Boletín Salesiano. Septiembre 1887
Sale una vez al mes ANO II. – N. 9. SETIEMBRE 1887 (Leon XIII) ROMA BUENOS AERES – MONTEVIDEO – NICTHEROY IN VSVM SGHOLARVM ULTIMA PUBLICACION M. FABO QVINTILiANI BOLETIN SALESIANO Instruyó al pueblo y divulgó todo lo que había hecho. Buscó las doctrinas útiles y escribió documentos rectísimos y llenos de verdad. Las palabras de los sabios son cómo punzas ó clavos, que penetran profundamente, y nos fueron dadas mediante nuestros maestros por el único pastor. (Eclesiastés XII, 9, 10 y 11) No se engañaría mucho quien intentase de atribuir principalmente á la prensa malvada, todos los males y la deplorable condición de las cosas, á la cual hemos llegado actualmente…, los escritores católicos deben con todas sus fuerzas volverla en bien de la sociedad. El peligro, Sto. Padre, está todo en la continua difusión de los libros infames; y para poner un dique á este mal inmenso, yo no veo otro remedio, que la fundación de una imprenta Católica, puesta bajo el patrocinio de la Santa Sede. De esta manera, no haciéndose esperar nuestras respuestas, podremos con mayor ventaja descender al campo de la lid y responder con feliz éxito á las provocaciones de los apóstoles del error. (Sales) La prensa periódica sometida á la autoridad jerárquica, revestida del espíritu de Jesucristo, viene á ser un poder inmenso: ilumina, sostiene la verdad, hace desaparecer el error, salva y civiliza; es casi una forma de apostolado sublime. (Alimonda) TURIN SELECTI EX LATINIS SC1IPTORIBVS INSTITVTIONIS ORATORIAE LIBER DECIMVS Testo latino con prólogo y notas italianas del Rev. Prof. Sr. D. Juan Garino. Un vol. en 16.° de 100 pág. Peset. 1 00 No dudamos del sumo gusto y agrado con que nuestros cooperadores de España, acogerán la presente o-brita. Ninguno ignora el mérito del celebérrimo retórico, tanto griego como latino, Marco Labio Quintiliano, gloria imperecedera de la España citerior. Es, pues, el décimo libro de los 12 en que se divide tan preciosísima obra titulada « De institutione oratoria », que nuestro autor escribió después de haber enseñado dicha asignatura en Roma, por espacio de 20 años. No puede dudarse sea entre todos los libros el más importante y necesario para los jóvenes que asisten á la Universidad y desean instruirse bien en la literatura griega y latina. En Italia fué adoptado como texto en todas las Universidades. Como djimos arriba está anotado en lengua italiana, lo cual no impide puedan comprenderlo todos, dada la mucha afinidad que existe entre dicho idioma y el nuestro. Fue cotejada esta edición con las más autorizadas, v. g. la de Spalding, Krüger, Bonnell y Halm. Sus copiosas notas gramaticales, históricas y literarias dan bien á conocer la mucha erudición del ilustre expositor Sr. Garino. Lo recomendamos, pues, vivamente á todos los profesores y alumnos de las Universidades. SELECTI EX L4TINIS SCRIPTORIBVS IN VSVM SCHOLARVM (IN-160 . ■ JOMHES BAPTISTA FMNCESI1 LECTORI
VWZmertur, consilium fuerat universa iterum in vulgus edere opera Thomae Vallavrii, @J(¿jegregii illius latinarum elegantiarum arbitri, qui hac floret aetate. Hoc autem opus, apud omnes intelligentis judicii viros probatissimum sane, haud satis esse videbatur, nisi et classicos, quos adpellant, scriptores adjungerem, qui romanarum disciplinarum auctores optimi semper habiti sunt. Verum integros eos publicare magnum quidem et grave opus foret atque humeris meis impar. Nec me fugiebat, maximum sibi odium comparasse libros anthologicon, quos haud ita multo ante per fas atque nefas pueris nostris obtrusos vidimus; neque tempus obstiterat quominus altissime adhuc in corde manerent liberiora et verissima verba, quae de hac re nuperrime habuit in Athenaeo nostro Taurinensi, ipse Thomas Vallavrivs, qui jamdiu habetur tamquam veteris sapientiae strenuissimus custos et propugnator. Ac propterea, medium me quodammodo gerens, ut pueris, qui nunc prima in latinis literis rudimenta ponunt, pro virili parte, prospicerem, in animo fuit nonnulla ex omnibus lectissima excerpere; e quibus tamen unum corpus totum atque perfectum absolveretur. Et faxit Deus, ut levis hic meus labor nonnullis sit adjumento. Hoc sit tamquam specimen; namque alio nomine adpellari gravatim feram. Iis vero, qui judicium suum hac in re libero prorsus ore’ haud dubitabunt mihi aperire, magnas quidem gratias habebo, et, quoad ejus fieri poterit, ne transversum quidem digitum ab eorum sen- tentia me discessurum polliceor. . Et primum omnium unum e Livio excerptum tibi librum exhibeo, qui erit veluti aliorum dux. Neque id sane absque consilio. Quis enim historicorum est Livio plenior et comptior? Quis lactea ubertate laudabilior? Ab hoc igitur primam historiarum suarum partem selegi, qua omnia continentur a septem Romanorum regibus acta, quaeque optimum studiosis exercitationis exemplum fieri posse videtur. Quod vero de Livio sum. adgressus, et de aliis optimis latinis scriptoribus faciam, qui prosa tantum oratione opera sua condiderunt. De poetis autem Phaedrv® unum nunc evulgandum putavi, quem puerorum manibus teri semper fuit in more positum, quemque totum tibi exhibeo. Verum si tibi adprobatum hoc consilium meum sensero, candide lector, alia propediem, communium studiorum causa, maxime numeris adstricta, emittenda curabo. Vale. Haec ego praefaturus scribebam, abhinc quindecim circiter annos (magnum sane mortalis aevi spatium, cum primum edebam selectorum locorum volumen, ab optimo quoque auctore depromtum. Nunc vero quot jam volumina fuerunt edita, et quam scitissime, ac perpetuis saepe adnotationibus aucta et perpolita, tum de profanis tum etiam de sacris scriptoribus! Mihi sit satis in primis dicere de Thoma illo Vallavrio (quem semper honoris gratia memorabo), omnium recentiorum latine scribentium facile principe, quemque jucundissimum olim magistrum meum adpellitare juvabit, cujus plautinae fabulae, animadversionibus auctae, sapientissimis scholasticis praelectionibus accommodata iterum atque iterum magno literarum latinarum incremento, prodierunt; quo facto nomen subalpini Professoris vel apud exteras gentes renovatum fuit, atque italorum ingenium ab invidorum calumniis strenue vindicatum. Nec equidem fas esset . hic silentio praeterire Joannem Baccivm, clarissimum V. qui, solers in primis, atque, ingenio comptissimus,’latinarum elegantiarum peritissimus, vel inter graves scholasticas occupationes, nunc Livianos coepit nunc Ciceronianos locos publicare et copiosis adnotationibus insignes, haud sibi parvo honore, et fructibus minime poenitendis pro alumnis nostris Italicis, in quorum unice utilitatem hoc sibi munus sumendum putavit. His ergo viris praeclaris gratias mecum habeto, candide lector, et iterum vale. AÑO II. – N. 9. Sale una vez al mes. SETIEMBRE 1887. H BOLETIN SALES!ANO Debemos ayudar á nuestros hermanos á fin de cooperar á la difusión de la verdad, (III. S. Juan, 8) Atiende á la buena lectura; á la exhortación y á la enseñanza. (I. Tim. iv. 13) Entre las cosas divinas la más divina es la de cooperar con Dios á la salvación de las almas, (S. Dionisio) Un amor tierno hacia el prójimo es uno de los más grandes y excelentes dones, que la divina bondad puede hacer á los hombres. (El Doct. S. Franc. de Sales) Cualquiera que reciba á un niño en mi nombre, recibe á mí mismo. (Mat. xvin) Os recomiendo la niñez y la juventud ; cultivad con grande empeño la educación cristiana; proporcionadles libros que enseñen á huir el vicio y á practicar la virtud. (Pío IX) Eedoblad todas vuestras fuerzas para retraer á la niñez y juventud de las insidias de la corrupción y de la incredulidad y preparar de esta manera una nueva generación. (Leon XIII) DIRECCION en el Oratorio Saiesiano. — Calle Cottolengo N» 33, Turin (Italia) •<- Sumario — Aviso — D. Bosco y los Salesianos en la República del Ecuador — Noticias de Chile — El Sagrado Corazón de Jesús y los consuelos de lo sobrenatural — Historia del Oratorio de S. Francisco de Sales — Gracias de Maria Auxiliadora. 1— AVISO Muchos Cooperadores y Cooperadoras nos preguntaron cuál es el precio de suscricion al « Boletín Saiesiano. » Respondemos que á dicho periódico no hay un abonamiento fijo, según lo prescrito en el artículo 70. cap. V. del reglamento de los Cooperadores. Cada cual ayuda á sostener las 'obras salesianas según sus propias fuerzas y generosidad, y los salesianos mostrándose vivamente agradecidos ruegan todos los dias, juntamente con sus huerfanitos, por todos los Cooperadores y Cooperadoras, mientras que con el Boletín les dan cuenta de cómo em plean los socorros que reciben y de los buenos efectos que con ellos obtienen. Si alguno, pues, no pudiendo hacer más, desea cubrir al menos los gastos de papel, impresión y demás, nosotros les notificamos que dichos gastos podrían satisfacerse pagando cada Cooperador tres pesetas al año. Esta limosna podrán remitirla á D. Juan Branda, Director de. los Talleres Salesianos de Sarriá (Barcelona), ó bien á D. Ernesto Oberti, Director del Colegio de Ia y 2a enseñanza de Ntra. Sra. del Cármen, en Utrera (Sevilla). D. BOSCO Y LOS SALESIANOS en la República del Ecuador. Ya saben nuestros lectores que actualmente se está cortando el istmo de Panamá, el cual une las dos Américas. Una vez que esta obra gigantesca se haya terminado, pondrá en comunicación el Océano Atlántico con el Grande Océano ó Mar Pacífico, — 106 — acortando y facilitando no poco el viaje desde la Europa á dicha República. Esta, si cuenta hoy con un considerable número de Europeos, entonces por la facilidad del viaje, salubridad del clima, bondad del Gobierno y por su mucho comercio, no podrá menos de poblarse extraordinariamente. Pues bien; á esta República dirigió en estos dias su pensamiento el sacerdote Don Juan Bosco. Después de haber sembrado la Italia de Colegios para los hijos del pueblo; después de haber, por medio de sus alumnos formados en su escuela y embebidos de su mismo espíritu, llevado la luz del Evangelio y los beneficios de la civilización cristiana hasta los últimos confines de la tierra, es decir, hasta la Patagonia y Tierra del Fuego; después de haber establecido en las Repúblicas Argentina y del Uruguay, en el Brasil y en Chile un buen número de Hospicios, escuelas y talleres para educar cristianamente á tantos y tantos niños pobres y abandonados; después de todo esto, y mucho más aún, está preparando hoy todo lo necesario para hacer lo mismo en la católica República del Ecuador. A Quito, pues, su capital, cuyo Gobierno religioso y solícito por el bien de la juventud llamó á los Salesianos, enviará en el próximo mes de Octubre una compañía para abrir una Casa de artes y oficios en beneficio de todos aquellos niños pobres y abandonados, tanto indígenos como europeos. Allá, D. Bosco, además de proveer á las necesidades presentes, prepara nuevos medios para atender á las futuras. Él, pues, prevee el número grande de Europeos que emigrarán á dicha República una vez cortado el mencionado istmo, y por consiguiente comprende cuánto será el consuelo que sentirán cuando encuentren ■ allá hermanos, maestros, consejeros y Padres en los Salesianos, los cuales se cuidarán de ellos, hablarán su idioma, los instruirán y ayudarán á mantener viva la memoria de la madre patria. ¡ Qué feliz pensamiento1 Sin embargo su celo no se limitará tan solo á esto, sino que se extenderá hasta los habitantes de las montañas más remotas. ■ Desde la capital de la República, como desde un centro de operación, como desde un cuartél general, los Salesianos tomarán su vuelo para explorar nuevas tierras y conquistarlas á la religión y civilización, proporcionando de este modo grande utilidad al Estado, consolando á la Iglesia con el aumento de nuevos hijos y regocijando el cielo con infinidad de almas salvadas. D. Bosco, si bien cansado por sus pasados trabajos, y falto ya de fuerzas físicas, no deja sin embargo de conservar aún fresca su inteligencia y tenáz su voluntad como en la flor de sus años. Según los cálculos humanos, si la emigración continuará á este paso, dentro de dos ó tres generaciones las tierras americanas, que hoy dia están en su mayor parte estériles y desiertas, vendrán á ser fértilísimos valles,, se alzarán en ellas soberbias y populosas ciudades, se construirán caminos de hierro' que facilitarán el comercio entre sus habitantes ; y por último sus altas y numerosas montañas se podrán atravesar cómodamente, como sucede en nuestros Pirineos, Alpes y Apeninos por medio de túneles. Ahora bien; la Divina Providencia, como una madre que está en vísperas de tener algún hijo, comienza desde ahora á pensar en las necesidades morales y espirituales de las gentes que un dia irán allá; ella envía anticipadamente á sus siervos, sacerdotes y apóstoles. Guando los Salesianos. compongan un buen número en las principales ciudades de América, cuando hayan establecido numerosas residencias por aquellas montañas donde aún nuestra santa religión es por muchos ignorada, entonces se nos hará menos doloroso el ver cada año tantos miles de compatriotas darse á la vela en dirección al Nuevo Mundo. Entonces al dar el último adios podremos decirles : vosotros dejais aquí á los amigos-del alma, pero allá, entre otros, encontrareis también á los hijos de S. Francisco de Sales, á los alumnos de D. Bosco, encontrareis á los Salesianos, los cuales con el ejemplo y con la palabra os ayudarán á conservaros buenos cristianos y Europeos honrados. Id, pues, con más confianza y mayor tranquilidad, puesto que adquiriendo una fortuna sobre la tierra no correréis peligro de perder la felicísima suerte de poseer algún dia el cielo. Recomendamos á la caridad de los lectores esta nueva empresa de D. Bosco. Ella es tal,, que el haberla indicado solamente,, puede bastar para su mayor elogio y recomendación. Y ¿qué persona de caridad y fe, qué hombre dotado de sentimientos de humanidad, pudiendo, no querrá ayudar á otro hombre que, para llevar á cabo dichas obras, confia enteramente en la pública beneficencia ? — 107 — NOTICIAS DE CHILE. Sermón de Mons. Cagliero á los primeros niños de la Casa Salesiana de Concepción. La salud de Monseñor mejoraba de dia en dia, tanto que, si se exceptúa alguna pequeña incomodidad en varios dias húmedos, no se hacia ni ■siquiera de cargo que estaba aún convaleciente. •Se quería que descansase un poco por algunos dias, pues lo necesitaba mucho, pero no pudo ■conseguirse; deseaba trabajo, y como ninguno se lo procuraba, él mismo se lo buscó. Durante muchos dias fue á celebrar la santa Misa en varias iglesias de comunidades religiosas, predicando en todas su sermoncito y siempre muy apropiado. Habló de la caridad en el hospital y hospicio del Sagrado Gorazon; de la Virgen Inmaculada en el Convento de las Religiosas del Sagrado Gorazon y en el de las Alemanas ; varias veces de la Providencia en la iglesia de ■este nombre; de los deberes de un buen seminarista en la Capilla del Seminario. Pero el sermoncito que salió más hermoso fue ■el que hizo en nuestra capilla á nuestros niños. No cabe duda que esta pobrísima capilla hízole recordar aquella otra , también pobrísima , del Oratorio en Valdocco, según era 30 años hace, en la cual Monseñor1 había orado tantas veces. Aquellos 20 niños, arrodillados al pie del altar, le trajeron á la memoria los primeros 20 de Turin. Con estos recuerdos fijos en su mente, ■concluida la santa Misa, comenzó á hablar del siguiente modo : « Vuestra Comunión me recuerda las de 500 ó 600 niños, que se hacen en nuestra Casa de Turin ; vuestras oraciones me traen á la memoria las que, todos reunidos , hacen allá también nuestros niños, postrados á los pies de nuestra amorosa Madre María Auxiliadora. ¡ Cuán feliz me considero en medio de vosotros! ¡ Y cuán dichosos sois vosotros al hallaros aquí recogidos bajo el manto de S José! Sois, pues, los escogidos para formar la primera piedra de esta Gasa, y ciertamente que S. José tiene miras especiales para con todos vosotros. Debeis estar muy contentos y creeros verdaderamente felices. ¡Cuántos niños en el mundo, de vuestra misma ■condición desearían hallarse á vuestro lado, disfrutar de los beneficios de la caridad que á vosotros se os dispensa, y sin embargo están obligados á quedarse en él sufriendo siempre‘mil y mil privaciones ! « A ellos les falta todo : el alimento material y más aún el espiritual; ¡ son unos pobres desgraciados! Vosotros no; estáis aquí en una casa de ■caridad, teneis por Padre á S. José, por Madre á la Virgen Auxiliadora, por protectora á la Divina Providencia; nada os faltará, como nada faltó nunca á los Salesianos y á sus protegidos. Procurad solamente haceros dignos del favor que recibís. ¿Y en qué manera? Observando una buena y santa conducta, que no desdiga de la casa en que os halláis. El avenir del Taller de S. José depende de vosotros; sois todavía pocos; muy pronto sereis muchos; y estos muchos serán buenos ó malos según vuestra conducta y el ejemplo que les daréis. Si vosotros sereis buenos, ellos serán también buenos. » Despues les manifestó el amor de los Salesianos hácia la juventud pobre. « Es esta su misión , dijo, y una misión tan difícil y delicada no se cumple sin amor. Y además ¿cómo no han de amaros si son hijos de D. Bosco, el Apóstol, el amigo, el Padre amantísimo de la juventud? ¿ Cómo no han de amaros si solamente para haceros bien, para conoceros y amaros, lo han abandonado todo, el mundo, la familia, la patria, los amigos y al veneradísimo Padre D. Bosco ? ¿Para qué vinieron aquí los Salesianos? ¿ Acaso para buscar riquezas? No. ¿En busca de placeres y de gloria ? No, no, queridos niños. Vinieron para amaros á vosotros y á todos aquellos niños que la Divina Providencia confiará á sus cuidados. Luego si los Salesianos os aman , como podéis estar ciertos de ello, amad también vosotros á ellos, obedecedles, respetadlos, no les deis ningún disgusto. Este es el mejor modo de corresponder á su amor; no quieren otra recompensa sobre la tierra más que esta. » Habló también, y muy extensamente, de los deberes de la juventud y concluyó diciendo: « No envidiéis la suerte de los hijos de los ricos que se educan en los grandes Colegios; en ellos se da generalmente una educación del todo mundana, y mientras se adorna la mente de conocimientos se corrompe el corazón con los vicios; para muchos niños el colegio es su ruina; y en él aprenden la ciencia que debe hacerlos desgraciados eternamente. Vosotros no aprendereis aquí la ciencia que aprecia, alaba y busca el mundo, sino que recibiréis abundantemente la gran ciencia de la religión que os hará felices en esta vida y más aún en la futura. Os enseñaremos la práctica de la virtud; y con la virtud vosotros os comprareis el Cielo. » Necesidades espirituales de la Araucania -Viaje de Mons. Cagliero á Traiguén -Vuelta á Concepción. Sin embargo, la misión de Monseñor en Chile no debía limitarse á Concepción. El Sr. Vicario instaba para que visitase la Araucania , y viese con sus propios ojos las necesidades espirituales de aquella tierra. Son 80,000 almas, decía á Monseñor el Sr. Vicario , y no tienen más que un sacerdote que se cuide de ellas. Hay muchísimos Indios que no son aún cristianos porque no pueden serlo; falta absolutamente quien les haga la caridad de instruirlos y bautizarlos; ellos no se opondrían en lo más mínimo ; es una mies madura, falta solamente quien la recoja. Un dia llegaron á Monseñor varios regalitos mandados por el Sr. Vicario. Uno de ellos consistía en una carta geográfica de Chile; hácia el Sur de Concepción había cuatro puntos marcados con tinta — 108 roja y después una pequeña nota en el margen que decía: futuras casas salesianas, Dichos cuatro puntos eran los siguientes; Traiguén , Temuco, Angol y Los Angeles: los dos primeros hállanse situados en el centro de la Araucania y los otros dos hacia el confín. El dia 19 de Abril Mons. Gagliero, el Rdo. Sr. Vicario y D. Rabagliati salían para Traiguén y llegaban allá despues de un dia y medio de viaje. El mismo dia D. Fagnano salia para Ancud á fin de tratar con el nuevo Obispo acerca de la Tierra del Fuego y de Punta Arenas que hasta ahora dependen de él. Sería demasiado prolijo si me entretuviese en hablar del recibimiento que Monseñor tuvo en Angol, donde se vió obligado á pernoctar. Diré tan solo que una gran parte de la población se hallaba ñn la estación, con una banda de música que tocaba admirablemente ; por la noche hubo serenata hasta las once en honor de Monseñor. Fué hospedado muy gentilmente por una de las principales familias, y el Sr. Intendente vino en persona á saludará Monseñor, quien aceptó la invitación que le hizo de cenar con él. Habló después de la política de Europa con tan buen acierto y discernimiento que encantó á todos. El dia siguiente por la tarde, Monseñor y sus compañeros de viaje llegaron á Traiguén, y tuvieron tiempo para poder visitar y conocer un poco dicha población. Fueron á ver los dos terrenos que el Sr. Vicario había comprado para los Salesianos ; ambos están situados en una posición muy hermosa y á poca distancia el uno del otro : el primero está destinado para la iglesia parroquial, el segundo para Colegio. Actualmente no hay más que una pobre capilla, vecino á la cual vive un Padre Franciscano, que se ocupa particularmente de los Indios que habitan por aquellos alrededores. * * Monseñor pudo ver con sus propios ojos las necesidades espirituales de aquella población , y el grandísimo bien que se podría hacer. Traiguén tiene presentemente cerca de 3000 habitantes ; la mayor parte son agricultores Chilenos, muchísimos Alemanes, bastantes Franceses y también no pocos Italianos. Es ya un centro importante por su posición geográfica, pero lo será aún mucho más apenas se una con Angol, por medio del ferro carril que está ya en construcción. El Sr. Vicario habría deseado proseguir el viaje y llegar hasta Temuco, sitio bastante céntrico de la Araucania , pero comenzó á llover y se tuvo que prescindir, por lo muy difícil que es viajar por aquellos sitios en tiempo de lluvia; y además Monseñor tenia prisa, pues deseaba volver pronto á Concepción y desde allí salir cuanto antes para visitar las casas de la República Argentina. De suerte que, al dia siguiente por la mañana, Monseñor, el Vicario y D. Rabagliati, á pesar de lo mucho que llovía, se metieron en un coche y pasaron nuevamente por el camino del dia anterior. La lluvia lo había ya enlodado todo, y por consiguiente los caballos no podían dar un paso cuando se trataba de subir alguna cuesta, y los tres viajeros se hallaron indecisos si volverse ó no atrás. • Al anochecer estaban de nuevo en Angol y al dia siguiente por la tarde en Concepción. También en Angol, ciudad importantísima y capital de provincia, se trató de la fundación de una Gasa Salesiana, y la necesidad es indudablemente grandísima. Monseñor, cuyo celo no tiene límites, y que desearía, ya por sí ó por medio de sus misioneros, remediar todas las necesidades que se le presentan, prometió que los Salesianos irían á fundar dicha Gasa lo más pronto posible. Monseñor hace la primera conferencia á los Cooperadores Chilenos. Antes de salir de Concepción quiso Monseñor satisfacer los deseos de muchos católicos, que un. dia serán el brazo derecho y el apoyo de nuestra casa, es decir, de muchos Cooperadores futuros. A este efecto hízoles una conferencia, á la cual asistieron muchísimas familias distinguidas de aquella población. Como era la primera conferencia que de este género sentían lo Chilenos , Monseñor se vió obligado á comenzar desde muy lejos. Así es que habló de D. Bosco, de sus principios, de las dificultades que debió vencer , de los obstáculos que superó, y de las persecuciones que sufrió. Hizo como un compendio de la Vida de D. Bosco, como él solo podia hacerlo, conociéndolo tan bien é íntimamente desde hace ya 35 años. Habló despues de los Cooperadores de Europa: « Nuestra Congregación, dijo, si es ya hoy dia tan grande, á pesar de ser tan joven, si es ya tan conocida, respetada, amada y solicitada por todas partes, después de Dios y María Auxiliadora, lo debe á aquel núcleo numerosísimo de buenos católicos que se alistaron bajo nuestras banderas para aumentar las que entonces eran pequeñas filas salesianas, y trabajar con nosotros en la grande empresa de salvar á la pobre juventud de las manos de las sectas impias , que trabajan con tanto empeño para descristianizarla, y perderla. Pio IX, de santa memoria, quiso para sí la gloria de tener su nombre escrito por el primero en el Catálogo de los Cooperadores ; y después la bendijo y enriqueció con muchísimas indulgencias parciales'y plenarias. Leon XIII, que busca el bien de la sociedad, como lo buscaba su santo Predecesor, que ama á la juventud con todo el amor de padre y de Pontífice, Leon XIII es el primero y el más celante de nuestros Cooperadores. Los Cardenales, Arzobispos, Obispos, Prelados, Sacerdotes, Comunidades religiosas y en fin miles y miles de católicos que viven en el siglo están unidos con nosotros y trabajan también con nosotros; y la victoria será ciertamente de todos los que trabajamos por Dios , puesto que él no puede dejar de bendecir nuestros esfuerzos, y confundir á nuestros enemigos que son también suyos. » Luego pasó á hablar de las diferentes maneras de cooperación; el rico puede prestar auxilio con los medios materiales, el pobre con sus oraciones. 109 — Trató de los Oratorios festivos, de nuestros Cooperadores de Turin que no se avergonzaban ni se avergüenzan de mezclarse con los pobrecitos, entretenerse con ellos y despues explicarles el Catecismo; habló asimismo de las Cooperadoras de Turin y de otras ciudades, las cuales cosen las camisas y vestidos de los niños del Oratorio. Narró las muchas y santas astucias de que muchos de nuestros Cooperadores y Cooperadoras se sirven para atender á las necesidades de los pequeñuelos de Jesucristo. Trató de la difusión de los buenos libros y demostró todo el bien que se puede hacer con este medio de propaganda. « Miles de máquinas infernales, exclamaba, trabaj arde dia y de noche para esparcir por doquiera el veneno que debe corromper poco á pocQ la sociedad; preparemos , pues, á dicha sociedad un contraveneno, procurándole el folleto, el libro bueno, el opusculito ó el diario que la instruya y mejore. ¿Son muchas, pues, las obligaciones de conciencia para un Salesiano? Ninguna. La única obligación que hay, y que tampoco liga en nada la conciencia, es la de rezar una vez todos los dias un Pater á S. Francisco de Sales según la intención del Sumo Pontífice. Y ventajas ¿hay muchas ? Sí, muchísimas , como podréis verlas leyendo el diploma que recibiréis el mismo dia que inscribáis vuestro nombre en esta pia Sociedad. Os baste saber que cada Cooperador puede ganar indulgencia plenaria cada vez que recibe la sagrada Comunión, ó bien, si es sacerdote, siempre que celebre la santa Misa, siendo dicha indulgencia aplicable á las benditas ánimas del Purgatorio. » El éxito de la conferencia fue como se esperaba de aquellos fervorosos católicos de Concepción , que lo son de palabra y corazón. Todos los circunstantes, sin excepción alguna, quisieron ser Cooperadores y Cooperadoras. Eran cerca de 300, y la lista esperamos irá aumentando á medida qué se vaya conociendo el objeto de esta Pia Sociedad. No pudieron distribuirse aún los diplomas, por haberlos dejado olvidados en Buenos Aires, pero se distribuirán apenas lleguen. Llegada de Mons. Blaitt, nuevo obispo de Concepción - Encuentro conmovedor - Visita de Mons. Cagliero á Mons. Blaitt -Salida de Mons. Cagliero de Concepción - Mons. Blaitt visita el Hospicio Salesiano. La Misión de Mons. Cagliero en Concepción ya se había concluido; había reunido ya un buen número de Cooperadores Salesianos, que es una de las más grandes necesidades para toda Casa Salesiana, á fin de que tenga vida y se desarroye poco á poco, se puso al corriente de todas las necesidades espirituales de esta Diócesis de Concepción, para remediarlas apenas pudiese. Además su salud había mejorado bastante desde el dia de su llegada, de suerte que podia ya ponerse en viaje y visitar las provincias del Norte, por las cuales debía pasar para llegar hasta las Cor dilleras donde lo esperaban muchas otras personas para tratar de varias fundaciones. Ya se había fijado todo para la salida cuando sentimos decir que Mons. Blaitt, obispo de Concepción, consagrado recientemente en Santiago, vendría á tomar posesión de su Diócesis el mismo dia que Mons. Cagliero había fijado para su salida. La suspendió por consiguiente á fin de dar mayor solemnidad al recibimiento. La iglesia de Concepción , huérfana hacia ya cuatro años, recibía á su Pastor y lo recibía come recibe al propio Obispo una población católica llena de fe-¡ Qué muchedumbre ! ¡ Qué entusiasmo ! Mons. Blaitt, á su llegada á la puerta. mayor de la Catedral, se quedó verdaderamente sorprendido. Subida la escalera y puesto el pie en el umbral, encontró á Monseñor Cagliero, que arrodillado, le entregaba en sus manos el aspersorio para que bendijese á todo aquel pueblo. El limo. Sr. Blaitt, que comprendía bien lo que sucedía, se postró á los pies de Mons. Cagliero, y entonces á porfía querían besarse el uno al otro el sagrado anillo. Despues se abrazaron . afectuosamente á la presencia de un pueblo innumerable, diciéndose las palabras más hermosas de verdadero y sincero afecto. Cuando Monseñor Blaitt llegó al Sancta Sanctorum, la iglesia estaba llena de bote en bote. Fue un verdadero milagro si no hubieron desgracias en aquel momento. La Catedral presentaba un golpe de vista magnífico; el Padre y los hijos se hallaban arrodillados al pie de un mismo altar y las oraciones más fervorosas salían espontáneamente del corazón de todos; del corazón del Padre que daba gracias á Dios por haberle encomendado una población tan buena, del corazón de los hijos, que también daban gracias porque les había regalado un Pastor tan santo. Pór la tarde Mons. Cagliero quiso visitar particularmente á Mons. Blaitt, y si bien éste se hallase muy cansado por el viaje y por las vivas emociones que había sentido en aquel memorable dia, sin embargo se dignó entretenerse con él durante varias horas. Muchas é importantes fueron las cosas que trataron en aquella larga conferencia. . El limo. Sr. Blaitt no concluía de recomendar á Mons. Cagliero la Diócesis de Concepción, y éste recomendábale también sus hijos que dentro de pocas horas tenia que dejar. Al dia siguiente, á las ocho y media de la mañana, mientras Monseñor Cagliero estaba ya en la estación dispuesto para salir, ven con no poca maravilla llegar á Mons. Blaitt que venia para saludar una vez más al Obispo Salesiano y darle el último abrazo. A las 9 salia el tren, y robaba á los Salesianos por ¡ quién sabe cuánto tiempo! al carísimo Monseñor Cagliero y así quedaban huérfanos de padre. He dicho mal y me corrijo; perdían un padre, pero adquirían otro. En el mismo dia, á las 12 y media, cuando menos lo pensaban, ven entrar en su casa-taller al veneradísimo Pastor, Mons. Blaitt. Les parecía imposible y sin embargo era verdaderamente él que iba á visitar á los Salesianos. Dábales en — lio — todo la preferencia y tratábalos como otros tantos Benjamines , porque siendo 1a nuestra, por mil razones, la última de las Congregaciones que allí existen, quiso visitarla por primera. Visitó, pues, los talleres, bendijo á un hermano salesiano que estaba enfermo, y después tratándoles con indecible bondad y con palabras llenas de afecto : « Pues bien, dijo, no os aflijáis tanto : habéis perdido un padre, pero teneis ya otro en mí. Escribid, pues, á Monseñor que yo protegeré siempre á la Congregación Salesiana, y que los hijos de D. Bosco serán también de aquí en adelante mios. » ¡ Oh cuánta bondad paternal! Que el Señor lo conserve por muchos años para bien de esta: Diócesis y de nuestra cara Congregación. Mons. Cagliero en Valparaíso y Santiago -La Gasa del Patrocinio de S. José - Ingénitas palabras de los niños - Decídese el regreso de Mons. á la República Argentina por mar, Monseñor Cagliero no descansó ni siquiera un momento. D. Fagnano, que había vuelto de Ancud, le acompañaba. Visitó Chillan según lo había prometido á aquellos Padres Franciscanos que tan cordialmente lo habían hospedado; después fue á Linares, Talca, Valparaíso, Santiago, volviendo otra vez á Valparaíso y siempre trabajando y combinando las cosas para futuras fundaciones. En todas partes recibió extraordinarias pruebas de afecto y amor. Fué un verdadero triunfo del carácter Obispal y, puede decirse también, de la misma Iglesia. En todas partes fué recibido por las Autoridades eclesiásticas y civiles con suma veneración, las cuales juntamente con el pueblo iban á esperarlo en las estaciones para recibir su bendición, besarle el anillo y oir su palabra. Los sacerdotes tenían un vehemente deseo de ver al hijo de D. Bosco, y el Arzobispo estaba ansioso de tener una conferencia con él. Monseñor Cagliero, siempre atento, siempre dispuesto á hablar con todos, á complacer á la población , al Clero y á los Obispos, no dejaba pasar ocasión sin predicar, lo cual sucedía dos, tres y áun cuatro veces al dia. . " Si no fuese por ]a falta de personal, habría podido fundar veinte casas y todas contemporáneamente. De semejante entusiasmo es ciertamente causa el Clero de esta ilustre República, que por cierto es sumamente celante y edificante. Para hacerse una idea de ello es preciso saber que aquí las misiones se hacen con muchísima frecuencia en todas las poblaciones, á pesar del poquísimo clero que hay. Aquí existe el espíritu cristiano y el amor verdadero á la Religión. Aquí el Sacerdote es respetado, reverenciado y escuchado. No hace aún treinta años se abolió el diezmo que se pagaba religiosamente al Gobierno eclesiástico, y ahora se paga una limosna por la Bula de la Santa Cruzada. Con ésta la Curia sostiene los Ejercicios espirituales y las Misiones. En Talca visitó Monseñor la cuñada de la Exorna. Sra. D.a Dorotea Chopitea, viuda de Serra, nuestra primera é insigne bienhechora de Barcelona. Hay fundadas esperanzas de que se abrirá muy pronto una casa en dicho pueblo. En Santiago, la capital de la República , que por belleza, gentileza y devoción es igual á la de Turin, las fiestas que hicieron á Mons. Cagliero fueron espléndidas. El limo, y Rdmo Sr. Arzobispo quiso dar á los Salesianos la casa del Patrocinio de S. José. El senador Valledor insistió mucho suplicando se ocupasen de sus huérfanos, y Monseñor aceptó la propuesta. Fué á visitar la Casa, y los niños allí recogidos por el Gobierno. Tienen de 7 á 10 años , é hicieron una pequeñita, pero preciosa academia en honor de Monseñor. — ¡Hace dos años, dijo uno, que" lloramos y rogamos, á fin de que Don Bosco nos dé un Padre ! — D. Fagnano, que se entretuvo un poco con ellos habló con algunos de los más pequeñitos é inocentes, los cuales le decían sencillamente: — Las niñas tienen la madre (que es una religiosa) y nosotros no podemos tener un padre. Nuestro padre es Don Bosco, pero ahora no ha podido venir. — Este Colegio, que alberga más de 300 niños y 300 niñas, está sostenido por el Gobierno y dirigido por la Monjas de la Providencia, Institución de Chile. Además de las dos grandes secciones, que viven enteramente separadas, las Monjas han dividido aquella comunidad en otras secciones más pequeñas, compuesta cada una de 25 alumnos con su correspondiente sala, escuela, dormitorio, etc. Al frente de cada subdivisión hay una Monja, que la llaman Madre, vive con ellos y los cuida con una caridad y diligencia inexplicables. En Valparaíso Monseñor vió la casa y terreno que la señora Ramírez dejó á los Salesianos. Dicha señora murió en el mes de Diciembre de 1886, pronunciando el nombre de D. Bosco y de los Salesianos. Cuando Monseñor fué á visitar la referida casa, iban corriendo detrás de él más de dos cientos niños, diciéndose los unos á los otros llenos de regocijo:— Ahora llegaron nuestros padres; mañana podremos ir á la escuela. ¡Ay que alegría! Los diarios católicos publicaban todos los dias lo que hacia, lo que decía, donde iba el Obispo Salesiano. En un mes y medio pasado en Chile, no tuvo ni siquiera un dia de descanso. Sin embargo se consolaba pensando en la excursiones que D. Bosco hizo á la España y Francia. Habíase ya formado todos sus planes de regresar á la República Argentina, atravesando las Cordilleras por Mendoza, pero , como era de esperarse, todos sus proyectos cayeron por tierra cuando llegó á Santiago. Apénas hubo manifestado su deseo, encontró fuertísimas oposiciones. Todos le aconsejaron lo contrario, pues no veian bien ni juzgaban prudente que un Obispo se expusiese á hacer un viaje por aquellas altísimas montañas llenas de nieve , y tanto más después del suceso de Aguas Calientes. —■ Pero, señores, decía Monseñor, si soy Obispo, soy también Salesiano, y un Salesiano debe buscarla économia en todo, hasta en los viajes. — Alguno entendió más de lo que Mons. quería — '111 — decir, y después de pocas horas se presentó un .generoso bienhechor entregándole dos billetes de primera clase para ir desde Valparaiso hasta Montevideo. No era posible rehusar á un favor tan generoso, por cuyo motivo Monseñor se decidió á salir con el primer vapor. Se embarcó , pues, en un vapor inglés el dia 15 de Mayo, y pasando el estrecho de Magallanes y Punta Arenas, se espera llegará á Montevideo en menos de 15 dias. D. Fagnano debía acompañar á Monseñor. Salida de Mons. de Chile. El Colegio de S. José en Concepción. D. Rabagliati por carta del 22 de Mayo describía la salida de Mons. Gagliero de Chile , en los siguientes términos: « Apénas tuve noticia de aquella decisión, salí para el puerto de Talcahuano , donde debía pararse el vapor que llevaba á nuestro Obispo, y conmigo vino también el Sr. Vicario Dr. D. Domingo B. Cruz. Con el tren que llega á Talcahuano á la una y media, debía llegar también S. S. lima. Mons. Blaitt y varios otros sacerdotes y Cooperadores, los cuales querían saludar una vez más al Obispo Salesiano y recomendarle nuevamente les mandase más personal. Pero el tren sufrió un retardo de dos horas, y Monseñor Gagliero tenia que encontrarse á bordo á las 4 de la tarde. Se mandó , pues, un telegrama á Mons. Blaitt y su comitiva, rogándoles que no se molestasen, porque quizá no llegarían á tiempo. » Sin embargo vinieron varios señores, que no habían podido acompañarnos por la mañana, entre los cuales el amigo intrínseco de Mons., D. Hes-peridion Herrera. » Finalmente á las cuatro y media de la tarde nos hallábamos todos á bordo , felicitamos una vez más el viaje á Monseñor y recibimos su última bendición. El se fue lleno de entusiasmo y amor por esta tierra Chilena, donde lo acogieron con extraordinaria benevolencia. No hay una persona de las muchas que lo trataron, que no lo ame y hable de él con singular entusiasmo. » Nosotros nos volvimos inmediatamente á Concepción. Estábamos al principio de la novena de María Auxiliadora, y esperamos que esta buena Madre, la cual ama tanto á Monseñor Gagliero, lo acompañará en su largo y peligroso viaje hasta dejarlo entre los brazos de los hermanos de Montevideo y Buenos Aires. » ¿Y ahora? Nosotros estamos aquí bajo el manto de nuestro Patrono S. José, en medio de los niños Chilenos. Al principio recibimos con los ojos cerrados á todos aquellos que nos recomendaron, y actualmente nos disgusta tener que responder negativamente, porque no tenemos puesto, y las peticiones no tienen fin. Son todos huérfanos aceptados gratuitamente. ¿ Cómo los mantendremos y vestiremos? No lo sabemos, ni tampoco queremos pensar en ello. La Divina Providencia que provee tan baratamente... » En el Colegio actual no cabían más que unos veinte niños, y nos hemos arreglado de tal modo que son ya 35. Los externos que frecuentan nuestra única escuela elemental son más de 50, y muy pronto llegarán á 90. El Oratorio festivo es también una cosa que encanta. El dia de la Ascensión no eran menos de 150 los niños que jugaban con nosotros y asistían á nuestras funciones ; esperamos que su número aumentará hasta 250 ó 300, apénas corra la voz y se sepa lo que se hace. Deo gratias 1 » Nuestros niños son todos de buen corazón y muy dóciles. ; Caro Padre D. Bosco! si pudiese llevarlos á esa, á fin de que, postrados á sus pies, los bendijese y les dijese alguna palabrita, ¡cuán contentos estarían! Todos me preguntan : — ¿Cuándo vendrá D. Bosco á hacernos una visita? » ¿ Qué es lo que debo responderles ? — Que amen mucho al Señor, y así lo verán en el Cielo; que rueguen mucho por V. á fin de que todavía lo conserve en vida muchísimos años. » Tanto los niños de la escuela externa como los del Hospicio le dirigieron dos cartas donde le felicitaban el dia de su santo y firmaban todos los que sabian escribir. ¡Viva San Juan! ¡Viva D. Bosco! » Mons. Gagliero en Punta Arenas y en Montevideo - Carta del Edmo. Sr. Vicario Capitular. Damos fin á nuestra narración con la carta que Mons. Gagliero escribió á Don Bosco desde el estrecho de Magallanes. « Rdmo. y amadísimo Padre : » La última carta que le escribí, llevaba la fecha de Enero, y salia del medio de la Pata-gonia. Desde entonces no he podido escribirle nuevamente, porque me faltaron las fuerzas y el tiempo. Pero sé que lo hicieron, otros por mí, y yo sufro aún considerando lo que su paterno corazón habrá padecido por causa mia, es decir, por las desgracia que me acaeció en las Cordilleras. » Mi salud continúa siendo buena, y ni siquiera siento las consecuencias de la caida, á excepción del fuelle izquierdo que no sopla como solia antes. Sin embargo los médicos me aseguran que en el pulmón no hubo lesión alguna. » 1). Fagnano y yo salimos el 15 de Mayo de Valparaiso; nos paramos en tres puertos, y el 24, dia de María Auxiliadora, estábamos en la bahía de Punta Arenas. En este dia, tan solemne para nuestra Pia Sociedad, ¡cuántosy cuán hermosos recuerdos nos vinieron á la mente!' Deseamos celebrar en tierra la santa Misa y hablar á nuestra futura población, pero no nos fue posible, porque el vapor debía salir muy temprano á fin de recuperar el tiempo perdido en los puertos y vencer una tormenta que nos cojió á la entrada del estrecho, y que por cierto nos hizo bailar muy bien. » Entonces tanto D. Fagnano como yo corrimos á Turin, y allí celebramos en espíritu la — 112 — santa Misa en nuestra envidiable iglesia de María Auxiliadora. » En los primeros dias de Junio llegaremos , Dios mediante, á Montevideo, donde nos detendremos una semana con nuestros buenos hermanos Orientales. Saldremos despues para Buenos Aires y desde aquí nos iremos más tarde á Patagones. » Y á fin de que no nos sorprenda el retardo ó la falta de tiempo para felicit arle el di a de S. Juan, lo hago ya desde ahora, deseándole toda clase de bendiciones del Cielo y todos los consuelos de la tierra. Y además deseamos que tanto aquellas como estos aumenten de dia en dia, para V., para nosotros y para la Congregación, hasta el fin de los siglos. Amen. » Nos ame y bendiga siempre, á fin de que podamos cumplir santamente nuestra misión en estos últimos confines de la tierra y salvar nuestra pobre alma. » Nosotros rogamos todos los dias por su larga conservación, para que pueda ver á los hijos de los hijos hasta la cuarta generación. » Suyo afmo. hijo en J. C. « -j- Juan , Obispo de Magido. » Punta Arenas, 24 de Mayo de 1887. El dia 4 de Junio Monseñor llegaba-felizmente á Montevideo. I)eo gratias et Mariae. Casi contemporáneamente á la referida carta, D. Bosco recibió otra muy grata del Rdmo. Sr. Vicario Capitular de Concepción. « Muy Rdo. Sr. D. Juan Bosco : » Gracias infinitas doy á Dios Ntro. Señor y á la Sma. Virgen María Auxiliadora por estar ya fundada y radicada en esta ciudad de Concepción la Sociedad de S. Francisco de Sales. Doy también gracias con todo mi corazón á V. R. por haber sido, el digno instrumento de que Dios se ha valido para hacer este beneficio de inmensa importancia á la Diócesis de Concepción. » He tenido el gran consuelo de recibir al limo. Sr. Dr. D. Juan Cagliero y á los sacerdotes, acólitos y hermanos que V. R. ha tenido á bien hacer venir á Chile. Todo el pueblo de esta Diócesis, así como el clero y todos lo católicos de Chile, ha celebrado justamente la venida de la Congregación Salesiana. Por mi parte ya he arreglado una casa bastante espaciosa, aunque no del todo concluida, con ayuda de otras persona^ y especialmente del Pbro. Sr. D. Esperidion Herrera, y la hemos cedido en propiedad al limo. Sr. Cagliero. Ya la Congregación Salesiana tiene á su cargo en esta ciudad 12 niños pobres internos, y hace gran bien á todos los fieles. Repito á V. R. mi más profundo agradecimiento , me encomiendo en sus oraciones así como también á esta Diócesis , y me suscribo afmo. S. S. y C., Q. B. S. M. Domingo B. Cruz, V. Capit. N. Plácenos concluir estas páginas con una breve reflexión. Jesucristo se ha humillado hasta morir en una cruz por salvar nuestras almas. Cooperar á la salvación de estas, es una obra divina, y tal, que merece del Señor las bendiciones más electas. Feliz el Misionero que, sacrificando su vida con mil trabajos, eleva los ojos al cielo y piensa : Allá arriba hay muchas almas que triunfan, porque yo las he librado de la esclavitud del demonio. Dichoso el Cooperador Salesiano que puede también añadir: Si ellas se salvaron, tengo yo parte en ello, puesto que he dado los medios al Misionero para que pudiese cumplir su obra de salvación. EL CORAZON DE JESÚS • y los consuelos de lo sobrenatural. Hace ya más de dos siglos que aquella humilde y piadosísima virgen salesiana, la B. Margarita Alacoque , veia por fin cumplidas con la pública consagración de la casa de Paray-le-Monial al Sagrado Corazón de Jesús, las promesas que le había hecho nuestro Divino Redentor, como también satisfecho el vehementísimo deseo de su ardiente corazón. Aquella consagración indicaba en sus modestos principios, la consagración futura de toda la Iglesia Católica, á la cual asistimos en nuestros dias; aquella primera y humilde capilla encerraba en su sencilla grandeza los templos suntuosos y monumentales de la segunda mitad del siglo XIX; aquellos primeros públicos honores, eran como el crepúsculo precursor de aquel ancho y universal culto, del cual vemos entusiasmada á nuestra edad por el Corazón de Jesús. Ahora bien; ¿Cómo y de dónde aconteció esto ? ¿Por qué esta, devoción debía ser predestinada de un modo particular á un iniperio tan suavemente provechoso y á regeneradora influencia ? La razón es clara ; puesto* que ella, sobre todo en su índole y objeto , nos* presenta el remedio más apto para aquel terrible y tan propagado morbo de la sociedad actual que es el enfriamiento ocasionado por la superabundancia de la iniquidad, enfriamiento que Ntro. Señor Jesucristo había anunciado ya como la señal principal y precursora del próximo fin del mundo. Et quoniam abundavit iniquitas, refrigescet charitas multorum (1). Y el despertamiento de la caridad, ó sea, del amor, es precisamente lo que constituye el fin principal y el fruto. más noble de esta suavísima devoción. El Corazón de Jesús, que es el que da el nombre á la devoción y á la fiesta, es, pues , el objeto, porque él, como también cualquiera parte de su santísimo cuerpo, requiere por su inseparable unión con el Verbo, no solamente todo nuestro afecto , sí que toda nuestra plena y entera adoración. Pero este sagrado Corazón que es el objeto visible ó sensible, según se quiera decir, (1) Matth. xxiv, 12. — 113 — basta para que sea digno de culto, pero no bastaría para la celebración de una fiesta particular. También los dedos, por ejemplo, y las manos y cualquier otra parte del cuerpo de Jesucristo, merecen un culto de adoración , y sin embargo no se celebra, ni se celebrará nunca la fiesta, puesto que la Iglesia prohibió, hace muchos siglos, se hiciesen efigies de alguna parte separadamente de aquel santísimo Cuerpo. Si, pues, nosotros, tributamos al Corazón de Jesús un culto especial, si este reune todas las razones particulares para ser profundamente conocido y propagado por todas partes, es particularmente por el objeto invisible y sobrenatural, del cual el Corazón de Jesús es el espontáneo y natural recuerdo , ó sea, por el amor grande con que él nos amó. Sí, el amor, aquel sol del alma, del cual se extienden los diversos rayos que son: la humildad, castidad, piedad y semejantes ; el amor, del cual no son otra cosa más que Orden, según la sapientísima frase de s. Agustín, nuestras mismas virtudes, áunque sean las más nobles y sublimes; el amor, que con su llama divina y poder sobrenatural enciende y sostiene á todo el Cristianismo; el amor, principio y centro de toda la vida divina y humana de Jesús. Pero este amor es intrínseca y eficazmente operativo , y esta virtud operativa nosotros la reconocemos en el mundo del espíritu, así como en el mundo de la materia, puesto que uno y otro no son otra cosa más que una manifestación del amor de Jesucristo. Tres son, según el dicho del filósofo y mártir s. Justino (1), los nombres con que en la Sagrada Escritura es conocida la segunda Persona de la Santísima Trinidad , á saber, Verbo, por la generación eterna del Padre ; Cristo, esto es, Rey y Señor, ó sea Creador; y Jesús, es decir, Salvador ó Redentor. Pero sea cual sea de estos tres el nombre que empleemos, siempre será una sola la persona á quien se dirigen, quiero decir, al Hijo de Dios, Creador, Redentor y Glorificado!’. ¡Ay de aquel que se atreva á dividir en algún modo á Jesucristo, que es siempre uno é indivisible ! Fijar nuestra atención en la vida de Jesús solamente desde la Encarnación, es empequeñecer el plan sacrosanto, porque la idea de la Encarnación no puede absolutamente separarse de la idea de la Creación, pues la presupone realmente, á la manera que el crepúsculo matutino presupone la existencia del sol. Mysterium Incarnationis, escribió el angélico Dr. santo Tomás, est quoddam generale principium, ad quod omnia Angelorum et hominum officia ordinantur (2). La Encarnación es el fin, cl decoro, el cumplimiento de la creación y está á ésta como lo entero y perfecto está al medio é imperfecto. Pues bien, la devoción y la fiesta del Corazón de Jesús, al propio tiempo que es destinada para tenernos siempre presente el amor que nos profesa, nos representa también continuamente la (1) Apolog. 11. (2) P. 1, q. lvii. obra, la manifestación extrínseca de este amor, obra y manifestación que se desarrollan poco á poco en los seis dias de la creación y se cumplen en el séptimo de la Encarnación. De aquí deriva no solamente la intrínseca excelencia, sino también la soberana oportunidad de dicha devoción en nuestros dias, en que Satanás y sus secuaces emplean todas sus fuerzas en demoler, no tan solo una parte, sí que todo el orden sobrenatural, sobre el cual se funda el Cristianismo católico. Y aquí querríamos poder deducir convenien-teniente, en cuanto á nuestra mente finita es posible comprender una acción infinita , las manifestaciones exteriores de este amor operativo del Corazón de Jesús, Creador, Redentor y Glorificador. Ved, pues, aquí al antiguo de los días del profeta Daniel (1) al primogénito de todas las criaturas, del apóstol Pablo (2), presentarse ante el informe caos y hacer que comparezcan tanto las cosas que existen como las que no existen , comenzando por el firmamento hasta la formación del hombre. Y á fin de que éste no pueda perder jamás la idea de su Creador, fórmale un cuerpo sirviéndose por modelo del Cristo futuro, Adae qui est forma futuri (3), créale un alma dotada á imá-gen de la Santísima Trinidad, de entendimiento, voluntad y potencia activa, para llevar á efecto lo que habrá pensado y querido. Con él conversa familiarmente, le da el don de la palabra, le llena , su corazón de discernimiento é ilumina su entendimiento con sus luces, y en fin constitúyelo dueño y señor de toda la creación. Y sin embargo , cuando el hombre prevarica y peca , El no lo abandona; Cristo y Creador vuélvese á él en Jesús y Salvador, con la imágen consoladora de la futura redención, que le pone expresamente por delante. Pero no paran aún aquí sus afectuosos cuidados. Como Padre , maestro y médico , le anima para que obre el bien, le rarifica las tinieblas de su entendimiento oscurecido y sánale las llagas de su deteriorado corazón. Pero ¡ oh Dios mió ! la ingratitud del hombre sobrepasa todo límite; la carne ba corrompido su camino, y el Corazón de Jesús lleno de grande dolor, tactus dolore cordis intrinsecus (4), se resuelve á borrarlo haciéndolo desaparecer de la faz de la tierra , por medio del diluvio universal. Mas también aquí ¡cuánta misericordia precede, acompaña y sigue á este acto de justicia ! En efecto, él es, quien cien años antes ordena á Noé la fabricación del arca para provechoso arrepentimiento de los perversos ; él, quien despues de 40 dias y 40 noches los deja en libertad, acoge benignamente el sacrificio que ellos le ofrecen, renueva toda la enseñanza y todos los preceptos que había dado ya á Adan y confirma á los afortunados sobrevivientes el dominio sobre. todas las cosas creadas. Enorgullézcase, pues, el hombre siempre ingrato, y sueñe la construcción (1) Cap. vii, 9. 1 (3) A d Rom. v, 14. (2) Ad Coloss. I, 15. I (4) Genesi, VI, 6i — 114 — de una torre que, para evitar el futuro castigo, deberá tocar con la cima en el cielo. Si el Corazón de Jesús castiga como Dios á aquellos hombres con la confusión de idiomas, sin embargo como amante del hombre dá lugar á la misericordia, elige á la familia de Abrabam y de sus descendientes , y forma con ellos un pueblo de predilección, al cual conña todo el depósito de sus leyes, y de su doctrina, rigiéndolo y gobernándolo Él mismo de una manera visible (1). ¿Y quién ignora las ternuras del Corazón de Jesús para con este pueblo terco y desobediente á los avisos de su Señor, insensible muchísimas veces á los beneficios que de él recibía, duro y grosero poniendo en continua prueba su paciencia? Pero hé aquí que asoma la plenitud de los tiempos y con ella también la inundación, por decirlo así, de las ternuras del Corazón de Jesús. Por una de aquellas dispensaciones, que hacen tan admirablemente sublime y amable nuestra fe santísima, el mundo, ó sea, las creaturas salidas del Padre por el Verbo , vuelven al Padre por el Verbo mismo, que toma la naturaleza humana y cumple la misión que se le confia por eterno decreto, para satisfacer á la divina justicia y salvar así á la humanidad. De una Virgen inmaculada, que él elige como corredentora, de una Virgen la más rica de dones y de gracias, compendio de todos los inmensos é infinitos beneficios de su Corazón , de esta Virgen, á quien El infundió y participó todo su amor, nace Jesús pobre y abandonado; en los brazos de esta Virgen y Madre, y bajo la forma de un hermoso y amable niño, se presenta al afecto de los hombres. Circuncidado , sujeto al hambre , al frió y á todas las enfermedades humanas , fugitivo en Egipto, escondido y como aniquilado por espacio de 30 años en casa de un humilde carpintero, diríase que su Corazón estudiaba todas las industrias , más afectuosas á fin de que el hombre no se asustase, oprimido por la gloria de su majestad divina. Y cuando dá principio á la vida pública no hace otra cosa más que andar de beneficio en beneficio, de favor en favor , hasta la consumación sobre la cruz, en la cual Cristo, Rey y Señor nuestro, cumple como Jesús Salvador la obra sublime de la Redención, presentándose al Padre con el principio de la expiación á la derecha, y con el de la mancomunidad á la parte izquierda de su amabilísimo Corazón. Y de esta mancomunidad nos ofrece una prueba inefable en la Eucaristía, en la cual se revela la abnegación de un Dios-hombre por amor á causa del amor, como en la muerte apareció su abne- (1) Si alguno se admira del empleo que desde ahora se hace de las voces Cristo y Jesús, puede leer la carta católica del apóstol s. Judas, que atribuye precisamente á Jesús el castigo dado á los ángeles rebeldes, como también el de los desgraciados habitantes de la Pentápolis ; á Jesús atribúyese también la salvación de su pueblo de Egipto y el exterminio de los que no creyeron. Importantes palabras para hacernos comprender aquella gran verdad, que Dios es el autor del Viejo y Nuevo Testamento, y que según el gran principio de s. Pablo, todo lo que existe en la antigua Ley pertenece á Jesucristo y á su Iglesia. gacion por amor , á causa de la justicia; sí, en la Eucaristía llamada merecidamente el génesis de la sociedad cristiana. A los pies de la Cruz, observa un profundo entendimiento , hállase el hombre en la soledad de su naturaleza para ser redimido ; en la mesa Eucaristica se sienta el hombre dispuesto á salvarse en medio de una multitud de individuos (i). Pero con la Creación y Redención ¿ concluyen acaso las divinas manifestaciones del Corazón de Jesús ? No por cierto. La vida de Jesús, según hemos dicho, es vida de amor, y el amor es eterno como lo es el principio del cual emana. Este amor lo continúa El á la derecha del Padre donde subió para llenar más y más de dones á los hombres (2), y desde donde envió el Espíritu Santo , que es el amor sustancial del Padre y del Hijo. ¿Y quién puede decir aquí cuál vasto campo se nos abre á la contemplación del primero y más grande don del Corazón de Jesús Glorificador, que es la Iglesia Católica. ¡ La Iglesia ! ¿ Y quién nos dará palabras suficientes para explicar tan alta idea ? La Iglesia, esta nueva Eva, que brota viviente del costado del nuevo Adan Jesús , en el mismo momento que saltan en tierra sus últimas gotas de sangre, llevando de este modo consigo la señal imperecedera del amor y del dolor. La Iglesia, cátedra de la verdad, presidida por un soberano Moysés, el Vicario de Jesucristo, que asistido por la virtud del Eterno, guia sus pasos con su infalible magisterio y juntamente con él y sometidos á él á todos los nuevos Araones, que guian á los fieles por el camino que conduce á Jesús, camino verdad y vida. La Iglesia con sus ordenadas falanges y con sus resplandecientes pabellones. La Iglesia... ¡oh! ¿porqué no reconoceremos en su sublime profundidad y extensión los inestimables beneficios que nos vienen del Corazón de Jesús Creador, Redentor y Glorificador? ¿Y hasta cuando estaremos sin comprender que es el Corazón de Jesús, conocido como es, vivo y entero en la Iglesia, quien ha de bendecir al hombre y á la sociedad civil ? Demostremos, pues, con las obras la gratitud y el amor que le debemos y sobre todo en estos tiempos de guerra y persecución por qué atravesamos, en estos tiempos que tan impía y descaradamente se le ofende y ultraja por todas partes. HISTORIA. DEL ORATORIO DE S. FRANCISCO DE SALES- (Continuación). En vista de la estrechez de dicho lugar, y de la imposibilidad de quedarnos en el Ospitaletto, el Oratorio fué (puede decirse) ambulante por espacio de dos meses, y observamos el sistema (1) Tosti, Proleg. á la Historia Universal de la Iglesia, cap. vi del período segundo, La Eucaristía es el fundamento de la sociedad cristiana. (2) Ascendens in altum..... dedit dona hominibus (Ad Eph. iv, 8). — 115 — siguiente : Por la mañana nos reuníamos en la casa de Don Bosco cada una con su provisión para todo el dia. A cierta hora nuestro Capitán nos ponía en orden y en seguida nos llevaba ora á Sassi, ora á la Virgen del Pilar, ora á la Virgen de Campaña, ora al monte de los Capuchinos y á veces hasta Superga. Apénas habíamos llegado, Don Bosco celebraba el' Santo Sacrificio de la Misa y nos hacía una breve explicación del Evangelio. Por la tarde, despues del Catecismo, se cantaba una canción y referíase algún ejemplo en forma de plática, y en seguida nos llevaba á pasear ó bien nos conducía á algún lugar en donde pudiésemos divertirnos sin perjuicio nuestro ni del prójimo. Cuando el sol empezaba á declina!’ tras las encumbradas cimas de los Alpes, á la orden de Don Bosco volvíamos á la ciudad dirigiéndose cada uno á su casa para referir los episodios de la jornada. Parece que esta crítica posición debia echar por tierra todos los planes del Oratorio y dispersar á todos los jóvenes ; pero sucedió todo lo contrario ; esto mismo contribuyó á aumentar el número, porque Dios estaba con nosotros. Entre tanto había ya llegado el mes de Noviembre, estación importuna para paseos. Era por lo tanto necesario buscar en la ciudad un sitio en donde pudiésemos reunirnos. Y en efecto, Don Bosco de acuerdo con el teólogo Borelli alquiló tres piezas de un cierto Moretta, casi en frente del Santuario que poco despues fue levantado en honor de Maria Auxiliadora. Allí pasamos cuatro meses, y áun cuando muy reducidos, sin embargo estábamos muy satisfechos por tener en aquel invierno un local en donde podíamos juntarnos, confesarnos, instruirnos, divertirnos y frecuentar las clases nocturnas bajo la vigilancia de nuestros dos Angeles de la Guarda, Don Bosco y el teólogo Borelli. En aquella misma estación empezaron á divulgarse rumores que, si no á Don Bosco, á lo menos á nosotros nos causaron graves disgustos. Hubo quien empezó á llamar á nuestro Director un revolucionario • otros lo calificaron de loco, y otros de hereje. Creemos que el fin de estas voces era el alejar á los jóvenes de Don Bosco, y disolver nuestras reuniones ; pero nosotros que ya conocíamos á Don Bosco lejos de perder el aprecio que le profesábamos, mas bien le cobrábamos siempre mayor afecto y nos uníamos á él cada vez más numerosos y adictos. Los párrocos de Turin también hacían sus observaciones. Ellos decían: Este Oratorio aleja á los muchachos de la parroquia; por lo tanto nuestras Iglesias quedarán vacias y no podrémos conocer á los niños, de los cuales tendremos que dar cuenta en el tribunal de Dios. Debe, pues, Don Bosco cesar de reunirlos y mandarlos á la parroquia. Y en efecto dos respetables párrocos se le presentaron un dia y le hablaron en dicho sentido. Los niños que yo reuno, contestó Don Bosco, no impiden de manera alguna la frecuencia en las parroquias, porque son casi todos extrangeros que han venido aquí en busca de trabajo. La mayor parte de estos jóvenes son Suizos, Saboyardos, Valdostanos, Bieleses, Nova-reses, Lombardos. —Pero¿ no podría mandarlos á la parroquia en donde han fijado, su domicilio? — No la conocen — ¿Y porqué no se la hace conocer V. ? — Porque es casi imposible. La distancia que los separa de sus padres, la diversidad del idioma, la incertidumbre del domicilio por trabajar ora con un amo, ora con otro, el ejemplo de sus compañeros generalmente poco aficionados á la Iglesia, son un obstáculo insuperable para que estos jóvenes conozcan y'frecuenten sus parroquias. Además, muchos de ellos ya son adultos; algunos tienen 15,18 y 20 años y todavía ignoran las cosas de la Religión. Ahora bien : ¿ quién podría inducir á estos á mezclarse con muchachos de ocho ó diez años mucho más instruidos que ellos ? — No podría V. mismo acompañarlos á la parroquia y allí enseñarles el catecismo ? — A lo más podría ir á una parroquia, pero no á todas. Esto se podría hacer si cada párroco quisiera tomarse el trabajo de venir ó mandar á buscar á los niños para que fuesen á sus respectivas parroquias. Pero también esto es difícil en práctica. Muchos de estos jóvenes vienen al Oratorio atraídos por los recreos, diversiones y paseos que solemos hacer (Don Bosco habría podido añadir: atraídos por las maneras con que los trato'} y con estos medios se logra que asistan también á la enseñanza del catecismo y á muchos otros ej ercicios de piedad; sin ellos, muchos quizás no irían á Iglesia alguna, y sucedería que no los tendrían ni los párrocos ni Don Bosco con grave perjuicio de sus almas. Para evitar este peligro, añadió, sería muy útil que cada parroquia tuviese un lugar determinado en donde reunir á estos jóvenes y entretenerlos con amenas recreaciones. — Eso no es posible; los párrocos no tenemos ni locales para eso, ni sacerdotes. — ¿ Y entonces ? preguntó D. Bosco. — Por ahora obre V. como le parezca mejor; nosotros entre tanto nos reuniremos y resolveremos lo. que juzguemos más conveniente. En efecto, poco después se reunieron todos los párrocos de Turin con el fin de resolver la cuestión, esto es, si debían ser promovidos ó más bien reprobados los Oratorios. Hubo razones en pro y en contra, pero al fin prevaleció la opinión favorable. El cura de Borgo Dora Don Agustín Gottino y el teólogo Ponzati cura de S. Agustín, fueron designados para presentar á Don Bosco la resolución en los siguientes términos : « Los párrocos de la ciudad de Turin reunidos en consejo han tratado sobre la conveniencia de los Oratorios. Pesados los temores y las esperanzas y no pudiendo cada párroco establecer un Oratorio en sus respectivas parroquias, exhortan al sacerdote Don' Bosco continue en su empresa, hasta que no se haya tomado otra resolución.» Aquí nos permitiremos una observación. El cura está ciertamente obligado á dar la instrucción religiosa, necesaria tanto á los grandes como á los pequeños que le son confiados á sus cuidados;. mas cuando ve ó sabe que elja se da convenientemente en un lugar ,ú otro, parece por lo menos — 116 — una imprudencia el oponerse á ello. Estuvieron siempre muy lejos de cometer semejante imprudencia ios Guras de Turin, amantes y celosos como son del bien de la juventud. Antes bien, muchos de ellos no solo protegieron los Oratorios que ya existían aconsejando á los padres y madres de familia enviasen á sus hijos, sino que además establecieron otros nuevos con no pequeños sacrificios personales, como en adelante tendremos ocasión de notarlo. Por este medio 'tuvieron ellos el dulce consuelo de ver bien alimentados á los pequeños corderos de sus rebaños, y al mismo tiempo alejados de los lobos rapaces con honestas y agradables diversiones. Monseñor Franzoni, Arzobispo de Turin, hombre de recto pensar y de corazón generoso, prestó también su eficáz apoyo, estimulando así con su ejemplo á los párrocos de la ciudad. Mientras esto sucedía, llegó la primavera del 1846, y nuestro Oratorio tuvo que trasladarse nuevamente. La mayor parte de la casa del Sr. Moretta estaba alquilada á diferentes inquilinos que, aun cuando veían gustosos el gran bien que se proporcionaba á la juventud, sin embargo disgustados por el barullo de tantos niños, se quejaron con el dueño indicándole al mismo tiempo que todos se irían de la casa si no impedia aquellas reuniones. Con este motivo el buen sacerdote Moretta se vió en la necesidad de avisar á Don Bosco buscase otro paraje. Al darle este anuncio le manifestó su sentimiento, y usó con Don Bosco maneras muy corteses, pues desde el suceso ya referido del Secretario, del Capellán y de la sirvienta, todas las personas honradas prodigaban á Don Bosco y al Oratorio muchas atenciones. En el siguiente capítulo veremos el Oratorio en un prado. . (Continuará). tocias de María Auxiliadora. i. Ti'ento, 17 de Abril de 1885. El dia 15 de Marzo hallábase jugando en el balcón de una casa situada muy cerca de la Catedral, una niña de tres años. Su madre hábia salido de casa para ir á la parroquia á oir la explicación de la doctrina cristiana dejándola al cuidado de una sirvienta. La niña, viéndose sola, se subió á la barandilla y, perdiendo el equilibrio, se cayó repentinamente. La sirviénta, habiendo oido el fuerte ■grito de la niña y presintiendo una desgracia fatal, exclamó al momento : ¡ María Smá. Auxilia dora, salvadla! Apenas hubo pronunciado la sirvienta estas palabras en medio de una conmoción y afan indecibles, bajó creyendo encontrar á la niña ya cadáver, y viola por el contrario, llena de admiración, enteramente ilesa. La Virgen, siempre piadosa, había acudido á auxiliar á quien la había invocado con tanta confianza. La niña, después de algunas horas, salió á paseo tan sana y tranquila en compañía de sus parientes. Sus padres, llenos de agradecimiento, hicieron pintar en un cuadro esta escena conmovedora. Una Cooperadora II. Legnago, 23 de Setiembre de 1885. El amor que tengo á María y la gracia que por su mediación obtuve hoy, impélenme por primera vez á dirigirle los siguientes renglonci-tos. Escuche, pues, benignamente el favor de la Madre de Dios y nuestra, María. Esta mañana, volví, según costumbre, de la caza, y entrado en casa, páseme á extraer de la escopeta el cartucho lleno aún de pólvora y perdigones. Estaba ya para cogerlo, cuando ¡ me estremece el decirlo! cayó al suelo, encendiéndose inmediatamente el pistón. Cierto que yo, como también mi querida abuela que estaba sentada muy cerca de mí, debíamos ser víctimas de tan terrible explosión, pero María, sí María, no quiso que sucediese asi, puesto que la pólvora se encendió toda y los perdigones se quedaron dentro del cartucho intactos y sin ocasionar el mínimo daño. Imagine V., Rdo. Sr. D. Bosco, primero el susto y despues el reconocimiento hácia María de Quien yo soy, áunque indigno, devoto é hijo. No puedo menos, pues, de ensalzar á tan amorosa Madre por la gracia grandísima que se dignó concederme, y por consiguiente le ruego se digne publicarla en su Boletín Salesiano lo más pronto posible. Juan Lucgioli. Son aprobación fie la Ant. Eclesiástica - Gerente HATEO GHI8M0SE Tarín, 1887 - Tipojrafla Salesfaaa, COLEGIO DE NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN DE I*. Y 2‘. ENSEÑANZA EN UTRERA (SEVILLA) DIRIGIDO POR LOS SALESIANOS jPZR/O C3“IE^_A.IbZL_A.„ La pia Sociedad de San Francisco de Sales, fundada y dirigida, por el Rvdo. PJyro.iD.,Juan Bosco, tiene abierto en la ciudad de Utrera un Colegio de Ia y 2a enseñanza. El fin es de proporcionar á la juventud una sólida instrucción y educación religiosa y científica. Lo muy arreglado del pupilaje, el sitio ameno y sano, la mucha comodidad de trenes, grandemente recomiendan este Colegio. La enseñanza se dará conforme al Reglamento interior del Colegio, teniendo en cuenta los programas oficiales. .. . 1. a El que desee entrar en este Colegio debe tener cumplidos los siete años de edad y no pasar de catorce; ha de presentarla partida de Bautismo, el certificado de buena conducta del Párroco, el de los estudios que ha cursado si viene de otro Colegio,- y el del médico, en que conste haber sido vacunado y no adolecer de enfermedad crónica ó contagiosa. 2. a No será admitido el niño expulsado de otro Colegio. 3. a Los niños no tienen entre año salida á sus casas, á no ser que estén enfermos; en este caso sus familias los pueden sacar y tener consigo hasta que se restablezcan. 4. a Concluidos los exámenes, tendrán los alumnos vacaciones, quedando sin embargo reservado al Di- rector determinar el dia de la salida para sus casas. 5. a Las vacaciones durarán hasta el Io de Octubre, debiendo en dicho dia estar todos los alumnos en el Colegio. ... . . 6. a El dia para visitar lus niños, es el Jueves, en las horas que el Superior determine. . 7. a Los pupilos no podrán conservar dinero en su poder; el administrador lo recibirá é irá gastando á voluntad del alumno. 8. ° Todos los meses los Padres ó Encargados del pupilo recibirán un informe sobre el estudio, conducta y estado sanitario del alumno. 9. a La irreligión, inmoralidad, insubordinación y pereza habitual se consideran como motivos de expulsión. JWÍibjí. . Es de 30 pesetas mensuales para los de 1.a enseñanza, y de 40 para los de 2.a, pagadas por trimestres adelantados; por esta mensualidad, además de la habitación y servicio, se da á los alumnos la enseñanza de las debidas asignaturas, inclusa la de música vocal, y la alimentación, que consiste en lo siguiente: para el desayuno, pan y café 6 chocolate; para la comida, sopa variada , cocido con tocino ó un principio y postres; por la tarde merienda, y para la cena, sopa ó ensalada, según la estación, y un plato. Hay también para los que lo desearen otro tratamiento superior. Para lor gastos dei medico en enfermedad ordinaria, para el uso de la cama ó jergón que proporciona el Colegio, y para otros gastos de aseo, etc., abonará el pupilo á su entrada y cada año 26 pesetas que no se devolverán áun en el caso de permanecer el niño poco tiempo en el Colegio. Quedan á cargc de los Padres del pupilo los gastos de botica, libros y composturas de ropa y calzado. Para el lavado, plancha y repaso de ropa blanca se abonarán 5 pesetas mensuales. Si el alumno no acabase el mes, deberá pagar la mitad de la pensión, si sale antes del 15; y entera la mensualidad si despues. Cada alumno deberá traer consigo lo siguiente: Colchón de lana, largo 1,75, ancho 0,75 . . 1 Almohadas .......... 2 Colcha blanca ......... 1 Sábanas ........... 6 Cobertores . ......2 Servilletas .......... 4 Fundas de almohadas ....... 6 Toballas ........... 6 Camisas ........... 6 Bolsas para la ropa ....... 2 Camisetas ........... 4 Pañuelos ........... 12 Calzoncillos .......... 6 Trajes para casa ......... 2 Pares de medias ó calcetines .... 8 Corbatas ........... 2 Traje de salida que ha de ser paño negro . 1 Bavis ó blusas para casa ...... 3 Pares de zapatos ó botines ..... 3 Cubierto, vaso de metal blanco, y lo necesario para el aseo y limpieza de la persona, como peines, cepillos, etc. Todos estos objetos y prendas deben estar marcados con el número que á cada uno se le señalará. 1. ° El externo deberá tener cumplidos los siete años y traer la partida de Bautismo y el certificado de buena conducta. 2. ° Los de 1.a enseñanza pagarán de 5 á 10 pesetas mensuales, según sus adelantos; los de 2.a en- señanza 15, si pertenecen al l.° y 2.° año de latín; y 25 para todos los demás cursos. 3. ° Observarán los externos estrictamente el reglamento interno del Colegio en la parte que á cada uno pertenece. . 4. ° El descuido en el cumplimiento de sus deberes religiosos, puede dar motivo á la expulsión del Co- legio. MwHjíeg BxtbijW La'dirección del Colegio admitirá gratuitamente 50 alumnos pobres. Estos, además de las condiciones susodichas, deberán ser pobres de solemnidad, lo que harán constar por un certificado del propio Párroco ó del Alcalde. Para ellos dispondrá el Colegio un local á propósito y les proveerá de los libros y objetos para la clase. ' No se vuelven á admitir los niños que hayan salido una vez del Colegio. Los Superiores no son responsables de la conducta de los alumnos externos fuera del Establecimiento. NOTA. — Para la admisión de alumnos, dirigirse al Director de los Salesianos de Utrera.