carta de Maestría en las ramas del Metal y la Elec- tricidad. Un regalo de Don Bosco, el Santo del Tra- bajo. Ayer oíamos filialmente complacidos a nuestro Cardenal Arzobispo esta preciosa afirmación: «Don Bosco hizo amable a los jóvenes aprendices el trabajo, que es deber». Hablaba el venerable Purpurado a los pe- riodistas sevillanos en la fiesta patronal de San Francisco de Sales. 18 — Hoy celebramos la festividad del inmenso Educador que dijo a los suyos: «Yo os ofrez- co pan, trabajo y Paraíso». La fatiga junto al premio sobre la base del sustento ma- terial. _ , _ El ascenso que las veteranas Escuelas acaban de conseguir plantea una cuestión de índole complementaria: el Hogar, la Re- sidencia para los veintidós aprendices, fa- vorecidos actualmente por dicha ley del Mi- nisterio. Se trata de muchachos oscilantes entre los dieciocho y los veinticuatro años. No con- viene que sigan entremezclados con los me- nores, aprendices y bisoños. Merecen, nece- sitan trato especial por su categoria de hombres ya, más que chicos. Una Residen- cia pues, dentro del área escolar donde, fraternalmente asistidos, vivan en clima ho- gareño las horas al margen de su formación profesional. Un pabellón con habitaciones individuales, y su salón de recreo, su bar, su aula de estudio. Todo suyo, privativo. En vida de relativa independencia. Con esa li- bertad controlada que un autor clásico lla- ma libertad de «errantes clausi» ; la libertad de los nobles cervatillos que, por mucho que se alejen, nunca llegan al cercado puesto a leguas y leguas del Centro. Sevilla cuenta ya con una mansión sale- siana para estudiantes: el Colegio Mayor «San Juan Bosco», donde un centenar y pico de intelectuales en ciernes viven su alegre juventud cristiana en ambiente de familia organizada. Ahora necesita el Hogar—bajo las mismas condiciones—de los futuros res- ponsables del Trabajo. Y éste es el mo- mento de ayudar. Ya existen los terrenos, ya está creado el espíritu y falta lo material: ocho, nueve o diez millones de pesetas que labren en nuestra ciudad la colmena huma- na laboral para estímulo de la juventud productora, para bien del pueblo llano. ¡Qué bien si el año próximo, en esta fe- cha, publicáramos la noticia: «Gracias a la Empresa Tal o al señor Cual, los veintidós aspirantes a Maestría en la Santísima Tri- nidad, que pronto superarán la cincuentena, poseen su Hogar, alegre y amable, reconfor- tador de las fatigas laborales. Hoy, 31 de enero de 1963, acaba de ser bendecido». Con ese Hogar se actuaría de manera excepcional el capítulo tan esencial cuanto sintético, de la Pedagogía salesiana: «Poner al muchacho en la imposibilidad moral de ofender a Dios». Y ello, cultivando el senti- do de libertad bien entendida, óptimo don de la munificencia divina o todo ser ra- cional. Francisco de la Hoz. Bendición de un pabellón escolar. Córdoba.—El 4 de febrero tuvo lugar el acto inaugural del nuevo pabellón construi- do en el Colegio de los Padres Salesianos. Su finalidad es instruir en él. gratuita- mente. a los niños más pobres y necesitados de Córdoba. Consta de doce magnificas cla- ses, con una cabida total de seiscientos alumnos. _ El alcalde de la ciudad, don Antonio Cruz Conde, con su presencia, realzó el aconte- cimiento. Bendijo el edificio el señor Inspector, don Agustín Benito Pérez. FIESTA DE DON BOSCO EN CADIZ.—Como en toda España y con las mismas caracte- rísticas, se celebró en Cádiz la fiesta de San Juan Bosco, de la que recogemos tres imá- genes. El señor Obispo, Doctor Gutiérrez, durante su plática; las Autoridades que pre- sidieron la fiesta y la multitud de aprendi- ces, que aclamaron y honraron a su Santo Patrono. Las fiestas revistieron gran esplen- dor y dieron ocasión a Cooperadores. Archi- co f rades. antiguos alumnos y alumnos de- mostrar su afecto a Don Bosco. — 19 Asistieron numerosas personalidades, en- tre ellas, don Luis González Glsbert, ins- pector jefe de Enseñanza Primarla; don Feliciano Piorno Cristóbal, Inspector secre- tarlo y de la Zona; don Antonio Naranjo Zarza, vicepresidente de la Diputación Pro- vincial; don Pascual Calderón Ostos, primer teniente de alcalde; don Carlos Sáenz de Santamaria, arquitecto de la obra; reve- rendo don Pacífico Medina Sevillano, direc- tor del Colegio; Rvdo. don José María Iz- quierdo, director de las Escuelas Populares; Rvdo. don Julián Ocaña, director del Secre- tariado Nacional de Enseñanza Profesional, Salesiano, y la casi totalidad de los actuales y antiguos alumnos, que por celebrar su fiesta de la Unión, coincidieron en la Casa, prestigiando el acto y dando una nota so- cial de su saleslanismo, conviviendo y alter- nando en cordial hermandad, los Industria- les, los abogados y los médicos con los obre- ros, todos antiguos alumnos de los Hijos de Don Bosco. La ampliación llevada a cabo por los Pa- dres Saleslanos para poder ampliar al mismo tiempo su labor pedagógica entre los hijos de los obreros cordobeses, es digna del ma- yor elogio, ya que no han reparado en sacri- ficios económicos para levantar esas nuevas doce aulas, en las que cada curso, seiscien- tos niños de Córdoba tendrán acceso para ir siendo forjados en los moldes saleslanos, en el conocimiento de Dios y de la cultura, base esencial para que en el mañana pue- dan desenvolverse con eficacia en la acti- vidad profesional que cada uno de ellos elija. Fiesta de Don Bosco en Elche Elche (Alicante). — Los cultos celebrados en la Iglesia parroquial de El Salvador con motivo del triduo y de la fiesta de San Juan Bosco, resultaron también este año muy devotos, solemnes y concurridos. ELCHE.—Grupo de personalidades y de an- tiguos alumnos ilicitanos que celebraron la fiesta de Don Bosco. Los sermones estuvieron a cargo del reve- rendo don Antonio Mateo Orts, Secretario Provincial de la Inspectoría Salesiana de Valencia. La parte musical la desempeña- ron los alumnos del Colegio Salesiano. En la misa comunitaria del día 31 hubo nume- rosas comuniones. Durante el día nos hon- raron con su presencia el señor alcalde de Elche, don Luis Chorro y Juan; los señores Curas Párrocos de Santa María, de El Sal- vador y del Sagrado Corazón de Jesús, y un nutrido grupo de entusiastas antiguos alum- nos y de bienhechores de la Obra Salesiana. Por la noche, en el acogedor salón de la «Peña Madrldista», atentamente puesto a nuestra disposición por su presidente, don Antonio Martínez Maclá, pronunció una amena y documentada conferencia sobre «Don Bosco y su Obra» el mismo orador del triduo, don Antonio Mateo Orts, cuya pre- sentación hizo el Rvdo. P. Director del Cole- gio Salesiano, don Sergio Q. Feijóo. El acto fué amenizado por los alumnos de dicho Colegio. LOS COOPERADORES EN ACCION Centro de Cooperadores en Herrera de Pisuerga (Patencia) Hace un par de años que llegaron los Sa- leslanos a esta hermosa ciudad palentina de Herrera de Pisuerga para dirigir un colegio, en donde más de doscientos joven- cltos reciben cultura y una educación cris- tiana. Desde los primeros momentos la ciudad recibió con todo entusiasmo a los Hijos de Don Bosco. Hoy se puede decir que toda ella respira en salesiano. Son ya muchas las fa- milias que reciben la capilla de Maria Au- xiliadora y que asisten a los cultos que se celebran mensualmente en la iglesia del colegio. El día 11 de enero tuvo lugar, presentes las autoridades y personas que más se rela- cionan con la Casa Salesiana, un acto de afirmación Salesiana y la inauguración del Centro de Cooperadores Saleslanos. El Delegado Inspectorial saludó a todos los presentes que llenaban el amplio teatro del colegio, y luego informó sobre las ven- tajas de pertenecer a la Pía Unión de Co- operadores y los móviles que le llevaron a San Juan Bosco a fundarla. Se extendió luego en el movimiento que en la actualidad se realiza en todo el mundo Salesiano, y ter- minó animando a que con el mismo cariño con que han recibido a la Virgen de Don Bosco se inscriban en la Pia Unión de Co- operadores. Esperamos que en fecha próxima 20 — la ciudad de Herrera tenga un Centro muy floreciente. Actividad en el Centro de Cooperado- res de Celano va (Orense) Pese a que este Centro de Cooperadores de Cànova lleva muy poco tiempo funcio- nando, no obstante se han comenzado a recoger los primeros frutos. El dia 14 de febrero se trasladó a la villa de Cànova el Delegado Inspectoría! de Cooperadores para dar la primera Confe- rencia Reglamentaria El acto tuvo lugar en el salón de actos del Colegio. Primeramente los alumnos de la institución de Auxilio Social que dirigen los Padres Salesianos, deleitaron a la nu- merosa concurrencia con hermosos cantos a dos y tres voces, y asimismo hizo su pre- sentación la rondalla, tocando varias piezas de su abundante repertorio, cosechando cá- lidos aplausos. Seguidamente, el Rvdo. señor Director, don Macario Arconada, tomó la palabra para saludar a los Cooperadores y presen- tar al conferenciante, quien después de agradecer los aplausos, desarrolló el tema «Lo que son los Cooperadores y sus diferen- tes actividades de apostolado». Al final se repartieron más de un centenar de diplomas a los nuevos Cooperadores, y se cerró el acto con la representación en escena de una bonita y entretenida zarzue- la, con la que los niños obsequiaron a los asistentes a este simpático acto. Felicitamos al Padre Director y a estos noveles Cooperadores Salesianos, y espera- mos que la hermosa villa de Celanova ten- ga un Centro floreciente, como lo indica la puesta en marcha del Ropero y del selecto y celoso grupo que ha entrado a formar el Consejo local de Cooperadores. Componentes del Consejo Local de Coope- radores Salesianos de la Casa de Orense. Entre ellos se halla el gran Cooperador Re- verendísimo don Emilio Montero, que en la actualidad vive en la Casa Salesiana como Salesiano más. Grupo de Cooperadores salesianos que com- ponen el Consejo Local en él Centro Colegio- Hogar de San Roque, de Vtgo. Ropero “María Auxiliadora , organi- zado por las Cooperadoras del Cen- tro de Villaamil (Madrid) El sábado, dia 24 de febrero, se inauguró en Villaamil el Ropero de Coopedoras, pues- to bajo la protección de la Virgen Auxilia- dora, que ha de presidir todas las iniciativas de caridad. Se ha comenzado con la con- fección de prendas de vestir para la orato- rianas del Centro, por ser el Oratorio festivo la obra primordial saiasiana y ser deseo de las señoras Cooperadoras aportar su trabajo en bien de las niñas de la barriada. En el ambiente de piedad y trabajo se hizo efec- tivo el deseo de Santa María Mazzarello: «Cada puntada sea un acto de amor de Dios». Para comenzar han acordado una reunión semanal, y tienen un gran entu- siasmo por colaborar en la medida de sus fuerzas al bien de las clases más necesi- tadas. — 21 DE NUESTRAS MISIONES EL ARBOL GIGANTE QUE LLEGABA AL CIELO Nueve tribus khasis habitan en el cielo y siete sobre la tierra. En otro tiempo, las siete tribus de la tierra subían y bajaban a su gusto por medio de un árbol altísimo plantado en lo alto de una montaña. (Leyenda khasi.) SHILLONG. — Las madres khasis rodean a sus hijos de grandes cuidados. Los llevan consigo a todas partes, dentro de una cesta gue cuelga de sus cabezas y apoyan en la cintura. I OS monzones están para terminar y tras *" las interminables lluvias parece que la naturaleza exulta y sonríe con el azul de su cielo, con el verde oscuro de la floresta y la salubridad del aire. Me hallo a dos mil metros de altura, en la cima del monte Diengnei. Desde aquí se goza un panorama encantador; a lo lejos, enfrente, Shillong, la hermosa capital del Assam, que cual reina se recuesta a lo largo de la cadena de mon- tañas. Los kasis, como todas las tribus de los montes, aman la naturaleza. A través de los siglos han transmitido de viva voz en narraciones folklóricas la explicación de los fenómenos naturales. La voz de las casca- das repite todavía antiguas leyendas, y en las florestas sagradas, habitadas por los espíri- tus, nadie osa cortar un árbol. El Diengnei es un monte mitológico. El poblado Khreit con su capilla dedicada a Santa Teresa, desparrama su chozas por la pendiente del Diengnei. Los católicos son más de 250, tiernos retoños, todos ellos, del árbol de la Iglesia. Lo que más nos conmo- vió, después de haber admirado largamente ei panorama, fue la sencillez y la espontanei- dad de esta buena gente que todavía conser- va los rasgos de un mundo antiguo que está desapareciendo. La reunión de todos los cristianos tiene lugar de noche al aire abierto: la graciosa capilla no podría contener ni la décima parte de los asistentes. Bajo un cielo estrellado se canta, se reza y se escucha a los oradores, seglares y eclesiásticos. 22 — San Pablo en su predicación recurría a mo- tivos, que el mundo pagano le ofrecía, para mejor predisponer las mentes de sus oyentes a la comprensión de verdades nuevas para ellos. El altar al “Dios desconocido” le ins- piró un gran discurso. También yo aquella noche, sobre el monte mitológico del Dieng- nei, les hablé así: “Vuestros antepasados y los antiguos sa- bios os han trasmitido esta narración: En un principio la paz y la alegría reinaban en- tre los hombres; no había pecados, ni dolo- res, ni miserias. Dios estableció un pacto con el hombre: esta felicidad duraría en tanto que el hombre permaneciese fiel a Dios. Como señal del pacto creó un árbol gigan- tesco plantado sobre la cima del Diengnei. Tan alto era que su copa tocaba el cielo. Mientras el árbol permaneciera intacto, los hombres podrían subir y bajar por él de la tierra al cielo y del cielo a la tierra. Pero si los hombres lo cortaban el pacto quedaba roto y la miseria y el dolor serían su heren- cia. Durante una temporada todo fue bien. Pero un día un monstruo horrible asomó su cabeza por encima de las aguas del mar. Al ver la felicidad de los hombres tuvo envidia y persuadió a dos hermanos que cortaran el árbol. Con artes malignas les enseñó a cons- truir hachas afiladas. De noche y a favor de las tinieblas los dos hermanos realizaron la nefanda obra. Cayó el árbol y su ramaje cu- brió la tierra. La alianza con Dios estaba rota y ya no hubo manera de subir al cielo. El hombre abandonado a sí mismo fue fácil presa del error y del pecado, del dolor y de la miseria. Es cierto que Dios tuvo compa- sión del hombre y vuestros antepasados os lo han transmitido en otras leyendas. Pero la verdad es que en la religión casi predomina un sentimiento de desesperación. Somos como huérfanos —decían los ancianos— y no sabemos qué hacer para reencontrar el árbol de la vida. Pues, queridos hermanos, Dios infinitamente bueno ha mandado al Reden- tor, quien ha plantado en verdad el árbol de la salvación en el monte Calvario y este ár- bol es el santo madero de la Cruz que de nuevo une el cielo y la tierra. Vuestros ante- pasados y sabios tuvieron, como véis, un pre- sagio. Ya no sois huérfanos”. Así hablé aquella noche junto a la cumbre del mitológico árbol. ¿Quién no ve, no obs- tante los elementos fabulosos mezclados en la leyenda, un sólido fundamento de la ver- dad? En el alma de cada pueblo, incluso entre los más primitivos del mundo, anidan verdades eternas y principios santos de jus- ticia y moralidad que ya hacían exclamar a Tertuliano: “¡Oh alma, naturalmente, cris- tiana!”. Sobre estos puntos sólidos del alma naturalmente cristiana, nosotros nos apoya- mos para hacer palanca y levantar los paga- nos hasta Cristo. Labor de los catequistas: Mario. El misionero, como es natural, es el pá- rroco del lugar. El catequista Mario es su primer ayudante, su mano derecha. Mario es padre de numerosa y ejemplar familia y trabaja sólo para la Iglesia. Habla bien, sen- cilla pero convincentemente; tiene celo apos- tólico, canta y toca la armónica, es artista, SH1LLONG. — Los catequistas constituyen en la Misión salesiana de los khasis el más válido apoyo del misionero. Ayudar a man- tener al catequista es un apoyo muy apre- ciado por el misionero. — 23 cocinero y a su tiempo entiende algo de me- dicina. Su párroco lo mandó por delante una semana antes para preparar la fiesta. Mario visitó las familias una por una, allanó el camino al Padre, volvió al buen camino las ovejas descarriadas. Durante la fiesta predi- caba, acompañaba los cantos y hasta tenía tiempo para darse una vuelta por la cocina y preparar la comida del obispo. De noche fue el principal artista de variedades e hizo desternillar de risa a los espectadores, sacan- do siempre, no obstante, un buen pensamien- to de cada número. ¡Honor por tanto a Ma- rio, al catequista! ¿Cómo no alabar y admirar a este humil- de apóstol de Cristo que sin pretensiones, con trabajo constante y paciente es el ver- dadero agricultor de la viña del Señor? Los sacerdotes son demasiados pocos. Y aún quieren limitar la actividad de los misione- ros extranjeros a obras humanitarias, exclu- yendo toda forma de proselitismo y de pre- dicación. La formación del clero indígena exige to- davía muchos años. De ahí la necesidad de contar con muchos y buenos catequistas. La rápida propagación de otras religiones no se explica si no por medio de estas células que se multiplican, penetran con trabajo largo y paciente en todos los poblados y son como la levadura que fermenta toda la masa. Los catequistas son entre nosotros estas células cristianas. En Kreit, gracias a ellos, existe una floreciente cristiandad. Al fin de la Misa solemne, cantada con tanto fervor, me decía el Misionero don Totonello: Recuerda cuando vinimos por primera vez? Los chiquillos salían de estampía gri- tando y con el terror pintado en el rostro: a nuestro paso las chozas cerraban sus puertas. ¡Y ahora, qué cambio!”. Los ciento veinte chicos y chicas de la es- cuela. todos vestidos de blanco, nos han aclamado y hemos presenciado sus ejercicios gimnásticos y escuchado sus versos y cantos. Durante el día parecía que no sabían sepa- rarse de nosotros. Y Kreit no es sino uno de las cien poblados que nos esperan. ¡Si tu- viésemos muchos catequistas como Mario! A todos los que amáis a Jesús y deseáis el advenimiento de su Reino me dirijo: Sed misioneros ayudándonos a mantener a los catequistas. Adoptad vuestro catequista y re- cibiréis la merced del apóstol de Cristo”. Donde reinaba el tigre Las estadísticas del año 1961 hablan de 4.000 bautismos de adultos y de 103.200 ca- tólicos en la diócesis de Shillong. El Assam es, en verdad, una tierra incomparable. Los católicos llegamos tarde y retardaron nuestro avance dificultades de todo género: guerras, cataclismos y oposición descarada. La Con- gregación Salesiana preparó este terreno con un entusiasmo juvenil, arrollador y con sa- crificios inspirados por el heroísmo que sólo Jesús sabe infundir. Una de las mayores di- ficultades es la multiplicidad de las lenguas. Los kasis son los más desarrollados entre todas las tribus montañesas del Assam, pero también hemos de trabajar con los garos, mikir, lalung, munda, boros, etc... En los últimos días de septiembre, visité las colinas de los garos, recorriendo en seis días 1.200 kilómetros, llegando hasta las cua- tro estaciones misioneras del distrito, batien- do un récord de velocidad. Los católicos son 17.000. Hace diez años este viaje hubiera sido imposible durante los monzones, porque mu- chas zonas eran aún floresta virgen: reino del elefante y del tigre. Bagmara, por ejem- plo, la estación más distante se alzaba sobre una colina rodeada de floresta densa. Más de una vez, durante las lluviosas noches, el tigre se adentró hasta el portal de la Misión. Desde dentro el misionero oía el grueso res- pirar de la fiera. El interior de las colinas garos es una zona todavía salvaje, aunque los garos no lleven ya sus trajes semiadamíticos de hace diez años. El Gobierno trata de ayudarles en esta obra de civilización en la que los misioneros le prestan decidido apoyo con sus escuelas y dispensarios. Los jóvenes garos responden muy bien a la solicitud del misionero. Nos- otros tratamos de educarlos aficionándolos al trabajo que transforma la jungla en cam- pos fecundos: creamos pequeñas escuelas profesionales en cada misión, en las que los jóvenes, que antes sólo conocían el manejo del arco, aprenden a coser, el manejo de la garlopa, de la sierra y el cultivo de la tierra. Son escuelas incipientes, pero ¿Don Bosco no empezó asi también? Y nuestros sacerdo- tes. después de predicar, se convierten en 24 — ^quel día, de buena mañana, acompaña- do de varios alumnos y de un siamés del pueblo, me interné en la floresta con la intención de hacer una buena provisión de pájaros. Al mediodía habíamos ya demostrado que éramos pésimos cazadores, no obstante de- terminamos que nos habíamos ganado la comida que llevábamos preparada. Nos sentamos y aún no habíamqs proba- do el primer bocado, cuando de improviso, salido de lo más espeso del matorral, com- parece ante nosotros un hombrón, alto, ro- busto, de rostro anguloso. Se planta bien plantado y nos interroga : quiénes somos, de dónde venimos y qué tal nos ha ido la caza. Según la etiqueta siamesa, lo invitamos a probar de nuestra comida. Aceptó un bocado sólo para catar la comida europea. Después, dijo : —Conozco un árbol que siempre está lleno de pájaros. Prestadme el fusil y cartuchos. No haréis mala figura esta noche cuando volváis a casa. Ingenuamente le alargué mi arma y el hombre desapareció en la floresta. —Adiós fusil, exclamó nuestro guía en cuanto consideró al hombre suficientemente alejado. En todo el tiempo que duró la pre- sencia del hombre no pronunció palabra. Y demos gracias al Señor si Ta Pii no vuelve el arma contra nosotros. —¿Ta Pii, quién es?—pregunté intrigado. —Cómo, ¿no conoces a Ta Pii? Claro, tú no eres de por aquí. Por estos lugares todos lo conocen y lo temen. A nadie le gusta to- agricultores, carpinteros, sastres. El amor al trabajo redimirá a esos hermanitos nuestros, material y espiritualmente. Y uno se pregun- ta ¿cómo los misioneros, tan escasos en nú- mero, en una zona tan vasta, rodeados de tantos peligros, paupérrimos, pueden realizar tantas cosas? Ellos merecen todo nuestro apoyo. Entre las tribus montañesas del Assam la mies ma- dura. En todas partes los misioneros claman: “Ayudadnos a formar buenos catequistas, células de cristianismo, levadura de la masa pagana. Esteban Ferrando Obispo Salesiano de Shillong — 25 par con él. Ta Pii es un famoso bandido. Sobre su conciencia tiene más de veinte ase- sinatos—dijo bajando la voz—. El se consi- dera rey de la floresta. Para él no hay ley... —Pero ¿y la policía?—interrumpí. —Como quieres que la policía atrape a un zorro como Ta Pii, protegido por la flo- resta y la connivencia de los pocos habitan- tes que en ella moran. Si hasta la misma policía lo teme y está de su parte, pues se sirve de él para eliminar otros bandidos me- nos bandidos que él. Recuerdo que una vez lo llamó un policía y le dijo : “Ta Pii, en el pueblo de Ban Je hay un bandido, Bai, que molesta a la población y no somos capaces de echarte el guante. Tú lo tienes que hacer desaparecer en seguida”. Cumplido el encar- go los policías dijeron: “Por lo menos esta vez tu delito ha prestado un servicio a la población. En lo porvenir pórtate bien y te tendremos consideraciones. ¿Comprendes?”. Oídas estas preciosas informaciones pensé que sería prudente levantar el campo y vol- ver a toda prisa sobre nuestros pasos, aun a costa de dejar el fusil en las buenas manos de Ta Pii. Las detonaciones que de cuando en cuando se oían floresta adentro nos hacían contener la respiración. Mientras recogíamos nuestros pertrechos, un crujido de hojas secas y roce de ramas tronchadas nos puso sobre aviso. Llegaba Ta Pii. —¿Cómo? ¿Ya os vais? ¿Y el fusil? ¿Y la caza?—dijo arrojando a mis pies un mon- tón de pájaros—. Te darás cuenta que soy un buen cazador. Así diciendo puso en mis manos tembloro- sas el fusil y añadió: —No habría la cosa terminado así si no supiera que tú mantienes e instruyes a mu- chos niños huérfanos. Y además... has sido... muy gentil conmigo: me has dejado tu fusil sin temor. Acuérdate de que el rey de la floresta es tu amigo ; díselo también a tus compañeros y cuando necesitéis de mí no tenéis más que decirlo. Desde aquel día el temido Ta Pii fue ami- go de los misioneros y más de una vez los condujo a la caza del daino, del jabalí, del tigre y de las liebres. En tales ocasiones ce- día siempre al misionero el honor de disparar después de haber colocado la pieza a tiro. Cuántas veces le decíamos: “Ta Pii, para tal día necesitamos tantas liebres”, él cum- plía exactamente el encargo. Cuando tiempo después el misionero desboscó un trozo de floresta para plantar bananas, nos dimos cuenta que alguien aligeraba la fatiga de la recolección. Se lo dijimos a Ta Pii y bastó su presencia por los alrededores para que nadie se aventurase a visitar nuestros fruta- les, como si una barrera invisible se hubiera alzado. Al fin Ta Pii, consumido y quemado por el alcohol de arroz, del que se había conver- tido en feroz consumidor, declinaba rápida- mente. El misionero le prqpuso la conver- sión in extremis y Ta Pii aceptó sin vacilación. A sus parientes que le sugerían la conveniencia de llamar a los bonzos, les respondía que le bastaba con el misionero. Siendo catecúmeno cesó como por encan- to de jurar y maldecir, cosa que llenó de maravilla a cuantos conocían su tempera- mento prepotente y colérico. Fue bautizado pocos días antes de su muerte con el nombre de Dimas, en recuerdo del buen ladrón del Evangelio. No diré que los últimos días del bandido hayan sido los de un santo, pero su conver- sión final fue sincera. Y todos quedamos conmovidos ante la infinita misericordia del Señor que no rechaza a nadie y recompensa con largueza hasta el más pequeño servicio que se hace al propio hermano. César Castellino Misionero Salesiano DON GASPAR MESTRE, S.D.B Falleció este santo coadjutor salesiano en Bar- celona el 14 de enero. Su competencia técnica y artística corría parejas con su amor a la Congre- gación, para la que obtuvo resonantes éxitos en el ambiente artístico y religioso con la realización de numerosos altares de indudable buen gusto. A él se debe la restauración de los altares de la iglesia de Almendralejo. que, al decir del Marqués de Lozoya, no podía haberse hecho mejor. Lo mismo dígase del Salón del Trono del Palacio Real de Pedralbes, que tanta resonancia halló en la prensa española. Por sus méritos le fue concedida la Me- dalla del Trabajo. 26 — & MARIA AUXILIADORA CREYERON PERDIDA TODA ESPERANZA Barcelona.—Desde hace tiempo estábamos mi esposa y yo en deuda de gratitud hacia María Auxiliadora por una señaladísima gracia, que nosotros no dudamos en calificar de prodigiosa. Queremos darla a conocer para animar a otras almas a confiar en tan buena Madre. Llevaba mi esposa seis meses en estado cuando se le produjeron unas peligrosas he- morragias del orden de 100 a 200 gramos casi a diario. Alarmado el doctor que le asistía, aconse- jó una inmediata intervención quirúrgica a vida o muerte y con muy pocas probabili- dades de éxito, tanto para la madre como para la criatura. Conducida a la clínica, fué introducida en el quirófano. Mi esposa se presentó en él apretando en su mano una estatuita de Ma- ría Auxiliadora, de la que no quería des- prenderse a pesar de la insistencia de la enfermera. Tuvieron que aplicarle la anes- tesia sin que lograran hacerla desistir de su propósito. Colocada ya en la mesa de ope- raciones, y perdido el sentido, le fué sustraí- da la imagen de María Auxiliadora. Yo, que contemplé la escena desde el puesto de ob- servación del quirófano, hice señas a la en- fermera para que colocara la imagen sobre un estante para que desde allí presidiera la operación, como así fué. Entretanto, yo me encomendaba con todo fervor a la Virgen, prometiéndole que si se salvaba la vida de la criatura le pondría por nombre María Auxiliadora, si era niña. Varias horas estuvieron los cirujanos ata reados en la difícil operación. En un mo mento critico creyeron perdida toda espe- ranza, pues a la paciente se le llegó a parar el corazón. Reanimado artificialmente y con- tenida una alarmante hemorragia, lograron terminar felizmente la operación. Mientras tanto, en el quirófano cercano se realizaba el delicado trabajo de reanimar y salvar la vida de la criatura, al parecer completamente asfixiada. Al fin. con gran alegría por mi parte, pude oir los vagidos y lloros de mi nueva hijita Actualmente, madre e hija, salvadas mi- lagrosamente, gozan de buena salud, y a mi también me sacó la Virgen de una ma- nera singular del apuro económico en que la operación me colocara, pues tan sólo los medicamentos de la noche en que tuvo lu- gar la operación ascendían a varias decenas de miles. Por todo lo cual quedamos profundamen- te agradecidos a María Auxiliadora.—Au- gusto Valero y Teresa Aguilar. Parroquia San Juan Bosco. CADENA DE GRACIAS Barcelona.—Quiero hacer pública mi pro- funda gratitud hacia María Auxiliadora y mis protectores Domingo Savio y Doña Do- rotea de Chopitea, a quienes también me encomendé, por dos señaladas gracias que me han concedido. En primer lugar tuve que sufrir varias intervenciones quirúrgicas para la extrac- ción de un quiste paradentario, que no obtu- vieron el éxito deseado. Debido a diversas complicaciones se me produjo una peligrosa infección, que hizo necesaria, según los médicos, una nueva operación, peligrosa y de incierto resultado. Yo me encomendé a María Auxiliadora, y después de varias consultas con el otorrino- laringólogo, obtuve una demora en la ope- ración, que más tarde se hizo innecesaria, puesto que el mal había desaparecido. En segundo lugar, quiero relatar otra gra- cia aún más señalada que últimamente me han alcanzado mis celestes protectores. Llevaba nueve años casada sin que pudie- ra ver alegrado mi hogar con las sonrisas de un hijo. Profundamente desalentada, puesto que ya se habían presentado dos casos de frus- tración de nacimiento, y el tercero presen- taba también los mismos síntomas desalen- tadores, de nuevo acudí a María Auxiliadora en busca de su protección y ayuda. El doctor me impuso reposo absoluto en cama. Hallándome en una profunda depre- sión de ánimo, un sacerdote salesiano me díó la bendición de María Auxiliadora, y a partir de aquel momento comencé a sentir una visible mejoría. Las complicaciones fue- ron resolviéndose favorablemente, hasta dar — 27 a luz un precioso hljito, que ha llenado de alegría a toda la familia. No paró aqui la protección de la celeste Madre. Debido a mi delicado estado de sa- lud, se me declaró un violentísimo ataque de urea, que puso en peligro mi vida. Al fin todo se resolvió a satisfacción. Ac- tualmente, al cabo de cinco meses, yo y mi hijlto gozamos de perfecta salud. Agradecida a la protección de María Au- xiliadora, mando decir tres misas en acción de gracias, e invito a todos a confiar en el auxilio poderoso de tan buena Madre.—Car- men Villaronga de Sadurni. Parroquia San Juan Bosco. CON GRAN ALEGRIA DE TODOS Salamanca.—Teniendo un hermano mío que realizar unas difíciles oposiciones, rea- licé con fervor la Novena de María Auxilia- dora, pidiéndole llena de fe y confianza que le ayudase a salir victorioso, pues eso su- pondría para mi hermano una gran mejora, que casado y con dos hijos, sus ingresos y trabajo anteriores no le eran muy gratos. Con gran sorpresa de todos, mi hermano aprobó las oposiciones, y entonces supliqué a María Auxiliadora que completara su gra- cia extraordinaria ayudando a mi hermano a encontrar casa en su nuevo destino, pues sin ese problema solucionado tendría que renunciar a la plaza. Con gran alegría de todos, quince días después de haberse incorporado a su nuevo trabajo encontraba un piso lindísimo en Inmejorables condiciones y por un precio asequible a su economía. Como prometí a tan buena Madre publicarlo en el Boletín y dar un donativo si me concedía tan extra- ordinario favor, cumplo gustosa mi prome- sa, enviando 100 pesetas para las Obras Mi- sionales Salesianas.—Isabel Sánchez. OTROS CORAZONES AGRADECIDOS Orotava (Tenerife).—Agradecida a María Auxiliadora por una gracia espiritual con- cedida, hago pública mi gratitud y envío una limosna de 100 pesetas para su culto.— Esperanza Rodríguez. Echávarri de Cuartango.—Por varios favo- res recibidos de María Auxiliadora, ofrece una sencilla limosna para las Obras Salesia- nas, Lucrecia Ortiz de Luna. Herrera de Pisuerga.—Teniendo que re- solver un asunto muy Importante, me en- comendé a María Auxiliadora, pidiéndole me ayudase a resolverlo, prometiéndole una limosna y publicarlo en el Boletín. Habien- do resultado todo favorablemente, doy gra- cias a tan buena Madre y muy gustoso cum- plo mi promesa, y envío 50 pesetas para su culto.—Juan Carlos Saldón. Barcelona —Por una gracia alcanzada de María Auxiliadora por intercesión de San Juan Bosco, agradecida a tan buena Madre y pidiéndole siga protegiéndome, envío una limosna para las Obras Salesianas.—Eulalia Rubio. Burceña.—Por favores recibidos de María Auxiliadora y su constante protección, quie- ro dar públicamente las gracias a tan buena Madre, y deseo que mi gratitud sea publica- da en el Boletín Salesiano. Una hermana mía da igualmente gracias a María Auxiliadora por varios favores reci- bidos. Al mismo tiempo entregamos una limosna para las Obras Salesianas de Burceña.— Iciar Gurruchaga. Falencia.—Muy agradecida a mi amada Madre María Auxiliadora por una señalada gracia obtenida, envío limosna de 50 pese- tas para su culto.—Eufemia Salvador. Santoyo (Falencia).—Habiéndome conce- dido una gracia muy señalada, en agrade- cimiento a mi buena Madre María Auxilia- dora, entrego limosna prometida.—Pilar Alvarez. San Sebastián.—Pesando sobre mí un gra- vísimo problema, me encomendé a María Auxiliadora con todo fervor, haciendo una Novena en su honor, y Ella me lo resolvió cumplidamente. Agradecido, entrego una limosna para las Obras Salesianas.—M. V. Barcelona.—Una devota manda 125 pese- tas por una promesa hecha a María Auxi- liadora y para que Esta le conceda una gracia que le pide.—X. X. Pamplona.—Encontrándose mi madre en- ferma le fué necesaria una operación. La encomendé a María Auxiliadora y todo salió muy bien. En otra ocasión Ella hizo que mi esposo encontrase colocación. Agradecida a tan buena Madre, le envío 200 pesetas de limosna.—Una Cooperadora. Pamplona.—Por varios favores recibidos de María Auxiliadora y especialmente por una importantísima gracia espiritual, le envio una limosna, y ruego la publique en el Bo- letín Salesiano.—Isabel Reperet. Juzbado (Salamanca).—En momentos muy graves y difíciles a causa de una penosa en- fermedad, recurrí a María Auxiliadora y prometí una limosna de 100 pesetas para que me curara. Habiendo curado, le doy gracias y cumplo lo prometido.—Rosalía Pérez. Málaga. — Habiéndome concedido varias gracias María Auxiliadora, una de ellas ha sido el entrar en una empresa muy impor- tante, ruego tenga la bondad de publicarlo en el Boletín, como lo prometí. Envío la cantidad de 25 pesetas para su culto.—Agus- tín C. García. Palamós (Gerona).—Por una gracia con- cedida de María Auxiliadora a todos los alumnos de la Universidad Laboral al regre- sar sanos de las vacaciones de Navidad a este Centro educativo y librarles de las inun- daciones sufridas en Zamora, envío 100 pe- setas para que se celebre una misa en acción 28 — de gracias a tan buena Madre.—Isabel Du- ran, Cooperadora salesiana. Vigo.—Por favores materiales y por la fe- liz recuperación de la salud de una tía, doy gracias a la Virgen de Don Bosco y entrego 50 pesetas de limosna.—Josefa Losada. Sevilla. — Habiéndoseme extraviado un sobre conteniendo documentos de sumo in- terés, invoqué a la Santísima Virgen Maria Auxiliadora, prometiéndole enviar 50 pese- tas como agradecimiento si me aparecía el sobre. Dos horas después de haberle hecho la súplica fué encontrado el sobre con el documento dentro.—J. R. C. MANCILLA (Navarra).—Encontrándose mi hijo preso en el extranjero, acusado de de- litos políticos con gran peligro de su vida, acudí a María Auxiliadora mediante una Novena, ofreciéndole una limosna al mismo tiempo, y habiendo conseguido su libertad, lo publico en acción de gracias y mando 500 pesetas para su culto. Igualmente habien- do conseguido la curación de mi enferme- dad por su mediación, sin necesidad de ope- ración, remito otras 500 pesetas de limos- na.—Manuel Bissié. Villasila de Valdavia (Falencia).—Estando mi hija en Alemania la puse bajo la protec- ción de María Auxiliadora para que volviese bien; y en una operación difícil de mi her- mano invoqué asimismo la protección de nuestra buena Madre. Agradecida por ha- berme concedido estas gracias, envío 50 pe- setas para su culto.—Saula Fernández de Tejedor. La Almunia de Doña Godina (Zaragoza).— Agradecido a María Auxiliadora por una gracia que ha llenado de gozo a toda mi familia, entrego una limosna para el culto de nuestra celestial Protectora.—A. San Ro- mán. Teníamos fecha señalada para desalojar la vivienda que habitábamos desde hacía veinte años y no veíamos la posibilidad de encontrar piso asequible a nuestros escasos medios económicos. Empezamos, con entera confianza, una Novena a María Auxiliadora suplicando su ayuda; al quinto día y de una manera muy providencial, nos llegó la esperanza de ob- tener una portería. Tal esperanza se ha he- cho ahora realidad, por lo que damos mu- chísimas gracias a María Auxiliadora, y cumpliendo lo prometido enviamos una li- mosna.—Dos hermanas devotas de la Vir- gen. Manlleu.—Por una gracia de María Auxi- liadora, envío la limosna de 100 pesetas.— Pastora Rifá. Barcelona.—En acción de gracias a María Auxiliadora por la curación de una nieta e hijo, envío la limosna de 50 pesetas.—Mag- dalena Mayol. Mañana mismo le giraré las 150 pesetas. Dan gracias a Maria Auxiliadora y envían una limonsna: María Borrajo, 50 pesetas, de El Ferrol; una devota, 100 ptas., de Az- coitia; Anunciación Sánchez, 100 ptas., de Llaranes ; Luis Meco, 50 ptas. ; Remedios Gallardo, 100 ptas.; Angel Gutiérrez, 100 pe- setas; una archicofrade, 50 ptas., de Ma- drid; M. O. G-, 200 ptas., de Puerto Real; Amparo García, 100 ptas., de Campello; un caballero, 100 ptas., de Madrid; Jesús Agre- da, 200 ptas., de Las Palmas de Gran Cana- ria; Mercedes Navarro de Massanet, 1.000 pesetas, de las Palmas de Gran Canaria. De San Juan Bosco de Santo Dominerò Savio RECOBRA EL SENTIDO DEL EQUILIBRIO Florencia.—Soy la madre de once hijos, uno de los cuales novicio salesiano. En di- ciembre de 1960, uno de mis hijos yendo en coche con mi marido se dió un fuerte golpe en la cabeza a causa de un frenazo. Como no se produjo ninguna herida visible, de momento no se hizo caso ni se le dió más importancia al golpe. Pero por la noche le sobrevinieron fortísimos dolores de cabeza que le duraron más de quince días. A los quince días fué presa de una serie de vér- tigos que con frecuencia le hacían caer des- plomado en tierra. Visitado por eminentes neurólogos, el mal seguía igual, y al cami- nar, mi hijo tenia que hacerlo sostenido y desviaba mucho hacia la izquierda. Me di- jeron que todo provenía de que había pa- decido conmoción en el laberinto con pér- dida del sentido del equilibrio. Sentía gran pena al ver a mi hijo caminar como sí es- tuviese continuamente embriagado. Un día que fui a visitar a mi hijo novicio coincidí con el Padre Inspector, quien me dió una reliquia de Santo Domingo Savio, encomen- dándome le hiciese una novena. Al noveno día mi hijo, que no sabía que yo estaba rezando por él al santlto protector de los niños, se me presenta de repente y me dice que se encontraba bien. Era precisamente el S de marzo, día de la muerte de Santo Domingo Savio. Espero que el pequeño Santo proteja siempre a mi familia y me conceda, si así place al Señor, que entre los míos alguno llegue al sacerdocio.—Ana Bar- iletti. Azcoitia.—Grandes eran mis temores en la espera angustiosa de mi cuarto hijo. Este trance había sido siempre muy doloroso para mí; pero en esta ocasión me encon- traba en situación desfavorable por una en- fermedad padecida recientemente, llena de Inquietudes y sinsabores. Mi hermano, sa- lesiano, me sugirió que acudiera a Santo Domingo Savio. Seguí su consejo y me puse el escapulario del Santo. Con gran sorpresa mía todo se desarrolló magnificamente, mu- chísimo mejor que en casos anteriores. Agra- decida, hago público el favor recibido para animar a las futuras madres a encomen- darse a él, y entrego una limosna.—Merce- des P. Garmendia. Burceña.—Me encontraba en un trance bastante apurado, y conociendo por propia experiencia los grandes favores que concede San Juan Bosco a sus devotos, llena de fe acudí a él, prometiéndole una limosna si me obtenía la gracia. No quedé defraudada, pues escuchó mis súplicas, y por este moti- vo entrego a las Escuelas Saleslanas de Bur- ceña, para su culto, 75 pesetas por la gracia obtenida, suplicando se publique este favor en el Boletín Salesiano.—Iciar Gurruchaga. Málaga.—Habiendo acudido a San Juan Bosco y María Auxiliadora pidiéndoles la oportunidad de adquirir un piso, ilusión de todos los componentes de mi hogar, a los ocho días de la petición nos proporcionaron el dinero y no por haberlo solicitado preci- samente, sino debido a la generosidad de una persona que se enteró de nuestra nece- sidad indirectamente; naturalmente la can- tidad es para devolver, pero ¿y quién me dice que no fué la divina Providencia quien intercedió? En acción tan grande pedimos al Señor por esta persona y por otras mu- chas que, como éstas, sigan haciendo siem- pre el bien. Enviamos 50 pesetas por giro postal y con el ruego de que lo publiquen.— Un matrimonio malagueño. FAVORES DE NUESTROS SIERVOS DE DIOS DE DON MIGUEL RUA Valencia.—Teniendo un hijo gravemente enfermo y sometido a una difícil operación, encomendé su curación al siervo de Dios don Miguel Rúa. Habiendo salido bien de tan grave trance y encontrándose perfecta- mente a pesar del tiempo transcurrido, en- vío la limosna prometida para ayudar a los gastos de canonización de tan gran siervo de Dios.—Pepita García. Ubeda.—Agradecida al siervo de Dios don Miguel Rúa por favores recibidos, entrego 50 pesetas para su causa de beatificación.— Catalina Valenzuela. Algeciras.—Agradecida al siervo de Dios don Miguel Rúa por el favor obtenido en los exámenes de mi hijo, hago publicar la gra- cia y mando una limosna para su beatifica- ción.—O. de García. DE DON FELIPE RINALDI La Almunia de Doña Godina.—Muy agra- decido por dos gracias de don Felipe Rinal- di, envio 25 pesetas.—P. R. Valencia. — Encontrándome gravemente enferma me encomendé al siervo de Dios don Felipe Rinaldi, prometiéndole una li- mosna y publicar la gracia en el Boletín. cosa que hoy cumplo agradecida—M. S. M. DE DOÑA DOROTEA DE CHOPITEA Villanueva. — Por un favor recibido de Doña Dorotea, le envío 50 pesetas para los gastos de su beatificación.—Una devota. La Palma del Condado. — Agradecidas a Doña Dorotea, le mandamos 50 pesetas.— Dos devotas. Valencia.—Por giro postal le remito 100 pesetas para los gastos de beatificación de la sierva de Dios Doña Dorotea de Chopitea, a la cual he hecho dos novenas, y antes de terminar la segunda me ha resuelto un asunto económico de la mayor Importancia, y como lo prometía, le remito la limosna, esperando continúe ayudando a resolver los asuntos que tengo pendientes.—Francisco de P. Miralles. Barcelona.—Agradecida a la intercesión de Doña Dorotea, envío 50 pesetas de limos- na, y otras 50 para la Obra Salesiana.—Rosa Casas Robert. Ubeda.—Muy agradecida a Doña Dorotea de Chopitea por un favor recibido, envío 25 pesetas para contribuir a los gastos de su beatificación.—M. P. Ubeda. — Encontrándome en gran peligro en un viaje por carretera con una niebla muy Intensa y en un trayecto de muchas cuestas y curvas, me encomendé a Doña Dorotea de Chopitea, ofreciéndole un dona- tivo para la causa de beatificación. Agrade- cida, le envío 25 pesetas.—Eufemia MiUán. GRACIAS ATRIBUIDAS A LOS MARTIRES SALESIANOS Barcelona. — Tengo el gusto de enviarle una limosna para la beatificación de los Mártires saleslanos y don Felipe Rinaldi, agradecida a los varios favores de ellos re- cibidos, mientras sigo rogando su protec- ción hacia mi hijo, a fin de que lo hagan un hombre auténticamente cristiano y le ayuden en sus estudios.—Una madre muy devota de Maria Auxiliadora. 30 - Barcelona.—Le estoy muy agradecida al Mártir salesiano don José Calasanz por ha- ber alcanzado por su mediación que se re- conciliara con la Iglesia una señora apar- tada de ella y que se hallaba en peligro de muerte.—Marquesa Vda. de San Román de Ayala. Salamanca.—Le encomendé al Mártir sa- lesiano don Julián Rodríguez, unos asuntos que tenia pendientes, y hoy, gracias a Dios y a mi intercesor, están resueltos. Muy agra- decida, envío una limosna, y suplico se pu- blique la gracia.—Josefa Crego González. Salamanca.—Hacía tiempo esperaba la so- lución de un asunto muy importante, pero en vano ; mas apenas lo encomendé al sier- vo de Dios don Julián Rodríguez, se me arregló al instante, en lo cual pude ver pal- pable su intercesión, y muy agradecida en- vío la limosna prometida y suplico publique la gracia en el Boletín Salesiano.—Soledad González. Le dan también gracias y envían una li- mosna: Aurora de Bizarro, por varios favo- res recibidos; Teresa Brufau de Coello, Ca- yetano José Burrieza, Mari-Tere Arteaga Regalado, Avelina Acosta, Teresa Rodríguez, Rafaela Rodríguez y Antonia Rodríguez. NECROLO GlA RVDO. D. JOSE CASTELLS, S.D.B. En Huesca, a los setenta y siete años, falleció este buen salesiano. Durante treinta y seis años radicó en Huesca, en donde trabajó activamente en la construcción de la iglesia de María Auxilia- dora, y en donde fue durante todo ese tiempo con- fesor y director espiritual de los alumnos y de mu- chos antiguos alumnos oscenses. DOÑA CONSUELO VILLALBA BRU DE VALLBONA Descansó en la paz del Señor, en Valencia, el día 5 de febrero, a los setenta y ocho años de edad, confortada con los Santos Sacramentos y la Ben- dición Apostólica. Durante los últimos años de su vida padeció varias enfermedades que sufrió con santa resignación y una fortaleza admirable. Fue fervorosa amante de María Auxiliadora, en cuyo camarín asistió a muchas Misas de Comunión, en compañía de su esposo, don Enrique, y de sus hijos y no pocas veces también de sus nietos, que venían a pedir un favor a María Auxiliadora o darle gracias por otro ya alcanzado. Fue doña Con- suelo Archicofrade de la Virgen de Don Bosco, y durante varios años formó parte de la Junta de la Archicofradía. De su amor a la Santísima Virgen y a Jesús Sacramentado nació su gran amor a los pobres, a los que visitaba personalmente, aliviándoles al mis- mo tiempo en sus necesidades. De una mujer po- bre oímos estas palabras: «Ha muerto doña Con- suelo. la madre cariñosa de los pobres». De va- rios empleados de la fábrica de su esposo oímos también esta exclamación : «Ha muerto una san- ta». Más exactamente podían decir: «Una santa ha comenzado a vivir la verdadera vida». DOÑA CONCHA PASCUAL En Allariz (Orense) entregó su bella alma al Señor el 24 de diciembre de 1961, a los cincuenta años de edad. Fue doña Concha mujer ejemplar y maestra mo- delo. Desde su puesto docente irradió luz, amor y candad. Su labor sencilla, callada y eficiente tenía el sello amoroso de un auténtico apostolado ; fue colaboradora destacada y factor poderoso en la organización perfecta de la Catcquesis inter- parroquial de esta villa, y a esta hermosa labor dedicó sus mejores años, esfuerzos y aptitudes ex- cepcionales. Los alumnos encontraron siempre en ella apoyo, dirección sensata y guía vocacional para encauzar sus vidas ¡ testigos de este valioso apostolado son muchos excelentes salesianos que pasaron de sus manos a los colegios de formación, y que en la actualidad son ya sacerdotes... Testigos, esos jóvenes a quienes ayudó moral y materialmente a hacerse hombres de provecho, cristianos de testimonio. Su magisterio ha sido tan completo que Dios la llamó al cielo cuando se disponía a coger los libros para ir, como todos los domingos, a ense- ñar en su sección de Catecismo. De una intensa vida espiritual, trasformaba en seguida a todos los que tenían algún contacto con ella en apóstoles valientes y en amigos de la obra y métodos salesianos. Su amor a María Auxiliadora era notorio. María Auxiliadora la llamó el 24 de diciembre a celebrar la Pascua gozosa de la Navidad en el cielo D. E. P. OTROS COOPERADORES DIFUNTOS En Tarrasa, doña Rota Ño» Casablancas, falleció a los setenta y ocho años de edad. Bienhechora de la Obra de Don Bosco dio su nombre a la Pía Unión apenas supo de ella por el BOLETÍN. El más sentido pésame a sus hijos y familiares. En Montilla. doña Concepción Ponferrada, entre- gó su alma a Dios. Larga enfermedad fue minando su vida ; enfermedad que llevó con grandísima re- signación y paciencia. Muy amante de la Santísima Virgen y de la Obra Salesiana, gozaba en su corazón con las noticias de la expansión de la Obra Salesiana y del bien que hacía en países de misiones. Murió con muerte tranquila, confortada con los auxilios espirituales y bendición de María Auxiliadora. En Barcelona, doña Eulalia Parellada Gallati, mu- rió a los sesenta y seis años, después de una vida cristiana y fervorosa ; hacía pocos meses que había dado su nombre en el Centro de Cooperadores de las Hijas de María Auxiliadora, de Sarria. La en- comendamos a las oraciones de todos. En Riela (Zaragoza) ha fallecido don Manuel Candel, Cooperador Salesiano y gran devoto de San Juan Bosco. Era para él una satisfacción poder tomar parte en los actos religiosos© del Seminario de Coadjutores de La Almunia. En Gerona entregó su alma al Señor el Coope- rador doctor don José Bosch Massagrau y doña Dolores Pont, viuda de Gispert. Por estos y por todos nuestros difuntos elevamos fervorosas preces al Señor para que muy pronto los haga partícipes de su gloria. UN BOSCO POR OTRO BOSCO LEA USTED EN ESPAÑOL SAN JUAN BOSCO por Henri Bosco, pariente del Santo DESPUES DEL EXITO FRANCES, ITALIANO Y ALEMAN, VENDRA EL EXITO ESPAÑOL HENRI BOSCO es un conocido escritor trances. El parentesco con Don Bosco le permite sondear a fondo el alma del Santo SAN JUAN BOSCO por Henri Bosco Prólogo de Daniel-Rops, de la Academia Francesa SE LEE DE UN TIRON... Y CONMUEVE Obra de notable presentación tipográfica, tamaño 14x20 cm. 256 págs., Ilustrada con 8 láminas fuera de texto UN REGALO BONITO Y UTIL: SAN JUAN BOSCO por Henri Bosco Eti rústica y sobrecubierta plastificada. Ptas. 40,— En tela y sobrecubierta plastificada... Ptas. 55,— ★ Librería Salesiana PASEO SAN JUAN BOSCO. 74 - TELEFONO '239 40 00 - BARCELONA - 17 ESCAPULARIO DE SANTO DOMINGO SAVIO El santito ”protector de las cunas y de las madres” realiza a diario verdaderos prodigios mediante su escapulario, que contiene una reliquia del Santo. Pídalos a Alcalá, 164. - Apartado 9134. enviando una limosna de 25 pesetas para los gastos de confección Se ruega al Remitente ponga sus propias señas para efectos de devolución, caso de no dar con el destinatario.